110. Traductor de espumas
Tras las miserias y desiertos humanos, a cuatrocientos kilómetros de la costa, he aprendido a mirar, a ver más allá, a sentir a la familia próxima sin importar las distancias; a intuir en mi compañero de embarcación a mí mismo, a traducir las formas de la espuma que llegan salpicando a nuestros rostros. Nos anuncian un frescor de esperanza, o impregnan con sal caliente nuestros labios; nos alivian la agonía de la sed o nos advierten de la fuerza de las olas como muros de alambradas. En la noche brillan destellos hermosos que son testigos de historias de naufragios y oraciones, y que parecen levantarse con la marea, desafiantes, mientras las gaviotas juguetean y parecen reírse de nuestro sueño azul infinito.
La ilusión es una paradoja que contradice la realidad, una simulación de sí misma en la que todos los tripulantes de la barcaza creen.
Rozando las olas de la playa, camino con una única intención al llegar: regresar.
Me parece una maravilla lo que has escrito, Antonio Javier. Lleno de imágenes sugestivas y creo que lamentablente para el protagonista, oníricas. Esa última frase me parece terrible y sublime. Enhorabuena y suerte. Saludos.
¡Ojalá tu «prota», pueda realizar sus ilusiones!. Nos has hecho conocer su drama en toda su intensidad, con un bonito lenguaje. Guiada por mis manías sólo te pongo un mínimo pero, la palabra «Hermosos». Si la sustituyeras por un concepto menos plano y cotidiano te quedaría un cuento redondo.
Qué el año 2017, venga con mucha suerte para ti, Antonio.
Saludos
Hola, Antonio Javier.
Qué título tan precioso. Esa belleza que le sigue y ese aforismo o paradoja final, dando una apoyatura ensayística a tu texto. Ya lo dije en el mío, lo puse sobre el tapete: emigrar no es nada fácil. me suno a lo que dice Jesús y, también a lo que te aconseja, muy docta ella ( me hubiera gustado conocerla o reconocerla en la Fiesta enteciana y haber departido con ella, como contigo, como con Jesús, no me cansaré e decirlo): los adjetivos tienen el gran peligro de caer en lugares comunes, lo decía Borges, que el adjetivo tenía que sorprendernos. Yo caigo en el fallo por comodidad, lo reconozco. Hay que esforzarse, escribir es para denodados, escribir bien para héroes. Tú puedes, debes ser uno de ellos. Me encanta tu realto. Felicidad y un abrazote.
Gracias, Jesús, por tu comentario. La balanza entre la ilusión,el sueño y la realidad, lo esperado y lo esperable…
Gracias, María Jesús, por tu comentario. En efecto, el adjetivo en cuestión está puesto a conciencia: contrastar, no sin cierta ironía, la belleza tópica – plana, como bien dices- del mar con la situación terrible de las situaciones complejas que se dan en él. Agradezco un montón tu apreciación:revela una lectura detenida y atenta ¡ y eso es muchísimo!
Gracias, Martín, por tu comentario. Causas mayores me obligaron a no compadecer en la fiesta enteciana, pero me hubiera encantado poder hablar cara a cara con todos vosotros. Esto es una gran escuela. Me gusta Borges y aprecio vuestra sugerencia.
Feliz año a los tres, un abrazo y mucha suerte.