FEB14. DORIAN, EL RETRATO, de Ángeles Mora
Podía percibir cualquier cosa a través de sus sentidos multiplicada por diez, pero no llegaba a comprender ninguna, como si la esencia de lo que había sido hasta entonces estuviera englobada en un nuevo orden, totalmente desconocido.
Podía saborear, como siempre, pero su paladar encontraba colores en lugar de sabores. El tacto de sus manos, de toda su piel, detectaba tonalidades en vez de texturas.
Los olores que le llegaban se desgranaban en su cerebro en forma de pigmentos y los sonidos se habían transformado en suaves pinceladas de arte que se confundían con sus poros.
Su vista le reveló la verdad y con los ojos de su intuición, ese sentido intangible, descubrió que lo que una vez fue una persona, ahora flotaba convertida en lienzo.
Angeles, sus lecturas pueden ser muchas y variadas, las propicia su confusión y, el sentirse poseido hasta el punto de mostrar esa desorientación. Suerte y saludos.
Por un instante tu narrativa me llevo al recuerdo de cuando leí el Perfume. Me gusta te narrativa Angeles. Saludo
Profusión y mezcla de sentidos. Una idea difícil de desarrollar, pero bien resuelta en el último párrafo con los ojos de la intuición. Creo que has conseguido trasmitir lo que querías.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho, Angie. Es muy original.
Un texto muy cuidado, literalmente rico.
Saludos y suerte
Anna J R
Es muy difícil expresar las sensaciones de un retrato; los cambios del humano a una imagen. Un texto trabajado y con un objetivo claro. Saludos.