ENE42. ACARICIÉ EL PIANO, de Luis Cruz Cubero Villalba
Cuando despertó había llegado el día. El día del temido examen de piano. En los últimos tiempos todo se había centrado en una buena preparación. Seis horas diarias durante tres meses y en el último mes, más de siete, configuraban un panorama bueno para afrontar el examen de fin de carrera. Pero a pesar de la dedicación, de las ganas de cumplir un sueño, todo el tiempo había pasado como un suspiro. Había llegado el momento.
Ya estaba en la sala del examen, que era público. Se podía asistir al que hiciesen los compañeros en el trance, rivales al fin y al cabo. Ver como a una joven se le resbalaban las manos en las teclas, con fallos de principiante, no le relajó nada. Le llegó el turno. Miró al tribunal discretamente. Se sentó al piano. De repente, todo fluyó, todo encajaba. Fundió a los asistentes en un sueño. Sus notas hicieron gala de la más exquisita música que se hubiera interpretado con ese instrumento.
-Así me contaron que fue su examen, señor Mauricio. ¿Cómo logró usted vencer el miedo? -le pregunté.
-Yo no lo vencí, lo acompañé. Siempre así tras cada despertar. Después, acaricié de nuevo el piano.
Luis, muy bien escrito tu relato, con esos miedos que todos hemos tenido en los exámenes. Me ha recordado brevemente a cuando yo estudiaba Literatura Hispanoamericana, el profesor nos pidió que escribiéramos un cuento que empezara con «Cuando despertó…» y un compañero mío escribió: «Cuando despertó, era el día del examen.» Un abrazo y mucho ánimo.
Muchas gracias Jesús. Hay momentos en que cuando uno despierta se encuentra con un «día fatídico». A veces también la sensación viene con cualquier día especial. El caso es que cuando uno se despierta, se levanta con un «respingo».
Un abrazo.
Gracias Ana, creo que el miedo está con nosotros muchas veces, es parte nuestra. Por ello quizá acompañarlo más que vencerlo, hace que se pueda sobrellevar. Aquí lo importante fue conseguir, como dices, un trabajo bien hecho, que estaba por encima de todo lo demás.
Saludos.
Luis Cruz
Has reflejado muy bien el miedo al fracaso, en este caso son exámenes, pero podría ser cualquier otra cosa. La inseguridad es muy mala consejera y nos puede jugar malas pasadas por muy capaces que seamos de enfrentarnos a una situación y salir airosos. Me ha gustado mucho lo de «acompañar» al miedo, quizá sea una buena forma de enfrentarlo. Un abrazo.
Sí, yo también creo que es una buena manera de vivir con el miedo, ya que está en muchas ocasiones en nuestra vida.
Muchas gracias Ana.
Bonita manera de superarción. Me ha gustado.
Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, hay que ir superándonos aceptándonos comos somos, también en el miedo.
Un abrazo.
Luis, me ha gustado la lección de vida del final de tu relato. Y me ha gustado el tema de la música. Suerte.
Gracias Nicoleta, yo también creo que el maestro nos da una buena lección.
Luis.
Es bonito, Luis, el mensaje. Aunque creo que habría sido más bonito que hubieses dado menos explicaciones y que la música de este relato se dejara sentir más entre líneas.
Un abrazo.
Gracias Susana, tomo nota.
Luís, me he sentido identificado con tu protagonista porque yo también estoy preparando un examen laboral y le estoy dedicando muchos esfuerzos.
Ese miedo al fracaso que nos asalta frente a los retos que la vida nos pone delante no sirve solamente para hundirnos. En ocasiones es lo que nos impulsa a seguir adelante.
Me ha gustado mucho tu relato.
Saludos y suerte para este año.
Muchas gracias José Ángel, me alegra que te haya gustado y me enorgullece que te hayas sentido identificado. Mucho ánimo para el examen que estás preparando. Es cierto que acompañar el miedo puede ser una buena forma de aceptarnos y así poder irnos superando. Saludos. Que tengas un feliz año.
Luis.
Luis, me ha gustado muchísimo como negocia tu protagonista el miedo. ¡Suerte!
Belén
Gracias Belén, me alegra mucho que te haya gustado este asunto.
Saludos.
Luis Cruz.
Dices verdad, la vida siempre está acompañada de amor, miedo, esperanza.
Bueno.
Lines
Gracias Lines. Me alegro de que te haya gustado y que hayas visto tantas cosas.
Luis.