NOV153. EL COSTE DE LA VIDA, de Pablo Vázquez Pérez
Se juntaron en los bancos de la plaza. Un hombre volvía de la estación de tren. El mayor venía de la entrada de los grandes almacenes. Las mujeres de la puerta de la iglesia. El más joven estuvo tocando la armónica en la zona comercial.
Fueron sacando lo que llevaban en los bolsillos de su ajada ropa. Casi todo eran monedas e incluso algún billete. Habían conseguido unos noventa euros. Será suficiente con esto, dijeron.
Le pidieron al más viejo que escribiera, porque su letra era la más bonita. Con la mano temblorosa, anotó unas frases:
“Para Jero, de tus amigos y tu perro Kein.
Murió en la calle, sin que lo supieran su mujer ni sus hijos.
Nosotros nunca te olvidaremos.”
Contaron las palabras. Ahora les faltaría dinero. Reescribieron la esquela.
“Para Jero, zurdo y tuerto.
Tus amigos y Kein, te recordaremos.”
Muy emotivo.
Pablo, el relato me recuerda el proverbio, que no tiene ni para caerse muerto. Bueno, maso menos. Bueno relato, amigo. Te deseo mucha suerte, Sotirios.
Pablo, bonito y triste tu relato. Bien descrito en sus imagenes. Suerte y saludos.
Por desgracia Pablo, muy frecuente en el tiempo que nos toca vivir. Entrañable.
Un abrazo
Pablo, emotivo y tierno, me ha gustado. Un abrazo.
Brutal, Pablo. Directo a donde duele. Cuanto se puede contar con tan poco.
Un abrazo.
Muy bueno tu PVP, PVP, je je. No en serio, lástima que tenga que morirse para saber a quien le importa de verdad.
Suerte Pablo, abrazos.