ENE46. SUEÑO O REALIDAD, de Maricarmen Brun Martín
Cuando desperté, estaba semidesnuda sobre un suelo lleno de cosas puntiagudas y cortantes, hacía un frío helador y todo estaba muy oscuro. Quería incorporarme, pero mi cuerpo no me respondía. Cuando me fui acostumbrando a la oscuridad, comprobé que estaba en una estancia vacía, al fondo de la misma y del interior de un ventanuco redondo, salía una luz cegadora a la vez que se oía un extraño cuchicheo, como de voces metálicas e ininteligibles.
A duras penas logré llegar hasta aquella luz, en su interior unos hombrecillos con horribles caras de insectos, manipulaban los botones de unos enormes monitores, donde aparecían unos gráficos y signos incomprensibles.
En unas estanterías, había frascos de cristal con cosas que flotaban en su interior, pero que yo no podía distinguir.
En otras y como si fueran trofeos, había seres humanos disecados.
Una hilera de espantosos y potentes robots, en formación militar, recibía órdenes. Parecía que se disponían a cumplir una misión importante.
Era todo tan siniestro y tan alucinante a la vez.
No me lo podía creer: ¡había sido abducida!…
Pues fíjate, Maricarmen. El relato es tan bueno que me esperaba un final radicalmente de otra manera. Nos conduces por una historia que da mucho juego y resulta que el broche que pones, para mi gusto, es el menos fantástico de todos los imaginables. Es solo una opinión, como te digo, daba más juego ese final.
Un abrazo.
Ante todo Feliz Año a tod@s:me gustan tus opiniones Susana, pero francamente no sabía como terminar condensando la historia en tan pocas palabras.
POr eso, no paro de leer micros a ver si consigo aprender a escribir finales sorprendentes como los que en este blog se leen.
La descripción de los hombrecillos con caras de insectas es espantosa, nos presentas una pesadilla que puede ser real (espero que no…); me ha gustado, Maricarmen.
Un abrazo.
Brrrr, juegas con la baza de la imaginación del lector y eso es un arte.
Enhorabuena.
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