101. AVENENCIA
Violeta nació del heno, en un parto furtivo. Creció con vacas, patos y la abuela. Conocía los confines sin haber salido de la aldea. Las laderas eran toboganes. En los regatos jugaba a esconderse bajo el manto de berros, a pelearse con espadañas, mascaba tierra por el sabor a mojado. Descubrió una primavera cómo prosperaban las simientes, entendió que encerraban el secreto de la vida. En la palma de sus manos un día la grana se tornó brote; el retoño, planta vigorosa. Y le dio frutos, agradecida. No aprendió a leer pero sabía dar nombre y uso a la bardana, la escorzonera, la escaravía, y el jaramago. Lloró un invierno a la anciana. Después volvió a la huerta. Socorrió a las lechugas mustias, dio a los cereales ánimos de estiércol. No se extrañó cuando vio musgo asido a los humedales de su cuerpo, ni las petunias que le huracanaban el pelo. Tampoco se asustó con las campánulas que emanaban de su boca cuando le daba hipo. Tropezaba divertida con la enredadera, que la cubría por entero, y los retoños asilvestrados que poblaban sus brazos. Cansada, se recostó una tarde en el regazo de un árbol. Ahora habita su corteza.
Qué bonito Mei.
De libro.
Hola, Mei.
Voy de pasmo en pasmo. Qué preciosidad de texto en el fondo y en la forma, el paradigma, para mí insuperable, de la Mujer Rural. El final del micro nos lleva a volver al título para releerlo, eso diría Ginés S. Cutillas que sabe un rato largo acerca de los microrrelatos de un microrrelato tan bueno como lo es el tuyo. Añado, por mi parte, que para paladearlo y encontrarle el deleitoso retrogusto. Como he dicho mujer, y porque veo en el texto el transcurso del tiempo (el parto furtivo, primavera, un día, invierno que se lleva a la abuela, ese después, ese musgo asido a los humedales de su cuerpo)retengo toda una vida del personaje, su origen, su niñez, su madurez y su senectud en ese ámbito: aldea, campo, huerta cuando, por fin, cansada seguramente de tanto éxtasis, la corteza de un árbol le brinda la absoluta fusión con todo ese retablo sublime. No podía encontrar una tumba mejor. La avenencia, Dios, la avenencia. Y el concedido don a tu persona de encontrar la palabra justa al par que bellísima. ¡Madre mía qué pedazo de narración! Me quito la colección de sombreros, uno por uno, que habitan en mi humilde armario. Has tocado el Parnaso con los dedos, no te digo más. Besos.
Nadie puede negar que esta mujer es rural hasta la médula, con una identificación total entre su naturaleza y el medio que ha conocido. Si la historia es brillante, no lo es menos la manera de narrarla, por medio de un vocabulario rico y de lo más apropiado, que imprime una fuerza increíble al texto.
Un abrazo y suerte, Mei
Suscribo todo lo dicho por Ángel, Martín y Yolanda. Por otra parte, leer tu exquisito texto me hace evocar los cuadros de Arcimboldo, sobre todo El Invierno con esa terca alianza del espíritu humano con la tierra y sus frutos. Y qué decir de ese término, avenencia, tan desusado en esta forma, pero bellísimo en su arcaica sonoridad. Una maravilla lo que nos ofrendas. Un saludo, Mei. Suerte.
qué bonito Mel! Te hace sentir uno con la tierra, recuperar ese vínculo, o avenenciacomo tú lo llamas con una palabra genial como el resto del relato. Esta lleno de simbolismos redactados de forma bella y sutil, como las grandes obras hay que leerlo dos veces para comprender todo. Abrazos
A Yolanda, Martín, Ángel, Jesús, y al autor del quinto comentario: me ha emocionado mucho leer vuestras opiniones.
Muchas gracias por las bellas palabras
Un abrazo a todos
Es un cuento precioso, escrito con absoluta delicadeza y recursos poéticos: («ánimos de estiercol» es puro Miguel Hernández). No te deseo suerte porque no la necesitas.
Me has emocionado, Mei. Y una que lleva tiempo sin comentar, ni entrar en los sitios, al abrir la página y leer tu texto se ha dicho: este lo tengo que comentar, porque todas las mujeres de mi casa que ya no están no me perdonaría que no te dijera lo hermoso que lo has escrito.¡Pura belleza!
Un beso grande
Mei, trasmites elegancia en tu relato, amen de exquisita imaginacion poetica. Suerte y saludos
¡Precioso! Creo que no dejaría de leerlo una vez tras otra. Me encantó.
Suerte Mei, aunque creo que está escrita entre sus letras.
Apabullante Mei. Un derroche de vocabulario (reconozco que ignoro el significado de algunas palabras)
Me quedo con el final: ahora habita su corteza. No hay muerte. Sólo pasó del sueño a la corteza. Suerte!
Mei, es muy poético o a mí me lo parece, tu relato.
Besicos muchos.
Fundida con la naturaleza, desde su nacimiento hasta la muerte. Precioso, Mei.
Suerte y beso.
Nani, Anna, gracias por comentar.
Un abrazo
¡Enhorabuena, Mei! El libro se quedará corto para este relato, sospecho que estás en el podium fin de año. ¿Cómo puedes escribir así?
¡Felicidades! Es un relato precioso.