58. CANELO
Nacional II. El seiscientos aparcó en la gasolinera. El niño lloraba desconsoladamente y el perro intuía que algo terrible iba a pasar.
– Javi, despídete de Canelo -ordenó el padre al chiquillo.
-¡No, papá! ¡Por favor! No lo abandones, es un perro muy bueno.
-El niño está muy encariñado con el perro, podíamos seguir teniéndolo en casa -objetó la madre.
-Está viejo, torpe y enfermo. Sólo produce molestias. ¿Quieres que nos gastemos una fortuna en veterinarios? El perro se queda aquí y punto -sentenció el padre.
Cuarenta años después
-Papá, vas a estar muy bien en esta residencia. Tu habitación tiene vistas a… Bueno, es una carretera; la Nacional II, creo. Pero seguro que es muy entretenido ver pasar los coches.
-Javi, hijo mío, no me quiero quedar aquí.
-Por favor, ¿te vas a poner ñoño ahora? Estarás estupendamente, harás amistades. jugaréis al tute, al dominó, veréis la tele… Si hasta me estás dando envidia.
-Me descorazona verlo así. Podíamos seguir teniéndolo en casa -declaró la esposa de Javi, apenas salieron de la habitación.
-Está viejo, torpe y enfermo. Sólo produce molestias. Mi padre se queda aquí y punto -sentenció el hijo.
Hola, Héctor.
Donde las dan la toman. El relato comienza en un tono de cuento infantil, pero caramba de qué manera va cambiando a medida que la trama se desenvuelve. Qué formidable salto temporal: la vida en un micro, para que el viejo reciba la medicina que en su día aplicó al perro, desoyendo, despreciando por completo otros tratamientos. Con esa Nacional II ahí, enfrente. Me encanta tu propuesta. Un abrazote.
Pues sí, la Nacional II ahí a modo de cadalso del abandono.
Muchas gracias Martín por tu comentario.
Los pelos de punta me ha dejado la lectura de tu micro.
Dicen que la historia se repite, que es pendular.
Dónde habrá visto u oído esta misma situación el hijo?????
«No hagas lo que no quieras que te hagan», filosofía que puede aplicarse a tu micro.
Muy bien representada en tu historia.
Mucha suerte!!!
Buenas noches Amparo:
No soy muy dado a los relatos con moraleja, pero en este caso he apostado toda la aficacia del micro a la misma.
Me alegro que te haya gustado y erizado el vello a la vez.
Abrazos.
Has reflejado sin piedad, la vida animal misma.
Impresionante.
Felicidades por tu agudo punto de vista, Hector
¿Quién es más animal el can abandonado o el abandonador?
Gracias por comentar.
Una «sencilla» anécdota que cierra un círculo vital y que nos hace tragar saliva de la congoja que nos produce su lectura. De tal palo, tal astilla. El padre debería estar contento de sus enseñanzas, pero me da que no. Suerte, Héctor, y saludos.
Hay muchas maneras de poner un punto sobre una i, pero la de tu relato me parece muy apropiada. Al final se recoge lo que se siembra, o eso dicen, o eso me gustaría pensar. Suerte !!
Juan Antonio, muchas gracias por tu comentario. Suerte también para ti.
Un abrazo.
A tal palo, tal astilla. El que a hierro mata, a hierro muere. Etc. 🙁
De tal palo tal astilla y pintan bastos en esta vida si no le aplicamos un mínimo de piedad.
Un abrazo, Jesús.
Héctor, dificiles situaciones las que cuentas con toda su crudeza, y cada día se dan mas. Suerte y saludos. feliz 2017
Gracias y suerte para ti también.
Tu relato es un hachazo directo a la conciencia, un mensaje claro y contundente.
Suerte y abrazos
Relato de durísima realidad. El ejemplo al pie de la letra.
Mil felicidades y abrazos.