46. El cordel
—¡Estate quieto! —amenaza el viejo al chucho—. ¡Como te muevas, prepárate, cabrón!
El animal tira del cordel que lo mantiene sujeto a una papelera reventada, y gime mientras acompaña con los ojos el deambular torpe de su amo hasta el bar. Los dos son vecinos míos y sé de qué habla el viejo; los tabiques del antro en el que vivimos son papel de fumar. Me asquea la mirada babeante del perro tras los pasos del bruto, sin embargo lo desato y le digo que se pire. No parece entender.
—Gilipollas —le espeto—, ¡lárgate!… Y le arreo una buena patada.
Muy bueno lo que nos cuentas. Ese perro, trasunto de muchas personas, que es incapaz de desasirse de lo que lo maltrata y anula. Por otro lado, ese que dice una cosa pero hace la contraria, para acabar convertido en el reflejo de aquel al que repudiaba. Suerte, Dominique, y un saludo.
Buen texto lleno de contradicciones e imágenes muy duras extrapolables hasta a relaciones conyugales. Suerte.
Hola, Dominique.
Texto el tuyo sin contemplaciones. El perro, fiel a su fidelidad inserta en su código genético abomina de quedar libre del bestia maltratador. Al que lo exhorta a «pirarse» no le queda otra, para conseguir su objetivo, que ser igualmente brutal. Texto que esconde una alegoría trasladable a la conducta humana respecto de situaciones que la someten, como las conyugales, que apunta Lorenzo o con esa brutalidad soterrada de las políticas. Buen texto. Enhorabuena. Un beso o un abrazote.
Bien retratadas con las palabras justas: amargura, aspereza, incoherencia…
Breve y terrible relato, Dominique. Muestra una realidad dura, sin eufemismos. Es muy bueno que existan relatos como el tuyo y te felicito por ello.
Un abrazo.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Soy prácticamente nueva en Esta Noche Te Cuento y no los había visto. Aún tengo que aprender a pasearme por aquí. :-)) A veces escribes algo y te das cuenta con cierta pena que lo que quisiste transmitir no llegó. Pero al leer vuestros comentarios me doy cuenta de que esta vez no es el caso, y me encanta. En «el extranjero» de Camus, el vecino del protagonista tiene un perro al que maltrata, pero una noche el perro desaparece y el bruto se encierra en casa y llorar amargamente. Al escribir este relato me vino a la memoria aquel episodio. Un abrazo.
Una radiografía dura y muy bien llevada de la indefensión aprendida, que como ya han aputando los compañeros, es extrapolable a muchos y diferentes ámbitos. Gran imagen la que construyes. Suerte !!
Hola, Vernay. Te puedo decir que coincido al 100% con la apreciación de Jesús Garabato, y que me ha gustado lo directa que eres y la cantidad de cosas que dices con cuatro palabras. A mí me cuesta muchísimo.
L’Étranger de Camus lo leí hace muchísimo tiempo y apenas lo recuerdo. Prometo releerlo ‘cualquier año de estos’, pero esta vez mejor en castellano, que el francés lo tengo un tanto oxidado (es lo que pasa con los idiomas cuando no los practicas) 🙂
Bienvenue et à tout à l’heure
Dominique, traslada la crudeza de esa relacion con imagenes muy potentes. Suerte y saludos. feliz 2017