ENTCerrona 1: el principio y el fin
Por ser nuestro inicio, y a la espera de vuestras propuestas, os proponemos para estas próximas semanas un relato de menos de 100 palabras que tenga como principio «En un principio…», que termine con «…al final.» y que contenga la palabra «encerrona».
¿Fácil? Demuéstranoslo…
Liberación
En un principio, restañaba con el veneno de tus palabras las úlceras que me dejaban tus abrazos vacíos. Las cicatrices, lunares de plata en mi piel, me marcaron para siempre como un ser extraño. Sólo el deshielo de aquella mala primavera me descubrió la encerrona de los círculos mojados. El látigo de tu rencor y las balas de tus mentiras cobardes ya no desgarran mi espalda. Ahora, el sol alumbra mis huesos en otra galaxia donde la luz verdadera se funde, sin reproches, con las almas malheridas cuando llegan al final.
No es posible… Cuelgo esta propuesta a las 6 y 23, y tú a las 7 y 20 dejas este texto … tienes toda mi admiración.
Dijiste que lo demostráramos :P…
Cuando las cosas me inspiran me borbotea la caldera y me sale ‘el niño’ de dentro.
De cualquier modo tiene una imprecisión astronómica, solo pasable líricamente.
Y no sé qué más decir, no sé qué hacer con esa admiración que no merezco. Bueno, sí, meter la cabeza bajo un almohadón hasta que se me pase el rubor. Gracias boss. :*
HOMBRÍA
En un principio me dije, hoy, aunque ella quiera, voy a decir que no tengo ganas, pero hemos comido lamelibranquios y me ponen un montón. Se ha sentado a mi lado con la bata roja de seda, ha pegado la pierna a la mía y ha dejado a mi vista su mejillón con sus pelillos ensortijados. Esto es una encerrona. Me ha puesto la mano en mi percebe y ahí he dicho, NO, me he levantado y mirándome desde abajo, se ha acercado, me ha acariciado con sus pestañas y ya no he podido más, llegaremos al final.
Magnífico, jaja. Beso 😉
Eva, el tuyo también me gusta mucho, lo que no se, es si se puede comentar, como es nuevoooooo
Se puede, no? Vosotros habéis podido… Magníficos los dos…
Bes@sss!!!
Eva, en plan superwoman y Epi en estado puro. Dos micros colosales.
Dulce vecindad
En un principio ni los niños ni los perros se atrevían a pasar por delante de la puerta de su casa. Tal vez fuera el instinto o ese sexto sentido de las almas todavía puras. De nada servían sus exquisitos modales, su cautivadora sonrisa o su inabarcable hospitalidad. Había algo en aquella anciana que hacía recelar tanto a las mascotas como a los pequeños, que solo a rastras o bajo amenazas consentían en acercarse a aquel templo del deseo, a aquella encerrona cubierta de chocolate, a aquella trampa en la que los padres solo pagaban al final.
Ohhhh ¡¡qué precoz!! ¿nuevo propósito para 2017? 😀 Menuda bruja chula has pintado: tu imaginación siempre está por encima. Beso.
No. No creo. No hay premio, no hay plazos, casi, y encima es nuevo… demasiados atractivos para dejarlo pasar. Gracias por el piropo, a todas luces inmerecido… Un beso grande!!!
Juan en su línea sagrada y Juancho en la canalla. Otros dos buenos y ejemplares micrrorrelatos.
Gracias Eduardo, me encanta encontrar ese puntito canalla, si es que lo he encontrado… Un abrazo!!!
La empresa
En un principio no sabía qué decir, era una encerrona y todos me miraban. Estaba en la peor empresa imaginable. No me gustaba el trabajo, odiaba sus horarios y por supuesto, me caían fatal todos mis colegas. El jefe que se llamaba Don Juan era el peor de todos, se había metido en mi vida de manera imperdonable. Pero delante de aquél cura, con los compañeros por testigos y con un irresistible Don Juan a mi lado poniendo delicadamente un diamante en mi dedo, dije que sí, sí quiero. No parecían tan odiosos, al final.
ESCALADA VERBAL
En un principio fue el verbo ser, o existir, que se les quedó pequeño a los entes, dando paso al verbo amar, y a la encerrona, con la que se multiplicaron, insatisfechos gilipollones, para rendirse, ciegos, sordos y gilipollitas, al verbo tener. Y el punto final llegó al final.
CUESTIÓN DE FE
En un principio, según la Biblia, Dios creó el mundo.
El planteamiento, así a bote pronto y sin fe de por medio, puede sonar a encerrona…pero oye, no deja de ser hermoso al final.
M
Me encanta mucho y me disgusta un poco. Me encanta porque me parece buenísimo y me fastidia porque tenía una idea parecida y t´has adelantao!!
Beso.
Vaya, Aurora, hemos pensado lo mismo!
Pero da igual, escribe tú otro aunque sea parecido, y entre los dos nos complementamos!
Beso!
¡MALDITO SEAS POR TODA LA ETERNIDAD!
En un principio, creyeron que no existía.
Se equivocaban. La Bestia estaba viva y planeando una encerrona.
