79. NOBLEZA
Llevaba días viéndolo deambular por el parque. Como un barco a la deriva. Era un famélico galgo que huía de la gente. Por eso se sorprendió al ver que se abalanzaba sobre un ratero que intentó robarle la cartera. Y desde el instante en que sus miradas se encontraron, no pudo evitar ser compasivo ante la tristeza de aquellos ojos que demandaban ayuda. Y mientras con una mano le acariciaba, con la otra le libraba del trozo de cuerda ensangrentada que le colgaba del cuello. Incluso Honorato no dijo ni miau al verlo en casa, se limitó a mostrarle su lugar preferido en el sofá que compartieron.
Todo cambió la mañana en que aparecieron varias gallinas muertas. Sin pensarlo dos veces, metió al perro en el coche y lo abandonó lejos, en un descampado. Al día siguiente divisó a una comadreja merodeando por el gallinero.
Y una tarde en el parque, abatido, mientras contemplaba la puesta de sol, no se percató de la pequeña sombra que, a su espalda, avanzaba despacio hacia él. Pero en el momento en que sintió un roce en la rodilla, sus miradas se volvieron a encontrar. Allí estaba sin parar de mover el rabo.
Hola, Begoña.
Un texto el tuyo de vaivén. Una persona que adopta a un galgo libre de la horca por tener para con ella un comportamiento heroico, ejemplar. Y a las primeras de cambio, por unas sospechas infundadas, como se demuestra luego, abandona al perro. Cuando se encuentra esta persona desolada, el galgo se le aproxima, olvidado de aquel comportamiento injusto, y su miradas vuelven a encontrarse, presumiblemente para convivir juntos aunque el relato queda abierto. La nobleza del can queda probada, y su falta de rencor. La nobleza del acero de las espadas toledanas. El acero, acaso lo único fiable de la espada de Conan. Me ha gustado tu propuesta. Un beso.
Nos muestras a un perro acostumbrado al desprecio y al maltrato pero que no olvida que alquien, una vez, le otorgó su cariño y sus cuidados. Su instinto le impele a regresar, obviando el nuevo desdén sufrido. Sensible tu relato, Begoña. Suerte y un saludo.
Begoña, tierna historia sobre las vueltas que da la vida, y las oportunidades que ofrece; en este caso al amo y al animal. Bien contada tu propuesta. Suerte y saludos
Me encantó tu relato por como muestras el cariño del animal más allá del abandono.
No puedo entender lo salvaje de los españoles ya con el galgo o con los toros. ¿Quienes son los animales? (Perdón, pero soy argentino y no puedo entenderlo)
Un abrazo y suerte.
Emocionante. ¡Cuánto tendríamos que aprender!
Qué cantidad de emociones nos muestras en tu relato Begoña. Triste destino el de ese leal galgo, maltratado por su anterior dueño y abandonado por el siguiente, aún así, capaz de buscarlo y seguir a su lado, el título desde luego no miente, nobleza por encima de todo. Precioso.
Mucha suerte.
El galgo es un animal noble y agradecido como bien queda reflejado en este relato. Y también es muy codiciado por los cazadores y por los que apuestan en carreras. Pero luego hay muchos desaprensivos que los torturan, los ahorcan y los abandonan en «una cuerda ensangrentada» cuando ya no sirven. Me gusta mucho tu propuesta por conmovedora y por su parte de denuncia. Mucha suerte, Begoña. Un beso.