ENE35. LA INDIFERENCIA, de Luisa Rodríguez García
En lugar de evaporarse cuando despertó, su pesadilla se sentó a su lado a fumar tranquilamente un habano, de esos que a él tanto le gustaban y le había prohibido el neumólogo. Era hermosa y sensual, como las volutas de humo que se elevaban engarzadas hacia el cielo amenazador, pero su mirada ausente le golpeó hasta provocarle un dolor físico que creía olvidado. La misma opresión en el pecho, la misma respiración entrecortada, la misma angustia que lo habían empujado a dar un portazo para dejar atrás la indiferencia.
Los cuatro goterones que anunciaron el aguacero lo obligaron a cobijarse bajo una marquesina. Carreras, exclamaciones, risas y, en unos segundos, el parque quedó desierto. Ni rastro tampoco de la ensoñación, que debió de convertirse en lluvia en cuanto él le dio la espalda, así que al escampar retomó aliviado su rutina solitaria. Sin embargo, empezó a preocuparse la noche en que se dio cuenta de que siempre elegía el mismo banco. Y peor fue cuando comenzó a echarla de menos, a ella también.
Y es que lo peor es que los sueños te abandonen , y si encima fuma habanos es doble abandono.Me gustó tu forma de narrar, con un poso de cine negro, o novela, que también es negro sobre blanco.
Suerte y no cambies de banco por si acaso.
No cambiaré, no vaya a ser…(:
Sentir la indeferencia de determinadas personas o en determinadas situaciones puede llegar a ser la peor de las pesadillas.
Antonia, gracias por tu comentario. Un abrazo
Me gusta mucho la forma en la que está escrito el relato, el comienzo resulta muy impactante y me parece que has mimado la elección del vocabulario. Lo único es que la historia se me escapa un poco, ¿la pesadilla es el miedo a morir a causa de su problema pulmonar?
Aunque cada relato puede tener tantas interpretaciones como lectores, mi intención iba más por otro lado: volver a sentir la indiferencia de alguien que fue/sigue siendo muy importante para el protagonista. Que fumen delante de él, algo que le gusta mucho pero tiene totalmente prohibido, también forma parte de esa pesadilla cabronceta que sabe cómo amargarle la vida.
Muchas gracias por tu comentario, Ana.Un abrazo.
me gusta como está narrado, como se refleja lo abstacto, la ausencia, me parece también muy cinematográfico, y me gusta el escenario, la lluvia, el banco , el parque , el humo. Todo eso se refleja muy bien. Al final de todo eso, a menudo,solo nos quedan los sueños que se desvanecen como el humo del puro. un abrazo. lourdes
Y si ni siquiera nos quedan los sueños,aunque sean pesadillas que nos haga sentir vivos, no tenemos nada. Gracias, Lourdes.
Me gustan tus pinceladas sobre el tema, Luisa y me encanta la escena y como la relatas. Mucha suerte
Muchas gracias, Eva, por leer y comentar mi relato. Un abrazo.
Escrito de manera singular y si,si la indiferencia duele más que la aversión.Que tengas suerte.
Anna J R
Muchas gracias, Anna. La aversión puede rebelarte, la indeferencia, te hunde. Un abrazo
¿No será eso de «Aveces veo muertos…»?
Buen relato, me ha entretenido.
Jajaja. No se me había ocurrido! Me encanta que me hagáis ver de forma distinta mis propias historias. Ahora ya me imagino a Bruce Willis pululando por alli ((:
Un abrazo, Jesús, y gracias.
Muchas gracias por tu comentario, Ana. Y sí, la indiferencia puede doler mucho, depende de lo poco o nada indiferentes que seamos nosotros. Un abrazo.
Luisa, tienes razón, la indiferencia duele más que otros sufrimientos físicos. Has logrado expresarlo muy bien en tu relato.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario, Nicoleta. Un abrazo
Si sirve de consuelo a tu protagonista, pese a la indiferencia, en algún sitio leí una frase magistral que me aplico a veces: «la soledad es tu mejor amiga, porque cuando los demás se van ella sigue contigo» Un abrazo.
Me parece una reflexión muy sabia, Aurora. A mi protagonista yo le daría unos cuantos consejos, pero como no me escucha…
Un abrazo, y gracias por leer y comentar mi relato.
Ya te lo han comentado: escribes muy pero que muy bien. Pesa la indiferencia, seguramente es una de las cosas que más duelen. Muy buen relato.
Un abrazo.
Qué riquiña, Susana! Muchas gracias por tu comentario. ENTC está siendo una experiencia muy positiva para mí. Aprendo mucho de todos vosotros, y lo mejor es estar contacto con gente que también disfruta escribiendo y leyendo microrrelatos (o lo que sea). Un abrazo.
La indiferencia es lluvia que no moja, solamente impide ver con claridad tu yo…
Los sueños, la realidad improbable y que te hacen disfrutar y recrearte en la vida…
Tu relato es compone de ordenadas letras que empapan muy adentro…
Abrazo.
Lines
Muy poético tu comentario, Lines. Muchas gracias. Un abrazo
Me gusta cómo lo cuentas pero algo se me escapa, no llego a entender el relato. Suerte.
Mi intención era hacer un paralelismo entre la pesadilla y una mujer muy importante para el protagonista que le hizo mucho daño porque estaba ausente, estaba en otro «mundo». Por eso decidió dejarla, pero a ella le dio igual que le «diese la espalda», no reaccionó, simplemente, desapareció, sin volver a dar señales de vida. Indiferente hasta el final. Pero ahí está esa pesadilla, e a él le impide olvidar, que le hace sentir el mismo dolor y le hace ver que aún la sigue queriendo y la echa de menos, aunque le haga daño.Para él nunca le será indiferente.
Quizá quise contar demasiadas cosas, pero es el relato que surgió, a medida que lo escribía.
Gracias, Ximens, por haber leído y comentado mi relato. Es importante saber si las historias que escribrimos «llegan»o no. Un abrazo