La consumó en Alcasser, al final.
Qué fuerte, Modes, me has dejado sin aliento. Recién cuelgo el mío y descubro esta nueva joya tuya… y yo de cachondeo… :-(, ¡En fin!.
Un abrazo.
Heredera universal
En un principio le pasó a mi madre que se tropezó tontamente cuando bajaba las escaleras. Al mes siguiente a mi padre; un atragantamiento de lo más tonto cuando estaba comiendo. Quince días más tarde a mi hermano mayor en un accidente a tontas y a locas con el coche, y apenas una semana, al mediano, que haciendo el tonto le fallaron los frenos de su moto.
Alguien de este blog pensará que les urdí una encerrona, pero no os olvidéis que fue a lo tonto a lo tonto lo que al final…
En un principio no creímos lo que nos decía. ¿Cómo iba a ser posible que hiciera alarde de no conocer ni escuchar nunca a nuestro dios? Su desprecio nos hizo pensar en un escarmiento, que muchos considerarían una vulgar encerrona. Lo invitamos a cenar y a una audición de canciones de nuestro ídolo. Digan lo que digan y a pesar de que las apariencias engañan, desde aquel día aprendió, en carne viva y sin ataduras, que los hombres lloran también. El juez y aquellos muchos consideraron una locura y un escándalo el que su maravilloso corazón no llegara al final.
En un principio eran solo sonidos. Luego, se convirtieron en letras temerosas e incapaces de huir de la encerrona ideada por la filóloga con pretensiones de literata. La salvación les llegó al comprobar, entusiasmadas, que la pseudo escritora no supo llegar al final.
PISTAS
En un principio aquello parecía una cita romántica. La tenue y parpadeante luz de las velas resaltando sus encantos, la suave música ambiental camuflando silencios, las bebidas espirituosas, su sinuoso vestido, su voz melosa y seductora, los anillos… Nada me hizo sospechar que aquello podía ser una encerrona. Ni siquiera cuando aparecieron los familiares, los amigos y los compañeros de trabajo. Tampoco cuando llegó un sacerdote y un oficial del juzgado. Empecé a darme cuenta cuando alguien puso en mis manos un Libro de Familia con nuestros nombres, ya al final.
Rafaaaaaaaaaaaaaaa………… no digo ná!! 🙂
Beso.
EFÍMERO
En un principio, me encantó cómo sujetaba mi cintura al bailar en la pista, sus dedos firmes apretándome las caderas y el aroma varonil de su loción de afeitado. Sí, aquel chico tan guapo me hacía levitar. Unas horas y varios ponches después se ofreció a llevarme en su Simca 1000 hasta casa. Como nunca bebo me vine arriba, se me ocurrió hacerle una encerrona y terminamos en el asiento trasero desnudos, hechos una madeja de brazos y piernas, sudorosos y satisfechos. Nueve meses después, los gemelos pusieron a la pasión un punto al final.
LA FUERZA
En un principio fueron tus miradas, mis sonrisas y ese aspecto tuyo que me hacía estar en un estado de excitación continua. Mi cuerpo obligó a mi mente a urdir una encerrona que me permitiera entrar en tu espacio y provocarte. No esperé a la casualidad, hice que pasara: recorrí tus labios con mi lengua, hundí mis dedos en tu pelo y gestioné mi deseo con tu mano entre mis muslos. Mi boca susurró en tu oído tres palabras y, al final, tus embestidas me sacaron de mi zona de confort.
Ja ja, Inés, esto es lo que tiene el Climax in crescendo, te has derramado después del final. Muy bueno tu relato erótico, me hubiera gustado escribirlo yo.
Un beso
Jajajaja, gracias Epi, he tenido un buen maestro contigo. Siempre leyéndote, claro ? Aunque los tuyos son mucho más divertidos.
Besos
Momento.
En un principio todo se daba a mi favor, su soledad y necesidad de afecto, urdí la encerrona presentándome en su casa al amparo de la noche.
Disfrutaba el hecho consumado cuando vi el arma en manos de su marido y supe que había llegado el final…
Esperemos que haya disfrutado de un buen momento que merezca ese final.
Saludos
Imagino que si, ya que tu micro inspiró al mío.
Un abrazo.
UN TIEMPO OSCURO
En un principio el nuevo presidente universal parecía asustar a propios y a extraños. A todos les parecía que ese hecho podía tratarse de una encerrona contra los ciudadanos de a pie. Sin embargo, la solución a estas incógnitas tan importantes solo las tiene el tiempo, al final.
BUCLE
En un principio me pareció:¿una encerrona? No…¡Se convirtió en encerrona al final!
AUTOCOMPLACENCIA
En un principio, a pesar de todo lo que había tomado, reconozco que me dio un poco de grima, por la sangre y eso. Seguía instrucciones a través de un altavoz. En un momento de lucidez, me olió a encerrona de los colegas. Pero enseguida le fui cogiendo gustillo y disfrutaba viendo cada trozo mío en un sitio diferente de la casa. Por eso no me saqué los ojos, al final.
