FEB90. PINCELADAS ATRAPANTES, de Camilla Mora
Una mujer contemplaba la pintura que plasmaba el retrato de un hombre anónimo, creación del artista ya fallecido hacía cientos de años.
¡Qué facciones! La piel blanquecina, delineada a la perfección y perfilada por negros cabellos. Los ojos oscuros y profundos miraban escrutadores y embargando de emociones a quien los vislumbrara. Los labios, no demasiado rellenos y un poco amplios para el pequeño rostro, aunque le daban un carácter exótico.
No pudo soportarlo más, tenía que alcanzar ese rostro. Hacía tiempo que los veía desfilar por delante, pero nunca antes había sentido la imperiosa necesidad de posar su palma sobre uno como sobre aquel.
De pronto, las luces centellearon y la pintura comenzó a ondular hasta sacudirse frenéticamente, asustando a la fémina que miraba el acontecimiento con ojos desorbitados. La cara del hombre se separó del paño con dificultad, como si un intenso pegamento lo mantuviera cautivo. Una mano escapó del cuadro y rozó apenas la tersa mejilla femenina. La expresión masculina evidenciaba el sinfín de emociones que lo invadían: veneración, alegría, esperanza, incredibilidad… La vida se encontraba a solo un paso.
—Si me ayudas, creo que podré sacar el resto de mi —arguyó el retrato.
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Hola Camilla,
bonita estampa la de dar la vida a alguien o eso me parece a mí. También me recuerda a una amistad o un amor que sabes que sacará lo mejor de ti.
Me encanta el título, muy visual
Mucha suerte y enhorabuena¡¡¡
un beso
Me encantó el comentario, Milty! Especialmente de que una amistad o amor puede sacar lo mejor de ti, de eso se trata. Una persona que sea el motor, la que te haga ver que dentro de ti está lo que hace falta para lograr lo que te propongas. Gracias por leerme. Besos
Jo, Camila. En cada momento veía como el rostro emergía del lienzo. Eso me hace pensar en el poco tiempo que utilizamos para conocer a las personas, tan sólo con sentarnos un instante, podríamos entender como son realmente aquellas personas que nos rodean. Esas cosas que tan facilmente ignoramos de ellas pero que en el fondo, son tan valiosas… Me ha gustado mucho leerte. Saludos
Perdona, te respondí como un comentario aparte. Besos
Gracias, Mayte. Sí, si tan solo nos detuviéramos un instante en la vorágine en la que vivimos, descubriríamos todo un mundo a nuestro alrededor y personas que están allí, pero que no las vemos. Me encanta tu comentario y te agradezco mucho por leerme.
Besos