72. Mi familia
Saltaba a la vista que Katja y yo no éramos hermanos. Ella tenía unos ojos azules que parecían aún más grandes en su cara famélica y a pesar de la suciedad que la calle había acumulado en su pelo casi blanco, aún tenía un aire elegante; en cambio yo, con mis greñas negras y mis andares toscos no dejaba de parecer lo que era, un pequeño vagabundo muerto de miedo.
Dormitábamos acurrucados uno contra el otro, protegidos del frío y de los extraños por unos cartones, cuando mamá nos descubrió. También era obvio que no era nuestra madre. Ella vivía en una casa y nunca había pasado hambre, pero tenía la mirada tan perdida y tan triste como nosotros, quizás por eso no nos dio miedo.
Apenas recuerdo ya aquella época, pero si la revivo en sueños, corro desesperado sin moverme de la alfombra, gimoteando y ladrando; entonces mamá me rasca detrás de las orejas y su voz cálida y el ronroneo de Katjia me acarician hasta que me vuelvo a dormir hecho un ovillo.
Hola, Nieves.
Una familia tejida por la tristeza, ese sentimiento tan poético como la alegría por lo menos. Es el mundo el que es poco poético. La gata bien y el perro vagabundo, unidos por esa tristura, y la madre interactúan y se llevan de maravilla como así lo demuestra el final del texto. Un relato con «happy end», que me gusta mucho. Enhorabuena. Un beso.
La suma de tres historias tristes a veces da como resultado un happy end. Me alegro de que te guste. Un abrazo
Sencillamente precioso, me ha encantado. Felicidades.
¡Muchas gracias!¡Qué alegría saber que os ha llegado dentro!
Un abrazo
Esa nueva vida que hace que la anterior se quede solo en unos recuerdos recurrentes pero pasajeros gracias a las muestras de cariño de la que los levantó del arroyo y los amparó, agradecida, con sus cuidados. Enhorabuena, Nieves. Un saludo y suerte.
Cuando veo a mi perro adoptado gemir y correr en sueños siempre pienso eso, que ahora es solo un recuerdo pasajero. Gracias por comentar. Un abrazo
Nieves, cuanta ternura desprende tu historia. En el recuerdo siempre permanecen olores y sensaciones, lo has contado con bellas imagenes. Suerte y saludos
Lo que quería transmitir era la felicidad y el cariño con el que viven los perros cuando encuentran una familia. Me alegra que te haya llegado esa sensación. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo
Estupenda familia, como estupendo es tu micro. Variopinta, tierna, original (como el microrrelato).
Me gusta el punto de vista usado, me gustan las descripciones de los personajes, la voz…
En definitiva, Nieves, me gusta tu relato.
Un abrazo grande para ti.
Querida Amparo, muchas gracias por tus piropos.¡Cómo me gustó conocerte en Madrid! Me alegro de que te guste.
Un fuerte abrazo.
Enternecedor.
¡Muchas gracias!
Un abrazo
Un rescate callejero, en el que no está muy claro quién salva a quien. Una familia entrañable y una prosa cálida, que se disfruta.
Un saludo y suerte, Nieves
La primera versión del relato estaba centrada en cómo era ella la «rescatada», aunque en la versión final ese aspecto pasa más desapercibido. Yo estoy convencida de que al adoptar un perro sin hogar ellos ganan, pero nosotros tanto o más que ellos. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo
Tierno y sencillo, un relato de final feliz.
Alegra disfrutarlo.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias Moli, me alegro mucho de que lo hayas disfrutado. Un abrazo