39. Del helecho al tartán
Tres cuartos de vuelta y otras tres completas. El pistoletazo me pilló desprevenido pero mi reacción fue explosiva. Al final de la primera vuelta, ya juntos en el carril interior de la pista, iba el primero. Me imaginaba en mi pueblo, en el alto plano de la sierra de Urbasa, ganando a la carrera, saltando sobre helechos, a los caballos que por allí pastan libres o corriendo más que mi perro pastor rodeando rebaños. En la segunda vuelta continuaba líder. Me seguía un senegalés. Aún no sentía el cansancio. Respiraba sin dificultad. Cuando el maestro del pueblo me vio correr avisó a Pamplona y me metieron en un Centro de Alto Rendimiento. En la tercera vuelta empecé a sentir un escozor en la ingle. Malditos slips de competición. El entrenador insistió, <<evitan la fricción del aire>>, decía. Un testículo se había tomado la libertad de salirse de la braguilla y cada vez que avanzaba mi pierna izquierda, rozaba la piel de mi muslo. Bajé el ritmo. Medalla sí, pero de plata. Ganó el africano solo por una cabeza y yo perdí por un huevo. Con razón decía mi abuela que al que nunca llevó bragas las costuras le hacen llagas.
Lo siento por tu huevo, pero me he reído un montón.
Un saludo, Jesús Alfonso, y suerte.
Esto pasa cuando fallan los cremásteres. Buen verano y gracias por leer y comentar. El único premio que logro en este blog es que alguien me lea.
Pues sí que tiene gracia tu campechano sucedido, a pesar de que cuando escuchamos algo relacionado con el sufrimiento gonadal al común de los mortales suele sacudirle un ligero repelús. Suerte y saludos.
Gracias por tu lectura y comentario. Buen verano.
ja,ja,ja. No sueles ser tan gamberro pero me encanta.
Pues he pasado dos dias al fresco en la sierra de Urbasa y viendo liebres, corzos, caballos y vacas en libertad se me ha ocurrido esta gamberrada. Que pases buen verano. Si hacéis alguna cosilla llamadme que estaré casi todo el mes de Agosto en Rubayo. Besos, Jesús.
Muy divertido tu micro, Jesús Alfonso. Supongo que para saber exactamente qué sentía tu protagonista habría que ser hombre, pero nos lo imaginamos todos, jajaja.
Un fuerte abrazo.
María José
Gracias por leer y comentar.
Muy divertido y muy gamberro tu relato. Me he reído mucho. Y muy bien logrado el tono. Mucha suerte !!
DATE UNA VUELTA CON TU HIJO POR LA SIERRA DE URBASA. UNA MARAVILLA.
Por cojones ha cruzado la meta. Muy bueno.
Es que era Navarro,como mi suegro, mezcla de cabezón aragonés y vasco echao palante.Aunque mi suegro decía que si al navarro le quitas el na se queda en barro, pero si le quitas el barro, entonces se queda en na.
Feliz verano.
Jajaja, un relato » cojonudo» y me encantan los dichos, el de la abuela ha sido genial.
Un abrazo, Jesús.
Muchas gracias Aneli y que pases un buen verano.
Feliz verano Ana.
Jesús Alfonso, fenomenal ambientacion. Suerte que teneis esas temperaturas fresquitas, aqui en la mancha se le hubiera frito. Suerte y saludos
Hola Cala. He estado buscando ancestros de mi suegro por los pueblos de Urbasa (Navarra) y cada vez estoy más enamorado de esa tierra. Gracias por tu comentario.
Me ha encantado el relato y el cambio de registro. Parece que el aire navarro te estimula de diferente manera que el montañés. A mí me ha parecido estar leyendo un trozito de cualquier página de cualquiera de los libros de Tom Sharpe. Thank you, maestro!
En cantabria están mis padres, en Urbasa mis suegro. En esto debe radicar el cambio de humos. Gracias Marcos, desde Cantabria ahora.
Jesús no recuerdo haberte leído antes, pero esto me pareció genial. Un humor muy cuidado y un final acorde.
Me divirtió.
Un abrazo y suerte.
Joder, que éxito, ¡me ha leído el Moli! Muchas gracias maestro. Que sepas que soy antiguo alumno de este blog y no he fallado en asistir a ninguna convocatoria. Muchas gracias, repito.
Jeje, simpático relato refranero y autóctono, marca de la casa. Suerte.
Es que buscando ancestros por las Amescoas un pariente de mi mujer me subió a la Sierra de Urbasa y quedé impactado y maravillado del paisaje.
Un abrazo.
Jjujujujjjjjuuuu!!!!!!!!!! Me partooooo!!!!
Un besote.
Auro.
Hola. ¿Qué tal tu verano?
El mío muy tranquilo y ecológico, tanto que me llevo un punto de sutura por la mordedura de un perro de caserío. Ya haré una crónica.
Besos.