ENE123. PARECÍA UN CABALLERO, de Calamanda Nevado Cerro
Cuando despertó, sintió el vientre pesado y extrañas sensaciones en la cabeza.
Había dormido con la boca abierta. Se levantó para tomar un vaso de agua y aliviar su sequedad. Sin fuerzas y angustioso intentó alcanzar la ventana y el reloj. -Las nueve.- Le sorprendió el silencio del dormitorio y las voces viniendo de fuera -¿Estoy solo? Dónde está la niña.- Recordaba con que gracia le preguntaba al mediodía por su extraño aspecto mientras jugaron a los disfraces -¡Vaya explicaciones!, no callaba.- Le disgustaba que ahora no estuviera allí.
Recordando las preguntas que le hizo la pequeña abrió el armario. –Tampoco está.- Murmuró agotado. -Me gustan sus ojos despiertos, miran de arriba abajo; aunque es pequeña sabe mucho. Cuando la observaba entre los árboles enseguida llamé su atención.- La buscaba muy intranquilo. -No parece haber nadie ¿Pudo marcharse mientras pasé al otro lado de la cama para hacerle sitio? No me gusta esto.- Recorrió la casa regañándole hasta que no pudo soportar el dolor y cayó al suelo. A pesar de su visión nublada observo manchas en su camisa; la desabrochó con dificultad, se pegaba a una cicatriz reciente que sangraba. Al fin recordó; tenía el estomago lleno de piedras.
Menuda visión desde el otro lado. Casi hasta me da penita este lobo tan castigado!! Original y divertido, me gusta mucho.
Aurora, gracias; ya veo que te apenas por él, salio algo trasquilado la verdad. Un saludo.
Calamanda, me vas a perdonar, pero vengo observando en tu relato y en alguno de tus comentarios que siempre escribes «valla», pero es «vaya».
Valla: Línea o término formado de estacas hincadas en el suelo o de tablas unidas, para cerrar algún sitio o señalarlo.
Vaya: (3.ª pers. de sing. del pres. de subj. de ir).
1. interj. U. para comentar algo que satisface o que, por el contrario, decepciona o disgusta. Pablo ha aprobado todas las asignaturas, ¡vaya! No podemos ir al teatro: se ha suspendido la sesión, ¡vaya!
2. interj. U., antepuesta a un sustantivo, en construcciones exclamativas, para conferir sentido superlativo a las cualidades buenas o malas, según sean la entonación y contexto, que se reconocen en la persona o cosa designadas por dicho sustantivo. ¡Vaya mujer! ¡Vaya reloj que te has comprado!
3. interj. U., seguida de la preposición con y de un sintagma nominal, para marcar la actitud, favorable o desfavorable del hablante, matizada muchas veces de ironía, ante la persona o cosa designada por dicho sintagma. ¡Vaya con el niño! ¡Vaya con la musiquita!
Aurora, gracias por tu observación. Efectivamente, se ha colado «valla», cuando sabemos que en ese contexto ortograficamente corresponde «vaya». Un saludo.
¿Quién dice que la historia la cuentan los vencedores? je je.
Una propuesta muy original Calamanda.
Un saludo.
Miguél, gracias. De todos modos el solo cuenta lo que le interesa. Un saludo
Qué versión de Caperucita más moderna! Original
Besos feroces
Mei, gracias. Desafortunadamente, etos personajes son camaleonicos. Besos.
Un lobo con un punto de humanidad, y una caperucita muy diferente. Enhorabuena
Los lobos tambien tienen su corazón. Gracias.
Un famoso cuento descrito a través de las plabras del «malo», que en este caso da un poco de penita, como dicen más arriba.
Suerte, Calamanda.
Inés, gracias; menos mal que los malos también tienen su corazoncito.
Me ha gustado tu versión de Caperucita; el cuento contado desde la visión del lobo malo. Menuda Caperucita espabilada, como tiene que ser.
Un abrazo, Calamanda.
Ginette, gracias; estoy contigo, cuantas más caperucitas listas mas lobos atrapados. Un abrazo.
El título se puede adjudicar a muchos lobos con piel de cordero, me gusta. Un abrazo.
Natalía, gracias. Las caperucitas deben abrir mucho los ojos y no dormirse. Un abrazo.
Las apariencias engañan, y en este caso, ni uno era un caballero ni la pequeña era tan inocente. Muy original, Calamanda, un beso.
Ana, estoy contigo; las apariencias engañan… casi siempre. Gracias. Un beso
Relato angustioso que he tenido que leer dos veces. A mí este despertar me lleva al cuento de Caperucita siendo el narrador el Lobo Feroz. Buena focalización. Veré qué me aportan los comentarios. Pues sí, de eso se trata. Y veo ahora tu intención con el título. A ver si tienes suerte y estás en el podium.
Gracias Ximens. El lobo, por ser tan malo, tubo su merecido. Sería ideal que siempre fuera así. Gracias, un saludo.
