39. ¿LAS RECUERDAS? ¿QUÉ QUERÍAN? (REVE LLYN)
Había tomates en el huerto, así que supongo que era verano, pero solo recuerdo que hacía frío. Las tres llevábamos tiempo dando forma al sueño de cruzar a una vida mejor e intentamos inútilmente aprender a nadar. Vi sus cuerpos a la altura de mi pecho, cubiertos, salvo la cara, por unas sábanas blancas. Hubiera bastado agacharme un poco para comprobar si respiraban o no. No creía que pudiesen estar muertas de verdad, no había sangre, tampoco heridas. Sólo una quietud turbadora en su cara y los ojos cerrados. Seguro que si levantaba la tela encontraría lo que se había estropeado en sus cuerpos y podría repararlo.
Últimamente ya no recuerdo sus caras, se me han borrado como algunas palabras de mi idioma y las canciones que solía cantarme mi madre.
Ojalá pudiera olvidarlo todo, como olvidé mi nombre para cambiarlo por otro, como olvidé los nombres de los ríos que recitábamos en la escuela (que inútil nombrar al agua si el agua no obecede a ningún nombre). Ojalá pudiera olvidarlo y volver a nacer aquí como si nunca hubiese pertenecido a otro lugar.
Solo recuerdo que aquel día hacía mucho frío, y que ya, desde entonces, siempre tengo frío.
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La hipotermia, esa dichosa palabrita tan en boga desde hace tiempo, uno de los peajes a pagar en muchas ocasiones para quienes intentan cambiar de vida, cuando la que ha tocado sólo supone penuria. Después de tanto sacrificio, de haber sobrevivido, del esfuerzo sobrehumano por tratar de adaptarse a un mundo nuevo, no siempre amigable, queda una tarea ardua todavía: tratar de olvidar lo suficiente para seguir viviendo, con el frío instalado de forma permanente.
Dramático, real y bien contado.
Un abrazo, Reve. Suerte
Evelyn, cuentas muy bien la importancia de pertenecer a un lugar y que este sea seguro para vivir, o no. Suerte y saludos
Hola, Evelyn.
El apego a la tierra donde se nació de la protagonista le lleva a desear volver a nacer allí después de haber presenciado el fin funesto de algunas emigrantes. El frío en el inicio y en el final del texto. Y cómo no sentirlo. Claro que no se olvida de las ahogadas y por supuesto que sabía lo que querían, lo que ella misma, lo que le lleva a lo comentado en el inicio de esta interpretación textual. Buen relato. Enhorabuena. Un beso.
Siento escalofríos, con la lectura de tu relato, Evelyn. Me ha impresionado ese frío perpetuo que sufre tu protagonista. Muchos acontecimientos marcan su huída y los recuerdos, aunque se quiera, no se pueden eliminar del todo, a pesar de querer disfrazarlos. Muy bueno.
Un abrazo.
Has conseguido que sienta frío. Creo que eso es bueno.
La expectativa de un cálido futuro choca con la fría realidad del camino emprendido, para muchos, segado de raíz. Solo el tiempo puede insuflar vida otra vez a la protagonista. Muy bueno, Evelyn. Abrazos y suerte.