33. MUTANTE (Ton Pedraz)
Hervina, mi madre, nunca estaba por la labor. Fue padre quien la persuadió para que disfrutase sus primeras vacaciones. Por un tiempo podría olvidarse de la rutina diaria en la granja, de muxir las vacas antes de subir al monte a cortar leña, de lavar la ropa en el regato y clarearla en el prado, o alimentar a las pitas al anochecer.
Parecía que disfrutaba junto al mar. La descubríamos embobada, con la vista posada sobre el horizonte, cautiva con lo que le narraban las olas mientras la espuma agonizaba entre sus pies desnudos.
Pero anoche, después de cenar, en vez de buscarnos en el sofá caminó hacia la terraza. Allí la encontramos, confinada contra una adelfa marchita, acuclillada y con las manos como envolviéndose la cabeza. Nos costaba creer lo que veíamos, pues parecía, por su postura, que ansiaba menguar. Y de veras que lo consiguió, cuando, de forma habilidosa, comenzó a tejer un pulcro capullo de seda que la fue aislando de nuestro recelo.
Desde entonces no le quitamos ojo. Sobre todo padre, quien, en su rubato, no suelta el trueiro esperando a que eclosione. Para poder cazarla y que no regrese volando hasta la aldea.
Curiosa mutación, la de Hervina. Me ha parecido original tu relato, Ton, y expresado con un lenguaje marcado por la autenticidad, aunque el tema se escape de la realidad, en apariencia. Te felicito.
Un abrazo.
María José
Hola María José, y muchas gracias por tu comentario.
En ocasiones nos cuesta, al menos a mí me pasa, distinguir qué resulta ser real y qué no.
Un abrazo fuerte,
Ton.
Nos muestras esas labores rutinarias que dieron sentido a la vida de tantas mujeres gallegas. Al verse fuera de su entorno natural nuestra amiga anhela transformase en una grácil bolboreta que la acerque a donde se quedaron las razones de su existencia. Saludos y suerte.
Muchas gracias por tu lectura y comentario, Jesús.
Las bolboretas son mágicas cuando pululan por el entorno del campo gallego. Me pareció que podría ser la más bella mutación para una mujer que ama el rural.
Fuerte abrazo,
Ton.
Hay personas que viven postradas sobre el pequeño mundo que desde pequeños les asignaron y ya no abandonaron. Como Hervina, que fuera de su rutina, de sus paisajes, no es más que un ser asustado y angustiado, receloso de los cambios, deseoso de volverse a postrar sobre la rutina, que para ello, parece ser capaz hasta de mutar.
Buena historia Ton. Enhorabuena.
Un abrazo.
Hola Antonio, y muchas gracias por tu comentario.
En infinidad de ocasiones he echado de menos la capacidad que posee la protagonista, y poder convertirme en «otro».
Un abrazo fuerte,
Ton.
Hola, Ton.
Me gusta tu texto, de la mano del realismo mágico. Un desgranar de términos oportunísimos. Pinceladas de alta poesía, también a mi entender. Y un fundamento, una substancia: lo nuevo, el cambio, oprimen. Por eso esta mujer, Hervina (qué nombre tan precioso como adecuado: suena a hierba), se queda al margen, aislándose en el capullo de seda. Norabuena. Un fuerte abrazo.
Hola Martín.
Contento porque el relato haya sido de tu agrado.
Elegí Hervina porque tengo una tía-abuela con ese nombre, que ha vivido toda su vida en una aldea gallega. Con más de noventa años trabaja la tierra y cuida de las cuatro gallinitas que puede atender. Y sé, a ciencia cierta, que se moriría de pena si la alejásemos de su entorno. Este relato es un pequeño homenaje a ella, y a todas esas mujeres que todavía sostienen el rural en mi tierra.
Un fuerte abrazo,
Ton.
Vaya Ton que original tu relato, desde el comienzo hasta el final. De dónde piensas que viene esa mujer y sobre todo. ..a dónde quiere ir?
Y no será que el mutante es el marido?
A ver que lo voy a leer de nuevo.
Buena tarde Ton, hoy no es día de crisalidas en libertad…aunque para la imaginación nada es imposible.
Hola Mercedes. Muchas gracias por tu comentario.
Sacar a Hervina de su aldea es acabar con ella. Resulta tan fuerte la dependencia, que hasta es capaz de convertirse en mariposa. Así retornará cuanto antes al entorno que tanto echa de menos.
Un abrazo,
Ton.
