40. UNA TAPA
UNA TAPA
Llegué al parque de la ermita de Salas, muy cerca ya de la antigua Osca, hastiado de la soledad de los caminos. Tras cinco días de andar, había perdido ya la esperanza de fraguar una amistad o tan siquiera un compañero de andadura. Me tumbé en un banco de piedra bajo las moreras sorbiendo una lata. De pronto una mujer venia hacia mi sosteniendo algo entre sus manos. Me acercó aquello con una tímida sonrisa: una tapa dijo. Cogí el cuenco de cuyo interior asomaba un gran muslo asado con patatitas. La miré perplejo. Su sonrisa de ojos oscuros y brillantes no cejó cuando se iba, envuelta en su tez morena de azúcar, un poco redondita. Pasado mi estupor me acerqué para agradecerle. Pedí permiso para sentarme con ellas; estaba con su hijita.
Brasileña, a Huesca la había traído el amor; lo dijo bajando la mirada y entornando los ojos hacia la niña. Nunca dejó de sonreír.
Acabé con el suculento bocado. Ellas pararon su manta y se recostaron regocijándose. Monté mi mochila a la espalda y continué emocionado mi camino en busca del albergue. Alegre y sonriente.
Francesc, cuentas muy bien la importancia de ser tenido en cuenta, eso a los transeuntes les agrada sobremanera. Suerte y saludos
Si. Y mas si lo eres en una tierra de adopcion. El impacto fué mayusculo.
Gracias por comentar. Uno se sorprende de ver que alguien se tomó la molestia de leer mi limitado trabajo. Y cuanto lo agradezco!
Gracias Calamanda
Hola, Francesc.
La sonrisa qué contagiosa es y cuanto alegra el camino si se acompaña de suculentas viandas. De qué modo fulmina al hastío de hacer ruta en soledad y cuanto recarga las pilas gastadas. Simpático texto el tuyo y sencillo, dicho en sentido admirativo. Mi felicitación junto con un abrazote.
Te agradezco Martin Zurita la molestia de escribir unas palabras. Siento no tener el tiempo suficiente para leer y comentar cada uno de los trabajos que se publican. Mantener la voluntad de escribir ya supone un esfuerzo cuando uno esta laboralmente y familiarmente activo . Muchas gracias
Francesc, te agradezco doblemente que hayas sacado tiempo de los rincones para comentar mi texto. Escribir para mí no es ninguna molestia. Verás, antes que dientes me salieron lapiceros con que dibujar y escribir. Luego la vida… Hace tres años que escribo a medio tiempo, a medio gas pues trabajo todavía como autónomo en la Asesoría Fiscal. Y tengo serias cargas familiares. Escribir sale del ocio (nec-otium: sin negocio), desde luego, pero, y más, mucho más, de robarle horas al sueño a mano armada de bolígrafo. Ya dispondrás de todo el tiempo para escribir, cada vez vivimos más años. Y si haces lo que puedes ya estás haciendo más que lo suficiente, no tienes que disculparte. Que nada te dé coraje como dicen los andaluces, rabia. Venga, un abrazote.
La hospitalidad de una extranjera en nuestra propia tierra. ¡Cuánto tenemos que aprender de aquellos que dan lo poco que tienen, sin esperar nada a cambio! Felicidades, Francesc.
Un abrazo.
Pues sí Mª José, me dió que pensar. Y a veces es mas facil hacerlo hacia alguien totalmente desconocido y en una tierra de adopción! Pero qué lección
Muchas gracias
Ya nos gustaría ser recibidos y agasajados de esa amistosa forma por quién, quizás, debería ser, ella, la amparada, al encontrarse tan lejos de su hogar. Así, dan ganas de seguir el camino con renovadas fuerzas. Enhorabuena, Frances, por tu bonita historia. Un saludo y suerte.
Agradezco Jesús tu comentario. Me resulta mas facil sacar historias de la realidad vivida y ponerlas en papel dándoles el toque literario que las hace ficticias.
Muchas gracias por leer y comentar
El mundo al revés. Qué bien.