Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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DIC104. LA PELADILLA QUE SE QUEDA EN LA BANDEJA DE LOS DULCES, de Antonio Diego Araujo Gutierrez

Vas a ser la peladilla que se queda en la bandeja de los dulces.
De tanto escucharla, esta sentencia se convirtió en una especie de mantra del desprecio. Pero unas Navidades, no recuerdo el año, ya no pude contener aquél impulso. Al terminar la cena, tras la volatilización de los polvorones, mantecados, turrones incomibles y de los otros, contemplé aquellos corpúsculos blancos que yacían sobre la plata apagada. Lentamente fui llevándome a la boca a cada uno de esos mártires, no dejaría a ninguno en la estacada. Los invitados me miraban extrañados desde la lejanía de su frialdad. Al terminar me acerqué al corrillo donde él se encontraba, con la bandeja de plata sobre las manos, y pronuncié un feliz navidad apenas audible que por el silencio de las circunstancias pareció ser un grito. Sus ojos se licuaron de un modo desconocido entonces para mi, y por efecto del frío que emanaba de su rictus las gotas que resbalaron por su rostro fueron convirtiéndose en copos de nieve, los mismos copos de nieve que ahora observo junto a él tras la ventana, mientras detrás nuestro, en la chimenea, crepita la leña del ayer.

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11 Responses

  1. Has creado una original e interesante historia con esa reivindicación y apoyo a la pobre peladilla. Muy bien llevado el ritmo y el interés por el desenlace. Me gustó mucho ese final con la poesía de los copos de nieve ;y está bien eso de sorprender, ella le dio la vuelta a la sentencia y
    demostró que nada está escrito.
    Suerte y felicidades.

    1. Muchas gracias por tu comentario, tocaya. Es el primer relato que publico en el blog y por eso agradezco doblemente que hayas descrito tus impresiones al leerlo tan bien como lo has hecho. Ella le dio la vuelta a la sentencia, exacto, e hizo girar su propia historia.

      Un abrazo. Que pases unas felices fiestas

    1. ¡Hola Esperanza! Pues llegué aquí siguiendo un relato que te leí en el blog y que quedó nominado con toda justicia en un mes anterior. Hacía tiempo que no escribía relatos, desde el concurso Cuenta140 de la página cultural de El Mundo, y lo cierto es que me ha encantado volver al «tajo», además siempre es un aliciente participar en blogs de este nivel. También me ha alegrado encontrarme con algunos conocidos de entonces, como Nicolas Jarque. Muchas gracias por tu comentario y tus buenos deseos.

      Un abrazo.

  2. Mira que me gusta lo que cuentas y cómo, pero al final me pierdo, problema mío, sin duda. Veré qué dicen los comentarios. No, no me sacan de la duda, claro que la poesía no es lo mio.

    1. Muchas por tu comentario, Ximens. Lo cierto es que suelo escribir poesía, y debe ser cierto eso de que la cabra tira al monte… No quise ser muy explícito con los personajes, por un lado para dejar más espacio a la interpretación del lector, y por otro, para dar más importancia al trasfondo de la historia, una historia acorde con estas fechas que convierte el desprecio en afecto.

      Un saludo.

  3. Pues que la gente le decía que se iba a quedar para vestir santos, que ella, muy chula se comió las peladillas todas de una «sentá», y que a él, primero le dio calor, luego se quedó helado por la gesta y la ingesta, entonces la miró con otros ojos, además que había tomado un poquillo de alcohol, y ella aprovechó el bajón para ponerle ojitos y él, ahora anda encendiendo chimeneas y viendo nevar, que es lo que se hace cuando toca y él le dice a ella «poesía eres tú»

    1. Antonia, esta interpretación me gusta tanto o más que la historia que imaginé en mi cabeza al escribir el relato… y no podías haberla descrito mejor. Muchas gracias por tu aporte y de nuevo un saludo.

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