El narrador no es el lobo, es el protagonista, eso sí 🙂
Antonía, gracias. Su protagonismo le salio caro. Un saludo.
Calamanda, buena estrategia la tuya: cuando acabas de leer, completas el cuento. Muy buen relato. Enhorabuena.
Rosa, gracias. Sabes que las estrategias van con nosotros, unas veces funcionan más que otras. Un saludo.
No sé si las intenciones de este lobo eran de verdad tan perversas, pero su mala fama fue fatídica. Enhorabuena y suerte Calamanda. Un abrazo.
Juancho, es cierto, su mala fama le precede. Gracias. Un abrazo.
Calamanda, has modernizado el cuento. Enhorabuena me ha gustado tu versión.
Aunque ya que el lobo viste con camisa me pregunto si no sera en verdad un hombre lobo que solo actual con maldad cuando esta transformado. La verdad que en tu relato inspira compasión.
Te deseo suerte con tu cuento.
José Ángel, gracias. Estos lobos con piel de cordero nos despistan mucho. Saludos.
Muy guapo; hiciste que recorriera cada cajón imaginativo de mi mente, con diferentes situaciones y mira, el desenlace me sorprendió y la sonrisa se mantiene en mi cara.
Enhorabuena.
Lines
Ángeles, la imaginación al poder; eso dicen. Afortunadamente, consigue sorprenderse; como nosotros. Gracias y saludos.
Ana, gracias. Es tan buen clásico que se deja querer con versiones muy variadas. Un abrazo y saludos
Sorprendente tu versión de Caperucita. ¡Suerte Calamanda!
Un beso,
Belén
Pues aunque todo apunta a Capericita, la escena de las piedras en el estómado es del cuento de los sietre Pues aunque todo apunta a Caperucita, la escena de las piedras en el estómago es del cuento de los siete cabritillos. Sí, aquel en que el lobo los engañó enseñando la patita, rebozada en harina, por debajo de la puerta y se comió a seis, ya que el más pequeño se escondió en la caja del reloj. Cuentos del cola-cao de los años cincuenta. Como locos subíamos hacia las cinco de la tarde a casa a oírlos junto a la canción del cola-cao. «Lo toma aquel negrito del áfrica tropical…»
Ah, se me olvidaba, con cariño Calamanda, el gazapo del cuento, de un brinco, cruzó la valla.
Un beso.
Jesús, los lobos han abundado, como personajes malvados, en los cuentos y siempre salian escarmentados. Gracias y un beso.
Me ha encantado tu original versión del lobo «sensible».Enhorabuena y te deseo la mejor de las suertes.
Un abrazo.
Me ha encantado tu original versión del lobo «sensible».Enhorabuena y te deseo la mejor de las suertes.
Un abrazo.
Me ha encantado tu original versión del lobo «sensible».Enhorabuena y te deseo la mejor de las suertes.
Un abrazo.
Me ha encantado tu original versión del lobo «sensible».Enhorabuena y te deseo la mejor de las suertes.
Un abrazo.
Silvia, gracias por cuadruplicado. Un beso
La versión del cuento original es muy buena. A mi entender le resta fuerza el «valla» y la puntuación.
Un saludo
Si visto así, se convierte en bueno y protector; pero con final clásico. Un abrazo.
Puede ser cierto, a veces, algunas puntuaciones bailan con su propio ritmo y no lo vemos. Gracias y un saludo.
Original interpretación del cuento, me ha sorprendido, la verdad. Hasta llegar al final no veía al personaje. ¡Muy bien!
Suerte
Besitos
Elysa, gracias. Me alegro, las sorpresas si son de este estilo son bienvenidas. Besos.
Muy bueno. Solo cambiaría el final un poco, ya que ese «recordó» no es muy creíble a estas alturas, pero bastaría con un «sintió como si tuviera el estómago»
Hola, «al fin recordó» lo elegí porque al personaje lo presenté, bastante indispuesto y muy desorientado; por todo lo que anteriormente supuso para él que lo descubrieran. Ya sabes lo que son los mecanismos de defensa, te llevan a olvidar, como en su caso. Por eso cuando la herida se hizo evidente, recordó qué le habia ocurrido. Gracias por todo, ya sabes, el autor tiene su idea y ahí coloca a su personaje. Saludos.
Jams, gracias por quitar el gazapo. Saludos.
Hola Calamanda. Me ha gustado mucho tu versión del lobo y Caperucita. He estado leyendo pero el tuyo se me había escapado, no puedo pasar por aquí todos los días.
Efectivamente, las dos hemos pensado en el mismo cuento, pero con versiones distintas. Espero que tengas mucha suerte.
Besicos muchos.
Gracias por pasarte. Saludos y suerte de nuevo.
Muy original, Calamanda, la perspectiva del lobo. Muy divertido.
Un abrazo.
Nicoleta, gracias. Si te ha distraido me alegro. Un abrazo.