DIC107. CUERVOS, de Mª Carmen Gómez Caro
La repipi de Ceci y el suavón del Pomposo eran dos cuervos. Venían a casa en Navidad y se suponía que éramos primos.
Aquella Nochebuena, cuando nos mandaron a la salita para que no enredáramos en la cocina, Ceci dijo que papá era un vago, que llevaba un año en paro, y que el suyo nos iba a echar a la calle. El Pomposo añadió que era una vergüenza que mamá trabajara fuera de casa. Mi hermano temblaba de rabia, pero yo sujetaba su mano.
Señalé el patio:
-Mi bici es mejor que la tuya.
La muy tonta picó, y tan pronto salió al patio cerré la puerta y la dejé fuera bramando y tiritando, para que probara el frío de los que no tenían techo. El Pomposo se puso a gritar y le derramé sobre el pantalón una jarra de ponche. Como su madre temió que se resfriara, pasó la velada vestido con una falda y unas bragas. Fueron las mejores navidades de nuestra vida.
Ganamos aquella batalla, pero no la guerra.
Hoy Ceci dirige un banco que echa a la gente de sus casas, y el Pomposo es tertuliano en una cadena de televisión. Siempre lo supimos.
¿es posible que me recuerden a unos personajillos de la actualidad?..¡jejejeje!, estos apuntaban maneras en la infancia y se les veía venir.
Recibe mis saludos
Es mi pequeña venganza retroactiva para todos esos personajillos. Un beso.
Mª Carmen, tuvisteis unas navidades más que movidas. Suerte, un saludo y felices fiestas.
Calamanda, unas navidades movidas y gamberras pero inolvidables. Besos.
Curiosa historio Mari Carmen.
Aunque no se ganara la guerra, una victoria es una victoria, y seguro que supo bien.
Un saludo.
Seguro que supo a gloria, Alfonso. Y si te imaginas al tertuliano en bragas y te echas unas risas a su cuenta, puede que después de todo, no hayamos perdido aún esa guerra. Gracias por comentar. Un saludo.
Casi real esa historia, menudos cuervos,así debio ser el comienzo de muchos de los que hoy en día pululan por ahi, que lastima que no tuvieran una prima como la del relato, al menos ella podría contar que no eran invencibles. Muy bien contado Mari Carmén, me ha gustado.
Gracias, Ana. Mucho me temo que cuervos como estos los sufren algunas familias (las suyas y las ajenas, por desgracia). Felices fiestas. Un abrazo.
Muchas gracias, Begoña. Celebro que te haya gustado esta lucha infantil contra los futuros tiranos. No son invencibles, si acaso son «imbecibles» (palabro que me acabo de inventar, y que se puede aplicar a aquel o aquello que tiene la cualidad de poder ser imbecil). Feliz y rebelde Navidad. Un abrazo.
Me ha gustado tu cuento, Mª Carmen. Y genial esa frase final: «Siempre lo supimos».
Suerte.
Un saludo.
Gracias por tu comentario. El final, aunque a primera vista resulte algo seco, creo que es el suyo porque lo resume todo. Un beso.
Mari Carmen, que cantidad de interpretaciones se puede dar en ese cuento. Muy real y actual. Me gusta mucho que pones los personajes malos como cuervos no estas lejos de la realidad. Te deseo unas felices fiestas que Dios te protege a ti y todos sus seres queridos, Sotirios.
Soti, gracias por tus bendiciones y tus buenos deseos. Son recíprocos, por supuesto.
Es verdad que el relato tiene unas cuantas lecturas. En el fondo es un relato duro lo que se esconde tras la travesura infantil. Gracias por darte cuenta. Un abrazo y felices fiestas para tí y para los tuyos.
Muy bueno MªCarmen, divertido y a la vez duro. Bien escrito. Me parto con lo de «el Pomposo» jaja, me suena a remilgado y amanerado. Sí, a algunos personajes se les ve venir desde pequeños. Mis primos también me fastidiaban bastante, me metían grillos en los bolsillos, puajjj. Besos y suerte.
