40. BULLDOG BULLYING (Antonio Bolant)
Me dirigía a clase. Era martes y en mi muñeca faltaba el reloj que mi padre heredó de su abuelo. Ya no le bastaba con mis almuerzos, con insultarme, con humillarme. Ayer hizo algo más que robármelo, había empezado a desmantelarme el alma.
Tanto retumbaba en mi cabeza el eco de la ira que olvidé cambiarme de acera, como solía, para evitar el adosado de mi vecino. Su imponente Bulldog aprovechó entonces para lanzarme sus graves ladridos con mayor furia de la acostumbrada. Aún no sé cómo, pero, en lugar de huir, me acerqué hasta notar su aliento y golpeando la puerta enrejada le grité: “¡Déjame en paz, maldita bestia!”
Sin más, retrocedió interrumpiendo de inmediato su embate, comenzó a balancear su cola y se tumbó despacio ofreciéndome su mirada, ahora calmada. Mi perpleja frente, apoyada en los barrotes, fue deslizándose hasta acabar sentada ante el silencio ensordecedor de esa mirada que escuchaba: “Durante todo este tiempo…, cada mañana…, sólo querías que reaccionara…, por eso ladrabas cuando salía hacia el instituto, por eso callabas cuando regresaba cabizbajo…”
Asentí acariciándole el hocico a través de la verja, me levanté y empecé a caminar mientras me apretaba con fuerza la muñeca izquierda.
Hay personajes nacidos para ser dañinas, que se alimentan de la buena fe natural de sus víctimas, tan perplejas que no responden a sus ataques injustificados. Por el contrario, el único lenguaje que comprenden esos agresores chupa sangres es el de la respuesta firme, una defensa activa que ataque y preserve su espacio. Llega un momento en que el vaso está demasiado lleno y sólo pueden suceder dos cosas: que se derrame con fatales consecuencias para la víctima, o que ésta reciba un estímulo externo que le haga reaccionar, como es el caso de tu protagonista, que debe mucho a ese can, del que acabará siendo amigo. En este caso, quien parece agresor es aliado. Los animales muchas veces, son preferibles a las personas.
Nuevamente, Antonio, has elegido un punto de vista muy original, en una sucesión de hechos bien delineada a la que nos tienes acostumbrados.
Un abrazo grande y suerte, amigo
Muchas gracias por tu comentario y como te he dicho tantas, veces, por estar siempre ahí.
Un fuerte abrazo.
¡Ay, los perritos, a veces, cuánto nos enseñan…!
No debemos hacer apología de la violencia, pero mostrar los dientes de vez en cuando, puede dar muy buenos resultados.
Un relato precioso, Antonio.
Un abrazo
Gracias Rosy, por pasarte y dejarme tus impresiones.
Un abrazo.
Hola, Antonio.
Me encanta tu propuesta, en la forma y en el fondo. Es un texto muy equilibrado, con los adjetivos justos, muy fluido con ese predominio de los sustantivos, de los verbos y de las palabras sin tilde: la prosa despojada que a mí me gusta, que para eso se hicieron los colores. Lo que subyace tiene que ver con la perdida del miedo y la enseñanza o sugerencia del uso de la legítima defensa. Lo que los perros pueden enseñarnos no está escrito en los libros. Te doy mi muy enhorabuena junto con un abrazote.
Gracias por ser tan explicito en tus apreciaciones, Martín. Eres muy amable.
Un pedazo de abrazote de vuelta.
Me ha gustado mucho como has manejado la idea, extrapolándola, y dejando al final mensaje y un personaje que se gana el respeto del lector y el suyo propio. Suerte !!
Gracias Juan Antonio. Te agradezco tu comentario.
Un abrazo.
El tema del que nos hablas en tu relato es terrible, pero contándonoslo como tú lo haces, se ve «dulcificado» al percibirse la esperanza en su final. Ojalá que todos los afectados por semejante ignominia tuvieran ese amigo que con sus acciones o consejos pudieran servirle de revulsivo para conseguir eludirla sin consecuencias. Enhorabuena, Antonio. Un saludo y suerte.
Gracias Jesús. Es una suerte para mí encontrarte siempre al pie de mis relatos.
No sabes cuánto te lo agradezco.
Un abrazo.
Ante el miedo, la valentía. Esa es mi lectura de tu magnífico relato, Antonio. Parece (y lo es) una enorme contradicción, pero la vida se caracteriza por eso: personas que pisan a otras, algunas que se dejan pisar y que, al final, reaccionan, sorprendentemente.
Enhorabuena y un abrazo.
Gracias María José. Encontrarme con tus palabras es enormemente gratificante.
Un fuerte abrazo.