Dicen que viajar y cambiar de aires lleva implícitos grandes beneficios, así es o lo sienten la mayoría, pero existen personas tan apegadas a su terruño que extraerlas del mismo les supone un verdadero trauma, tanto que es capaz de producir en ellos una metamorfosis. Tu protagonista desea convertirse en mariposa para volver volando a la aldea, que es todo su universo.
Un abrazo, Toni. Suerte
Muchas gracias por comentar Ángel. Lo explicas a la perfección. En ocasiones no somos conscientes del apego que sentimos hacia la tierra que pisamos a diario.
Un fuerte abrazo,
Ton
Me gustó mucho tu relato Ton,me dejó imaginarla por fuera y por dentro y bravo por el final abierto…
Saludos!!!
Muchas gracias por tu amable comentario Marcela.
Quedo encantado con que te haya gustado el relato. Es el objetivo principal.
Un abrazo,
Ton.
Curioso terminar el de esta mujer. Es verdad que salir de las rutinas y del entorno cuesta, aunque sea para unas merecidas vacaciones. A veces eso mismo, las vacaciones, están sobrevaloradas.
No he entendido los términos «rubato» ni «trueiro», que además no he encontrado en el diccionario. Supongo serán palabras de esa aldea de donde proceden los protagonistas.
Un abrazo.
Hola Asunción. Muchas gracias por pasarte a comentar.
Trueiro es un artilugio sencillo, formado con una red y un palito, que utilizan los niños en las playas gallegas, para atrapar pequeños pececillos o cangrejitos que nadan en la orilla. Y Rubato, es una palabra que expresa un intangible. En este caso, el latir imparable del corazón en el marido de Hervina. también se utiliza en música para determinar un ritmo constante y mantenido.
Un abrazo,
Ton.
De lo más original que llevo leído.
Hola Lorenzo.
Encantado y agradecido por tus palabras.
Un fuerte abrazo,
Ton.
Me uno a los demás comentarios; poético, original y mágico.
Mucha suerte, Ton
PERDONA MARÍA JESÚS, que te he enviado el comentario dirigido a Lorenzo.
MUCHÍSIMAS GRACIAS también por tu amable comentario.
Un fuerte abrazo,
Ton.
Hola Juan. Muchas gracias por dejar este comentario tan adulador.
Todo de él me gusta, pero esa equiparación con Dieste (la siento desmedida)supera en mí cualquier expectativa.
Yo también recomiendo su «Arquivos do Trasno», recopilación de ocho relatos cortos que, aunque están en gallego, merece la pena leer. Se entiende sin dificultad. Y es que suena demasiado bello el idioma gallego desde la pluma de Rafael Dieste.
Unha aperta,
Ton
Hola Lorenzo. Muchísimas gracias por tus palabras.
Fuerte abrazo,
Ton.
Hola, Ton. Como gallega que soy, he reconocido expresiones de tu texto que enriquecen, a la vez que sitúan, el relato. Me ha gustado mucho tu mutante; esa capacidad que, pese a los «trueiros» que nos cerquen, deberíamos tener todos los humanos.
Un placer leerte. Saludos.
Hola Manoli. Muchas gracias por tu lectura y el comentario tan amable.
Encantado de que te haya gustado la mutación de la pobre Hervina.
Unha forte aperta dende A Coruña,
Ton.
La arrancan de lo que es su vida y Hervina ya empieza a morir, y si es preciso muta para volver a sus raíces. Muy buen relato, Ton, que nos transmite la dependencia física y emocional a la tierra que se ama. Abrazos.
Hola Salvador.
Muchas gracias por pasarte y por tus siempre amables comentarios.
Agradecido, un fuerte abrazo.
Ton.
Se palpa la angustia de esta mujer gallega que arrancada de su sitio, no podrá ser feliz en ninguna otra parte.
Muy bueno, está entre lo mejorcito…
Un abrazo.
Muchas gracias Rosy, por tu lectura y el comentario.
Un abrazo gallego.
Ton
Ton, bonita historia magica y bien contada, para contar la nostalgia de esa mujer. Suerte y saludos
Gracias Calamanda por tu lectura y comentario.
Un fuerte abrazo.
Ton.
Un relato precioso y original. Felicidades, la suerte ya la tienes.
Hola MARÍA.
Encantado de que te hayan salido esos dos adjetivos para calificar el relato.
Un abrazo,
Ton.
Me gusta, Ton.
Muy original. Diferente. Surrealista.
Muy bien narrado.
Un abrazo
MUCHÍSIMAS GRACIAS por tu lectura Petra.
Un fuerte abrazo,
TON.