Muchas gracias por tu comentario, Mercedes. El personaje del Pomposo podría ser un clásico. Ponte la tele en uno de esos pseudodebates y observa a los tertulianos. Imagina cúal de ellos podría haber sido el Pomposo cuando era un tierno infante. Ya te digo yo que casi todos ellos darían el tipo: suaves, que no educados, y con mucha mala baba.
Un abarazo y felices fiestas.
Es así. No todos, menos mal, pero hay muchos tontos que lo eran desde pequeños en el poder. Todos conocemos más o menos a algún Pomposo, el que se llevaba todos los guantazos de niño.
Un abrazo.
Susana ¡cuantos cuervos hay ahora mismo revoloteando sobre nuestras cabezas!. Muchos de ellos fueron como el Pomposo o la Ceci, de eso estoy segura. Gracias por tu comentario. Felices fiestas y un beso.
Los niños apuntaban maneras, me ha gustado un monton MºCarmen, enhorabuena. Nuria
Muchas gracias, Nuria. Cuando dices que te ha gustado un montón me das muchos ánimos para seguir escribiendo. Muchísimas gracias. Un abrazo y felices fiestas.
Me ha gustado tu relato, MªCarmen.Suerte.Un abrazo
Gracias, Luisa, celebro que te haya gustado. Un beso y felices fiestas.
Me gusta, es una señora historia. El título acertado. Quizás, solo quizás, no deberías haber mezclado las dos voces, la del narrador adulto hablando como un niño, pero quién soy yo para decir esto. Venga, que tengas suerte.
Ximens,gracias por tu comentario. Pues va a ser verdad: he mezclado las voces del niño y del adulto. En un principio intenté hacer una separación clara desde «Ganamos la batalla…», pero no me convenció mucho, me gustaba más la voz única del niño y del adulto que somos a la vez. Tú te has dado cuenta de que técnicamente no es lo más correcto, y tienes toda la razón del mundo. Aquí estamos para aprender. Muchas gracias, Ximens. Un abrazo y felices fiestas.
Sí, Ana, tienes razón. Los niños hacen suyo lo que oyen y ven en casa. Por eso estos «cuervos» son mucho más que unos niños egoistas. Son una muestra de los prejuicios, las malas artes y las metas de mercantilismo salvaje que llevan impresos algunos ya desde la cuna. Después, también es verdad que cada uno elige su camino y lo que quiere hacer, y todo no se puede achacar a la familia. Pero en este caso, los cuervos que hoy nos sobrevuelan fueron niños taimados, como Ceci y el Pomposo, estoy segura.
Ay, Ana, lo de «cría cuevos…» es bien cierto. Y yo no sé si la gente se ha dado cuenta, pero que haya tanto cuervo y se congelen a la vez tantas cosas (pensiones, sueldos…) no es casual. Sin ir más lejos, otro refrán que se me viene a la memoria dice: » Cuando el cuervo vuela bajo, hace un frío del cara..». Pues eso.
Bueno, quizás podría haber escrito algo más dulce, pero no me ha salido. Cuando he pensado en la navidad y en los niños, y le he echado un vistazo al panorama, me he preguntado si esos que hoy deshaucian a familias y esos que despotrican en tribunas públicas al calor del poder fueron niños alguna vez. Mi relato surge de ahí, de la impotencia de no poder hacer nada salvo patalear.
Un abrazo, Ana.
Estoy de acuerdo contigo, Ana, los niños nacen sin malicia. Cuando dije «cuna» me quise referir a la familia, lo que hay alrededor del niño durante su infancia…Ah,y me parece estupendo que me apuntes todos los matices que quieras porque nos enriquece a todos y además, siempre es un gusto recibir comentarios tan repetuosos como los tuyos. Un beso, Ana, y sigue tan auténtica como siempre.
Me encanta tu lucha de clases! Muy a contracorriente con la ingenua bondad navideña.
Ja,ja,ja, David, me encanta esa frase que dice «sólo los peces muertos siguen la corriente». Muchas gracias por tu comentario, de corazón. Un abrazo y felices fiestas.