137. RAICES
Acariciaba la tierra, acunaba las semillas y pasadas algunas lunas surgían, como estrellas, sus plantas.
Cuando soplaba el duro viento o las escarchas mordían las hojas, ella les cantaba canciones de brisas y de hogueras, y ellas resistían y daban su mejor verde, su flor más fragante.
Un día desapareció.
Era otoño, y entre hojarasca y rojos de viñas, la volvieron a ver: El árbol-mujer más hermoso del bosque.
Preciosa metáfora del amor por la tierra, una tierra dura pero que, agradecida, se mimetiza con la protagonista. Abrazos y suerte, Antonia.
Gracias, Salvador.Muy amable. También suerte para ti y abrazos.
Nos dejas un hermoso y poético texto, Antonia, donde nos muestras, con un hálito de tristeza, la comunión que se puede alcanzar entre una persona sensible y su entorno. Suerte y saludos.
Gracias, Jesús.Valoro tu opinión al igual la que la de l@s compañer@s, porque así veo lo que quizás se me escapa de lo que escribo. Un placer vuestro interés. Suerte y abrazo.
Gracias ,Ana, comentarista rica en apreciaciones y matices, siempre algo más allá de la lectura. Un gusto seguir leyéndote, sea con relatos o análisis de los mismos.
Muy feliz por tu cariño. Cuídate mucho y un besazo.
Antonia, bonita historia. Me agrada el comentario que has hecho a Ana en su ultimo relato. Saludos y suerte
Muchas gracias, Calamanda.Un abrazo.