26. CASI LA VIDA (PURIFICACIÓN RODRÍGUEZ)
Huía de la muerte y a punto estuvo de lograrlo.
Recorrió medio continente para internarse en un mar desconocido y menos manso de lo que le habían prometido.
Desde la lancha de salvamento ví cómo se hundía en silencio a cien metros de la costa.
Nunca había necesitado aprender a nadar.
Pues sí que es triste que alguién que recorre medio mundo en busca de una nueva vida y al que tienes a unos pasos no consiga burlar la muerte al no llegar a tiempo tu ayuda. Suerte con tu conciso y emotivo relato, Purificación. Saludos.
Hola, Purificación.
Has manejado muy bien los elementos en un texto tan breve. «Muerte», «Mar desconocido», «Lancha de salvamento», «no necesidad de». Parece que el guardacostas conocía de una manera omnisciente al ahogado/a. Reconsidera poner «Huiría» y «Debió recorrer». Es solo una opinión, un aporte. Me gusta tu propuesta. Un beso.
Muchas gracias, Jesús, por tu comentario. También a tí, Martín, por tu interesante su gerencia. Lo que ocurre es que el observador de mi relato constata un hecho cierto, no describe una hipótesis o una suposición. Un abrazo, ammigos.
Purificación, sin querer darte la vara, y solo por entender absolutamente un texto interesante: ¿Quién va en la lancha de salvamento? ¿Va el funcionario, el guardacostas o como le quieras llamar con alguien más que no es funcionario? Esto me aclararía muchas cosas. Hablas de hechos ciertos, pero para quién. Si es el guardacostas, solo o con sus ayudantes, vale que el hecho de huir de la muerte y estar a punto de logarlo así como que vio cómo se hundía el naufrago sean constataciones, pero que haya recorrido medio continente en un mar desconocido creo que no es una constatación sino una certeza o una opinión. Cómo sabe ese alguien que el ahogado ha recorrido medio continente y que para el ahogado era un mar desconocido: igual lo había intentado alguna otra vez y se salvó… No sé, espero que me ilustres; ten paciencia conmigo, debo estar mayor. Gracias.
Morir en el intento de encontrar una vida mejor. Darte cuenta de que no puedes salvar a alguien. Esta muy bien contado en tan pocas palabras.
Un saludo, Purificación
Relato breve pero contundente, contando en pocas palabras una realidad ante la que poco o nada estamos haciendo. Y quien sí hace además tiene que vivir para siempre con lo terrible de ver morir a gente y no poder hacer nada…, horrible de todas, todas. Buen relato, suerte.
Purificación, cuanto entristece contar estas historias verdad? Mucha fuerza en tu cuento. suerte y saludos
Martín, te puedo decir que en un relato tan corto y abierto como este, cabe más de una respuesta. Por ejemplo, esta: El salvador ha llegado a la costa tras rescatar en su lancha a los amigos que venían con el pobre ahogado, que le cuentan su huída por el continente hasta alcanzar ese mar que les prometía un mejor futuro. De nuevo, gracias y un abrazo.
Me encanta que el autor defienda, con fundamento, su texto, así como que éste sea susceptible de interpretaciones varias. Encuentro tu explicación plausible, razonable y me quedo más tranquilo y satisfecho, ya sí. Gracias por tu aclaración. Besos.
Y gracias mil también a vosotros, Inés, Cristóbal y Calamanda. Espero que pronto volvamos a encontrarnos todos en Madrid. Sería estupendo.
Con frases duras y contundentes nos presentas, Purificación, una realidad tristemente repetida en nuestros tiempos.
Un abrazo.
Gracias a tí, querido Martín. Y por supuesto Mª José, también te agradezco tu cariñoso comentario. Besos mil.
No hacen falta más palabras.