117. Medalla de oro
Hacía mucho calor. Sabía que ganar una medalla de oro no estaba al alcance de cualquiera y ella lo había conseguido. Estaba algo nerviosa cuando inclinó la cabeza y expuso su cuello para que se la colgaran. Quería salir mordiéndola cuando le hicieran la foto, tal y como había visto hacer a los deportistas en la pantalla del televisor. Antes de llevársela a la boca, observó cómo dos densas gotas oscuras mancharon su mano y su ropa. El intenso calor había derretido el chocolate del interior que, junto con sus lágrimas, sin duda pondrían perdido su babi escolar.
¡Qué tierno! Me ha gustado mucho tu relato. Esperemos que el dulzor del chocolate aminore el disgusto de la niña. Suerte y saludos.