FEB80. RETRATO DEL ESTUPOR, de Esperanza Temprano
Fue un honor recibir el encargo de perpetuar la memoria de Don Nicanor, maestro, pensador local y por encima de todo, un hombre bueno, pintando su retrato. Su viuda me proporcionó una fotografía del venerable difunto y me puse manos a la obra.
Ya estaba listo para su entrega, cuando descubrí que la ceja izquierda estaba mucho más levantada que la derecha. Pasé toda la noche poniéndolas a la misma altura y cuando amaneció, era la ceja derecha la que se arqueaba hacia arriba dibujando una perfecta semicircunferencia.
Seguí trabajando sin descanso hasta hacerlas coincidir con la foto, todo fue en vano, ambas se arquearon por igual arrugando la frente. Lo peor llegó cuando la boca de Don Nicanor se abrió dibujando una «O» mayúscula.
Me debatía entre la locura y la desesperación cuando apareció la viuda a recoger el encargo. Miró el retrato, buscó alrededor y señaló un aparato de radio:
– Si ha estado escuchando las noticias mientras pintaba, no me diga más, él siempre fue muy sensible al latrocinio.
He pintado un nuevo retrato, pero ahora bajo los efluvios del Nocturno de Chopin. Nada que ver.
Esperanza, Don Nicanor no se resignaba, ni despues de muerto. Genio y figura. Suerte y saludos.
Buena historia, divertida, con misterio, y sobre todo muy logrado y bonito ese final con Chopin. No cambies de dial, hasta que no cambien los ladrones.
Suerte y abrazo.
Esperanza, me gusta ese «Nada que ver». Refleja la aceptación de lo inverosímil. Una historia mágica de lo más normal. Desde ahora cuando no consiga un buen trazo en un dibujo , me replantearé la música de fondo 🙂
Besosss
Voy a empezar a escuchar solo música a partir de ahora. Buen consejo el de D. Nicanor y su señora.
Muy original y un elegante sentido del humor. Estupendo cierre de la frase «Nada que ver»
Me ha gustado mucho Esperanza, todo bien hilvanadito, para sorprendernos con un broche fantástico.
Mucha suerte.
Un abrazo.
Me gustó mucho tu relato, me deleité con el sentido de humor de Don Nicanor y sus cejas. Suerte. Besos.
Un broche perfecto para un relato muy bien escrito. Es divertido e irónico lo que, para mí, es lo más difícil de conseguir. Me ha encantado. Ha sido un placer leerte, como siempre.
Estupenda esta mano del artista dirigida por la imagen de un Nicanor, que no deja su sensibilidad ni muerto. Y lo mejor, la viuda que lo entiende.
Muy bueno.
Un abrazo