35. OCÉANO DE INCERTIDUMBRE (M. Belén Mateos)
Su origen no estaba tan definido como creía: rubio, ojos azules, tez blanquecina y labios sonrosados.
Su sangre latía igual que la su hermano de tez plomiza y mirada perdida. Dos vidas, dos úteros y un mismo pecho henchido de leche para amamantar dos bocas sedientas.
Caricias repartidas, besos intermitentes y nanas al unísono de un compás lejano en una emigración obligada.
Ahora, diez años después, deseaba habitar una nueva vida reflejada en el instinto de supervivencia, entre las olas y la barca desprovista de víveres, cargada de esperanza.
La tierra se avistaba casi al alcance de su mano y el mar rugiente en la punta de sus ojos; ávido de carnaza le devoró en un último estertor de su anhelado destino.
Centrándome en el título de tu estupendo relato y a pesar de no conocer a nadie que haya alcanzado sus sueños de esa forma, creo que una mayoria de los que lo intentan tiene la certeza de que van a conseguir su libertad. Certeza que poco puede ante todo un océano de incertezas: mafias, barcas de escasa estabilidad, masificaciones, las inclemencias de la mar, depender de otras personas y su forma de actuar, el miedo al desconocido en los ojos de los demás… Aún así sigue habiendo mucha gente dispuesta a arrojarse a ese oceáno. Me ha gustado mucho, M. Belén. Un saludo y suerte.
La vida es un océano en el que la certeza de no ser engullido por ella es casi nula.
Arrojarse al mar, a las inclemencias del día a día, a la escasa estabilidad de los pensamientos, a la masificación de ideas…
Sueños rotos y sueños construidos entre el desasosiego y la esperanza de la ansiada libertad.
Muchas gracias Jesús por tu estupendo comentario, por tu tiempo y por tus palabras.
Un abrazo.
Hola, María Belén.
El relato se hizo música y habitó entre nosotros. De qué maneran, única, haces como para que las palabras juntas, extraordinariamente reunidas, acaricien en el oído como caricias de lo más sutiles. Es una prosa sedosa, tersa, casi insuperable. Y el fondo: la consanguinidad aliada con la emigración, esa necesidad valga decir contra natura, despertando los instintos más primarios para la supervivencia. Un micro que solo podías haber formado tú con esa rara perfección, con ese don inmenso que tienes para regalarnos unas líneas como estas de ahora. Felicidades por las nubes en compañía de alados besos.
Abrumada y agradecida por tus palabras Martín.
Caricias que son verbos y verbos que se alían con la música de fondo en una historia de tragedia.
Tienes una gran sensibilidad y se aprecia en todo aquello que escribes, es grato conocer a personas que poseen este Don, y tú lo despiertas cada día.
Muchas gracias. Besos azules de Rubor.
Dos hermanos que pueden parecer distintos fsicamente, pero a quienes la necesidad iguala, el camino incierto y la catástrofe, lo que demuestra que las características fsicas y de todo tipo con las que se nace sólo son detalles, que en el fondo todos compartimos un mismo fondo, sólo que algunos nacen en el lado de la vida que tiene querencia a escorarse inexorablemente hacia la desdicha. Resulta triste que todo esté tan condicionado por el puro azar, que a veces se obstina en ahondar en la brecha inicial para no dar a las personas la más mínima oportunidad, de nada sirven sus anhelos, esfuerzos y sacrificios.
No es sólo lo que cuentas, sino también como lo haces, con ese lenguaje que, sin escatimar dramatismo si la ocasión lo requiere, es pura caricia y armonía.
Te mando un abrazo muy grande, María Belén, y suerte, que tú te mereces como nadie, en ese azar incierto y caprichoso.
(Disculpa alguna letra y tilde de menos. Estoy de viaje, escribo desde el móvil y no es lo mismo).
Es tan importante donde se nace…
Nada nos separa de la esencia humana, lo físico es el envoltorio de un inferior que late al mismo compás.
El esfuerzo, el anhelo, el sacrificio a veces nos conduce a lo profundo de la oscuridad de la vida, otras veces el destino nos espera en la caricia de un puerto.
Muchas gracias Ángel por tu comentario, no importa los acentos, las letras distraídas…siempre son una maravilla leerlos.
Abrazos de corazón.
Cuando el drama te susurra al oído y extrae el lado salvaje del hombre con la palanca de la palabra hecha música, la sacudida retumba sorda en las entrañas.
Qué manera de crear belleza con la travesía de una supervivencia hacia un final tan sórdido, con un vaivén vertiginoso entre la cara amable del pasado y el aplastante canivalismo con el que desembarcará en el futuro.
Un gran relato en forma y fondo, querida Belén. Qué buenos ratos paso leyéndote.
Un fuerte abrazo.
Un comentario de altura, la misma que tu persona. Sabes ver la belleza en todo aquello que lees y más en lo que tú escribes.
La vida a veces sacude las entrañas y estas se quedan mudas de palabra y latido.
La supervivencia… ese estado en el se lucha para desembarcar en un futuro más certero.