RAGÚ DE CERDO ENCEBOLLADO.
En un principio todo fue cuento de hadas, se dice para sí incansable y enfadada. Llora, y corta cada vez con más brío la cebolla.
-¡Maldita sea mi suerte!, no, ¡maldita la madre que lo parió!, ¡menuda encerrona me hizo la muy zorra! – mascullaba troceando con furia.
– ¡Ay! ¡Cómo corta esto!- sangra.
– ¡Joder con la cebolla!- seguía llorando.
Aquel día llegó malhumorado, como de costumbre, pero esta vez también lo estaba ella, y mucho. No acabó el ragú y su cuchillo, como su hastío, muy afilado sirvió ese día para algo más que cortar cebollas al final.
Juan, perdona, La huelga es un relato para este formato. No para el de perros y gatos. Gracias anticipadas¡¡¡¡ Saludos
Quizas lo debo enviar como comentario. Ya me dirás. Gracias.
La huelga
En un principio, el juramento sobre portarme bien, no evitó el número en mi colegio de arquitectos durante batallas por impago de honorarios.
Un balneario, idéntica fachada y semejante estructura a este, solo le quedaba a escasos metros. Aquella noche, bloqueado por acontecimientos, cerré los ojos en su sauna, disfruté de su piscina climatizada y del vapor del coñac. El amanecer, matizado de niebla, y la orientación de mi estado me llevaron a la calle ¡Encerrona! Atravesé despachos del colegio donde nuestros representantes acordaban medidas. En paños menores contuve una explicación y la toalla que se me cayó al final.
BLANCA Y RADIANTE.
En un principio el vestido iba a ser de gasa vaporosa, con pedrería incrustada delante y botonadura a lo largo de la espalda. Y tal vez un velo. Todo comprado en una tienda normal. Pero la sorpresa fue mayúscula, al verse envuelta en una encerrona televisiva. Quería un vestido de novia pero no salir por la tele probándoselo, ni que sus familiares la juzgasen como si aquello fuera un pase de modelos.
Y por hacer el paripé ante las cámaras promocionando a la firma, acabó harta de preparativos de boda y de tantos vestidos como se probó al final.
CONFESIONES
En un principio pensé que no iba a mandar ningún relato a este nuevo blog, porque ando fatal de tiempo y me parece una encerrona del boss, pero… estoy de vacaciones y leyéndoos a vosotros (y vosotras) me he visto obligada, al final.
je,je,je. toda una declaración de intenciones
En un principio me pegaron un tiro. La encerrona resultó apoteósica, prolongada; los disparos resonaban a cámara lenta alrededor mimetizándose con mis jadeos nerviosos. Los destellos de las balas al impactar en mi parapeto iluminaban fugazmente el callejón. Así pude ver, como en diapositivas, el rastro creciente de sangre que nacía de mi pierna derecha. Estuve desangrándome toda la noche, una noche eterna que pareció inmovilizarse. A la mañana siguiente, mi creador decidió culminar la novela con un giro dramático de los acontecimientos y conseguí rescatar a la chica al final.
UN ATAJO EN EL LABERINTO
En un principio, eran dos callejones rotos que se cruzaron, con poco que decir y todo por compartir. Caminaron juntos entre laberintos de trincheras y deshicieron lentamente la encerrona que el tiempo solitario había fraguado en la cárcel de la melancolía, hasta que las sombras acabaron muriendo por inanición.
Se dieron un comienzo al final.
BAJO LA MÁSCARA
Al principio se negaba a participar a las novatadas. No quería caer en esas encerronas y le parecían de mal gusto las bromitas pesadas que hacían a los nuevos estudiantes. Luego animado por su mejor amigo se apuntó a las fechorías, cogió gusto a las humillaciones y resultó ser el más sádico de todos, al final.
Proyectos…
En un principio me gustó. Me pareció interesante. En la segunda cita me habló de matrimonio y supe el nombre de nuestros cinco hijos.
Aquello era una encerrona.
Y quise complacerla en lo de terminar juntos nuestros días.
-De acuerdo, cariño. Tú continúa tu vida. Yo te esperaré al final-.
Proyectos…
En un principio me gustó. Me pareció interesante. En la segunda cita me habló de matrimonio y supe el nombre de nuestros cinco hijos.
Aquello era una encerrona.
Y quise complacerla en lo de terminar juntos nuestros días.
-De acuerdo, cariño. Tú continúa tu vida. Yo te esperaré al final.
Mirad si era cansina ella, que lo envió dos veces.
En un principio creía en todos los anuncios de la tele tienda. Así me hice con un arsenal de cachivaches para la cocina, un armario lleno de productos de belleza, máquinas para ejercitar los músculos fláccidos y hasta cambié de seguro. Todo era una encerrona para gastar dinero. Me quedé igual de fea, torpe, gorda y confusa. Y para pagar todo, tuve que vender el coche al final.
INOCENCIA
En un principio su inocencia y dulzura nos cautivaba a todos.
Inocencio, tras las tapias, preparó una encerrona a la niña, para apoderarse de ella y disfrutar de su miel hasta el final.