55. MI PUEBLO ERES TÚ
Querida Laura:
Hoy la lluvia me trae olores de tormentas escampadas contigo. De veranos con mis abuelos en el pueblo donde tú vivías. Había muchos niños, pero a mí me gustaba tu piel tostada y a ti mi palidez de ciudad. Compartimos tiritas, cromos y nocillas infantiles. Admiré a la adolescente intrépida, que lo mismo segaba que planchaba. Nadando en alguna poza descubrimos el escalofrío del deseo prohibido. En septiembre todo volvía a su lugar: yo al instituto, las hojas al suelo y tú quedabas allí, perenne. Mis inviernos se calentaban recordando momentos contigo apilados como troncos. Llegó agosto veinteañero, el calor y las tormentas, corríamos esquivando el chaparrón y tanto corrimos, que nuestros labios se encontraron. Al día siguiente, hui a la ciudad.
Te he evitado tanto como te he pensado, pero en la última visita al pueblo choqué con tu serena madurez, tu mirada y sonrisa sin maquillaje. Me dijiste que cuidas de tus padres, ya mayores, haces cerámica y conduces un tractor. Siempre tan práctica, Laura. Por favor, haz algo por ti. Rompe prejuicios. Porque quiero recuperar estaciones contigo, saber cómo besas en invierno. Compartir tus sueños e insomnios. Volver al pueblo.
Siempre tuya: Maribel.
Qué hermoso tu relato, Ángeles. Serenamente, consigues hacernos evocar la vida sencilla y alegre de cualquier chaval en su pueblo, con sus correteos, juegos, devaneos… Da tristeza que la protagonista no quisiera, o no pudiera, debido a las circunstancias o a sus dudas empaparse de las mieles de ese tierno amor juvenil. Ojalá que aún no sea tarde para ellas. Saludos y suerte.
Gracias Jesús! Ojalá estén a tiempo… tal vez en algún relato que nos proponga ENTC veamos la respuesta a esta carta.
Qué carta tan emotiva aunque quizá llegue tarde. Y es que en el mundo rural, donde todos se conocen, los prejuicios arraigan con fuerza y es más difícil arrancarlos.
Sí, Traté de imaginar este tema en un ambiente rural muy cerrado y me parecía imposible que su amor se desarrolle allí. Tendrás que irse a la ciudad :). Gracias por leerme Paloma.
Me ha gustado mucho tu relato, Ángeles. La historia nos va conduciendo por una de esas historias de amor de verano entre los que siempre están y los que solo aparecen en vacaciones. Pero el giro final nos muestra otra realidad. Y no creo que se ciña exclusivamente al mundo rural. Enhorabuena. Suerte. Un abrazo.
Hago mío el comentario de Luisa, ese giro final es un gran cierre para una carta hermosa ya de por sí.
Esas cosas en su sitio me han encantado.
Mucha suerte, amiga.
Gracias Luisa. Me costó mantener el secreto hasta la firma de la carta, me delataba por las esquinas… no sé cómo ellas consiguieron ocultarlo.
Gracias Yolanda!!! estoy deseando leer el tuyo. A ver si sé buscarlo.