Hasta aquí me he desplazado para leerte, Antonio. Lo que hay que hacer para seguir las buenas historias.
Ese personaje perro-conciencia-llamada de atención debería estar no solo al paso de los acosados, sino en el espíritu de los que debiendo velar por ellos, se adormecen muchas de las veces en el colchón burocrático-administrativo que causa víctimas reales.
Yendo a lo que vamos, la historia nos ofrece una perspectiva originalísima, a mi modo de ver. Entronca con el meollo interno del protagonista; lo expone y es, a la vez, acicate para la solución del conflicto. Todo y más, manteniendo el pulso narrativo como ese reloj que late y alimenta el relato desde principio a fin.
¿Cómo se cuadra un círculo? con palabras de Antonio Bolant, sin duda. Un abrazo, Antonio.
Qué decirte Manuel. Pues que diseccionas tus comentarios con precisión cirujana y que, con esa forma envidiable de expresarte, encontrarse con semejantes elogios, es todo un honor.
Gracias Manuel.
Un fuerte abrazo.
Un perro que huele la tristeza, la pena del alma, y que regala valentía, ofreciendo un punto de inflexión donde el protagonista podrá mirar al acoso de frente y tomar las riendas de su vida. Genial, Antonio. Abrazos y suerte.
Mil gracias, Salvador, por dejarme tu comentario y tu apreciación. POr estar siempre ahí.
Un fuerte abrazo.
Estupendo relato, donde queda patente, que el perro es el mejor amigo del hombre.
Me ha parecido estar en el cine, viendo una película, y he puesto cara a tus dos «protas».
Suerte y un abrazo virtual, Antonio
Gracias María Jesús. Me alegra que te haya gustado y me encanta que les hayas puesto cara.
Un fuerte abrazo.
Me gusta, me gusta. Sin intención de vanalizar sobre el tema, que es muy serio, ni desmerecer tu relato, este chiste me ha llegado hoy:
– Papá, ¿qué es el bullying?
– Era el restaurante de Ferran Adrià
– Pues en el cole hay carteles de «NO AL BULLYING»
– Por eso ha cerrao.
Beso.
Por serio que sea un tema, el humor siempre sirve de arma para vencerlo.
Te agradezco tu comentario, Aurora.
Un beso.
Menudo tema tocas. Un asunto muy serio tratado con mucha ternura.
A mí me gustan este tipo de relatos que tratan temas sociales sufridos por tantas familias, por tanto mi voto es SÍ.
Un abrazo y mucha suerte.
Gracias por pasarte, siempre, y dejarme tus impresiones, Towanda. Y mil gracias por tu Sí.
Un fuerte abrazo.
Enfrentar el miedo de frente y ver que no todo lo que tememos es un enemigo, levantar la cabeza y más allá de todo continuar.
Me encantó tu relato.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Moli. Te agradezco mucho tu comentario y que me hayas dejado tus sensaciones.
Un abrazo.
Antonio, tocas muy bien un tema que siempre toca la sensibilidad con mucho acierto. Suerte y saludos. Feliz 2017
Gracias Calamanda por dejar tu comentario. La verdad es que abordar temas así, da un poco de vértigo.
Un saludo.
Delicado tema y muy actual. A veces las enseñanzas y el valor pueden venir de quien menos te lo esperas.
Como siempre narrado de estupenda manera, hace que te apropies de la historia y la hagas tuya.
Un título perfecto.
Un abrazo Antonio.
Gracias, M. Belén. por dejarme tus estimulantes comentarios.
Y enhorabuena por ese reconocimiento a tu inmenso talento como poetisa, como escritora.
Un fuerte abrazo.
Parece que solo estaba esperando una reacción del protagonista. La valentía ante estos sucesos tiene que ganar. Esa actitud descendiente y pasiva que se tiene ante el tirano, debe de ser parada con valentía.
Muy bueno tu relato, Antonio. Muy de actualidad, aunque sea con humanos «inteligentes».
Un beso y suerte.
Te agradezco que me hayas dejado tus impresiones, Olga. Mil gracias.
Un besazo.
¡Muy bien, Antonio! Muy bien por el relato; muy bien por la historia; muy bien por el modo en el que desmadejas la trama; muy bien por el tono; muy bien por los destellos de ese lirismo tuyo tan característico que adorna algunos pasajes del texto, haciendolo brillar más si cabe; muy bien por el mensaje de superación y de no rendición que el relato tiene impreso; y muy bien por la denuncia a los acosadores.
¡Muy bien!
Abrazo.
Caramba, Carles. Muchísimas gracias. Eres un crack en muchas cosas, pero también para motivar al personal.
Mil gracias por pasarte y dejarme este magnífico comentario.
Un fuerte abrazo.