Muchas gracias Antonio. Y lo que disfruto yo, leyendo cada línea de lo que escribes.
Un beso grande.
Un final muy triste y esperable para tu protagonista. Deja un amargo sabor de boca pero, al mismo tiempo, es admirable leer tu historia por lo impecablemente escrita que está.
Un abrazo.
Pocas veces la lucha por la supervivencia contra el embravecido mar tiene un final de cuento.
Muchas gracias María José por tus palabras. Un abrazo bien grande para quitar ese sabor amargo.
MªBelén, cuanto nos cuentas en esta dura historia de trágico final, y que bien. Suerte y saludos
Siempre un encanto, siempre…
Hay historias más dulces, pero esta está en plena marea salada.
Muchas gracias bonita.
Un beso Calamanda.
Yo he venido aquí a hablar de tu libro… ¡que no se te olvide!, jajaja
MªBelén, preciosa, me gusta cómo escribes.
Suerte y un besote.
Jajajajjaaj…Muchas gracias Rosy.
Como para olvidarlo. Mil besos preciosa.
El mar de la vida y de la muerte, el mar que noes el mismo para todos. El mar de la incertidumbre y el de la pesadumbre. Dos hermanos de leche pero no de sangre, esas injusticias insalvables que tiene este mundo que tan bien nos muestras. Un placer leerte, M.Belén.
La cara y cruz de la vida, como tan bien y bonito me dices Manoli.
Hay mares de vida, otros de muerte, hay leche que une más que la sangre…
Muchas gracias rebonita. Un beso grande.
Mª Belén, qué prosa tan armónica y dulce para describirnos la tristeza y los sueños rotos. Ese océano que se traga la esperanza.
Un beso grande
Hasta en el dolor más profundo se puede encontrar poesía.
Como en ese océano, que tú tan bonito dices, se traga la esperanza.
Muchas gracias Blanca. Un beso guapa.
El yin y el yang de la existencia personificados en las peripecias y destino de dos hermanos, y como colofón, ese océano de incertidumbres que termina devorando al que osó aventurarse en sus aguas.
Una historia triste, pero bellamente contada.
Un beso grande para vos, amiga BELÉN.
Cariños,
Mariángeles
Con cuanto mimo has leído mi relato y con cuanto acierto has comentado.
Ese océano que devora a quienes se atreven a cruzarlo sin tener compasión alguna.
Muchas gracias Mariángeles. Un beso de cariño.
Entre la incertidumbre inmensa del océano feroz, una certeza: la muerte no distingue colores.
Así es. La muerte ve en sombras incoloras y sus presas carecen de color ante sus tenebrosos ojos.
Una verdad, que la has descrito a la perfección.
Muchas gracias Edita.
Un abrazo.
Un relato muy bien hecho, lleno de poesía. Aunque el final sea trágico te queda lo leído.
Los abrazos y besos te los daré en Madrid. Por favor lleva tu libro para que me lo dediques.
Hay finales que terminan en los abrazos de las olas.
Deseando el encuentro María.
Un Rubor viajará conmigo hasta llegar a tus manos. Muchas gracias bonita.
Un beso azul.
El cruel destino irrumpe en la vida de los que, en su desesperación, vuelan sin alas en busca de un futuro mejor. Me ha encantado, Mª Belén. Abrazos y suerte.
Volar sin alas… que bonita imagen me dejas Salvador.
El destino cuando se viste de crueldad es el peor de todos.
Muchas gracias. Un abrazo grande.
Con llegar al otro lado del océano y pisar tierra firme me conformo.
Unos adjetivos que definen a la perfección mi historia, las aguas con su guadaña de olas, la esperanza vapuleada por la realidad de una vida que tiene un trágico destino final.
Muchas gracias por tus palabras Juan, me encanta leerte en tus textos, en tus comentarios y todo aquello que con letras transformas en una original, culta y maravillosa lectura.
Un beso artista.
A veces hay hermanos que no tienen la misma sangre, pero esas experiencias (sobre todo en los momentos duros) les hacen estar unidos de una forma especial. Quizás las incertidumbres y dudas que les sobrevuelan en tu título rompan ese vínculo.
Mucha suerte 🙂
Besos.
Hay momentos en que la sangre bombea de la misma manera…
Muchas gracias Esperanza, siempre con la palabra certera.
Un beso bonita.
Hola, Belén.
Lo físico nos marca y nos desmarca, pero -en el fondo- es solo un disfraz de lo que se tiene en el pecho o en la sangre o… Todos somos iguales y tan diferentes.
Me encantan tus hermanos de leche.
Te diría lo de siempre: ¡¡Suerte!!, pero es que hasta lo gritaría.
Un beso, bonita, siempre nos quedará París.
Lo físico solo es eventual, lo profundo del sentimiento y el latir es lo que marca la línea de la vida.
Tu grito es mi silencio… París, Zaragoza y Madrid mi alegría.
Muchas gracias preciosa mía. Un lujo tenerte en mi vida.
Mil besos Towi.