84. El beso
Aquellas vacaciones estivales en el pueblo parecieron despertarnos a todos al unísono el deseo y la pasión amorosa.
Las chicas, mucho más maduras, se comportaban con bastante naturalidad, y seguramente lanzaban guiños a sus pretendidos sin que nosotros los pilláramos.
Los chicos intentábamos impresionarlas de la única manera que sabíamos, compitiendo continuamente como machitos para ver quien corría más rápido a pie o en bici, trepaba mejor a los arboles, lanzaba más lejos el pedrusco, ganaba los pulsos, etc. Pero por más que te gustara una chica, si tus cualidades no daban de sí, poco podías hacer excepto en la prueba de la alberca. Ahí sí que fue Juan el que demostró que estaba enamorado como ninguno y lo que era capaz de hacer para impresionar a Julia. Nos ganó a todos aguantando bajo el agua.
Me gusta pensar que de alguna manera él llegó a enterarse de que fue ella la que le hizo el boca a boca incansablemente y que tuvieron que despegársela de encima a la fuerza.
Nos llevas, Javier, con sencillez y maestría a recordar otros tiempos que , quiero creer, no han cambiado tanto, a pesar de todas las novedades tecnológicas en la diversión infantin y juvenil. Que seamos capaces, jóvenes o adultos, de arriesgar, inconscientemente, nuestra salud o la vida por impresionar a alguien o por ser aceptado como parte de un grupo parece algo inherente al espíritu humano. Enhorabuena y suerte.
Gracias, Jesús. la verdad que no se cuanto habrán cambiado las cosas. Eso sí, espero que lo de Juan no sea habitual.
Un abrazo
Gracias, Ana. Me alegra que ni el desafortunado final haya conseguido borrarte la sonrisa.
Besetes
Hola, Ana. No tienes porque sentir lo de la equivocación. Yo también había interpretado tu sonrisa final como de ternura por los muchachos de un relato que no es más que una fantasía que podía despertar ese sentimiento.
Lo del masaje cardiaco lo conozco, pero me venía mejor lo del boca a boca por lo de ese primer beso que él podría haber conseguido con mucha más facilidad.
Gracias de nuevo por releerlo y comentármelo.
Muchos abrazos.
Entiendo, Ana, que a veces pasen cosas de las que comentas, pero desde luego no es el caso.
Abrazos de nuevo.
Has logrado de un momento cotidiano, convertirlo en un motivo especial para recordar.
Un saludo y suerte, Javier
Gracias, María Jesús. Sí, todo es más o menos natural hasta ese final que desde luego el personaje que relata no podrá olvidar.
Abrazos
Un relato que nos devuelve a much@s a tiempos irrepetibles, me gusta y a la vez me apena que ese beso tan deseado no llegase a ser recordado. Un abrazo
Gracias, Yoya. Me alegra te haya provocado sensaciones y sentimientos.
Un abrazo.
Pues yo me he quedado sin respiración, Javier.
Me ha encantado.
Un saludo y suerte-
Gracias, Margarita, y sigue respirando que necesitamos tus historias.
Besos
Me han encantado estas olimpiadas en la vida a pesar del amargo final. Felicidades
Gracias, Luisa, me alegra que te gustara.
Abrazos
javier, que bueno el tema y tu forma de contarlo. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, por esa agradable apreciación.
Besos
Aquel pasado, los recuerdos… y al final, le das la vuelta a la historia y duele. Felicidades.
Gracias, Luz. Cierto que el final es duro, pero como es ficción nos lo podemos permitir para resaltar otras cosas en realidad positivas.
Besos
Me gustan estos relatos que llevan el tema de la convocatoria a un plano distinto, más cotidiano y personal. Los amores de verano son trágicos por definición (se extinguen con el fin de las vacaciones de forma casi ineludible), pero el que tú nos narras traspasa esa categoría para alcanzar el nivel de amor eterno. Muy buen relato.
Felicidades y suerte,
Gracias, Anna. Sí, creo que me he ido un poco por la tangente y me he salido de las olimpiadas oficiales. Me alegra que te guste y tal vez te traiga algún recuerdo.
Me alegra que el final no lo veas como dramático sino como una exaltación del amor juvenil.
Besos
Hola, Javier!
Me ha gustado tu relato, esos recuerdos de infancia truncados por ese final que deja el corazón en un puño. Estupendo cierre con el último párrafo de dos líneas.
Suerte!
Gracias, Ignacio, por tu amable apreciación.
Abrazos