DIC59. NOCHE DE NAVIDAD, de Ana Fúster
La noche de Navidad cae en un aguanieve que atrapa el neblumo y lo estrella contra el suelo en millones de diminutos copos grisáceos. Los transeúntes se calan los sombreros, se abotonan los abrigos, se ciñen al cuello las bufandas en un intento de protegerse de la malsana humedad. El niño, refugiado en un portal, los mira con envidia mientras su magro cuerpo tirita bajo las escasas ropas raídas. Inesperadamente, un hombre se detiene y le entrega una moneda. Brillante, pesada. El niño no puede creer su suerte:
-Tómate algo caliente, muchacho. ¿Cómo te llamas?
-Oliver, señor. Muchas gracias, señor.
La noche de Navidad soñé que, muchos años atrás, una infortunada criatura alcanzó así la inmortalidad al cruzarse por azar en las calles de Londres con el autor del libro que ahora reposa en mi regazo.
Ana, muy bueno relato. Me gusta como cuidas las frases. Es un placer leer tus relatos porque tiene todos los ingredientes para ser de verdad bueno. Te deseo una feliz Navidad, Sotirios.
Te agradezco todas las palabras amables que has tenido para mí desde que empecé a participar en este blog, Sotirios. Yo también te deseo lo mejor en las próximas navidades. Un abrazo.
Precioso Ana, quizás ese sueño es una realidad.
Un abrazo y suerte, este relato la merece.
Muchas gracias por el tiempo que te has tomado en leer y comentar. Un abrazo para tí también.
Es un buen sueño para cualquier noche. Tu relato se ve y da frío. Tus palabras muy bien hilvanadas y con un final literario.
Suerte y abrazos.
«Tu relato se ve y da frío» me ha parecido una de las cosas más bonitas que nunca nadie me haya dicho sobre algo que he escrito. Muchas gracias y un abrazo.
Bonito homenaje a Charles Dickens . Efectivamente se inspiro en un niño huérfano tirado por las calles de Londres para escribir «Oliver Twist».
Un abrazo y Felices Fiestas.
No sé muy bien cómo vino la idea, supongo que a raíz de algo que leí sobre el año Dickens. Me alegro de que te haya gustado, un abrazo y te deseo lo mejor estas navidades.
Qué bonito, Ana!! Y no creo que deba añadir nada más.
Besos y Felices Fiestas!!!
Muchas gracias por leer y comentar, Inés. Un abrazo y que te deseo lo mejor en estas navidades.
Ana, te has adelantado un año!!!
«cae en un aguanieve que atrapa el neblumo y lo estrella contra el suelo en millones de diminutos copos grisáceos» precioso, de verdad.
Por cierto, nunca había odio «neblumo» me gusta el palabro.
Aclaración: nunca había OIDO «neblumo».
Muy buena la aclaración 🙂 Lo de neblumo se lo oí por primera vez a Juan Marsé en una charla hace ya muchos años, y me encantó porque aparte de ser una palabra que me suena muy bien es una traducción perfecta de «smog» y una bonita forma de evitar un anglicismo más de los muchos que nos invaden. Muchas gracias por los comentarios y un abrazo, Aurora.
me gusto mucho la imagen de los copos de nieve como si serian estrellas… «lo estrella contra el suelo en millones de diminutos copos grisáceos.»…
Como si «fuesen» estrellas… con tu permiso, Kistila.
Has tenido una idea muy chula para el relato de la navidad, desde luego la escena es de postal, con palabras escogidas y precisas.
Un abrazo.
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Pues la verdad es que lo escribí en pleno agosto, con un sol que derretía las piedras, se ve que en esos momentos tenía nostalgia del frío… Gracias por pasarte a comentar y un abrazo. (He eliminado el comentario anterior porque me había «comido» palabras, así que os dejo y voy a hacerme la cena).
Vaya homenajeando a los clásicos, al más clásico del cuento de navidad y con otro de sus relatos… sí señor, Ana muy original. Felices fiestas
Gracias por pasarte a leer y comentar, María. Que tengas una feliz Navidad. Un abrazo.
Dickens y su Oliver… un clásico que nadie puede perderse. Un entrañable micro, con un final, que no te esperas, pero imprescindible, claro.
Te devuelvo tu visita, al fin y al cabo «ahora» somos vecinas…
Un abrazo.
Pues es verdad, somos vecinas, se ve que ha habido un pequeño lío con la numeración. Gracias por la visita y el comentario. Un abrazo.
Un precioso sueño en un relato precioso.
Gracias por tu comentario. Un saludo.
Hola Ana,coincido con el resto de comentarios, te ha quedado un relato precioso, con esa prosa tan poética, tan visual logras una ambientación perfecta del frío Londres y de la crudeza de la vida de las clases bajas en plena revolución industrial. Marcas bien esa diferencia de clases, entre los señores con sombrero y abrigos y nuestro querido Oliver Twist vestido de harapos.Buen cierre, acertado homenaje. A mí has conseguido trasladarme a mi infancia, me has recordado un cuento también navideño pero aún más triste que me hacía llorar a mares de pequeña: «la vendedora de fóforos». Un beso grande, felices fiestas y suerte.
Mercedes, muchas gracias por tus palabras y por pasarte a comentar. La verdad es que antes los cuentos para niños a veces eran tristísmos, aparte del que tú mencionas recuerdo «El príncipe feliz», o las historias de «Corazón» -entre ellas la del famoso Marco era de las menos deprimentes-. Un beso para ti también y que las navidades te traigan lo mejor.
Ana, olía a buena prosa, olía a buen relato, olía a siglo XIX… No nos has decepcionado.
Un beso navideño!!!
Amparo M. A.
Pues si olía a s.XIX seguro que no olía bien, estaría bastante caduco 🙂 Un beso y muchas gracias por pasarte por aquí.
Un primer párrafo muy visual, la calle, los transeúntes y ese niño vagabundo, el caballero dando limosna. Luego el giro, que me haces pensar en ese lector que se sale de la lectura para pensar en el autor y la inmortalidad de chaval. Te relato es un homenaje, no Dickens, si no a los niños pobres. Está muy bien escrito y ojala que esa inmortalidad sirva para remover conciencias, no solo por navidad.
Ana, buen relato. Me gusto mucho la descripcion que has hecho del entorno. Muy bien narrado.
Enhorabuena y feliz navidad.
Saludos
Ximens, José Ángel, muchas gracias por pasaros por aquí y por vuestras amables palabras. Besos y felices fiestas.
Un cuento con mayúsculas, ha sido estupendo leerlo.
Un beso.
Un cuento de otro cuento.Prcioso.
Suerte.
Besicos muchos.
¡Qué original este pequeño mendigo, identificado como Oliver Twist! Me ha gustado, Ana.
Felices Fiestas.
Muy buen relato. La historia dentro de la historia siempre me ha encantado en literatura. La prosa para mi gusto es magnífica.
Un saludo de Félix Valiente.
Un cuento de un cuento real. Muy bueno. Muy cuidadas las palabras, y sí es bonito fantasear sobre cómo habrán nacido las grandes historias. Me ha gustado.
Félix, María, muchas gracias por vuestros comentarios tan halagadores. Un abrazo.
Iba a poner un comentario, pero ya lo han dicho todo por aquí.
Iba a decir que bonito el giro final.
Iba a decir lo bien recreado que está el ambiente invernal, que las descripciones casi te hacen sentir frío.
Iba a decir que me encanta la primera frase y me gusta y me sorprende la palabra nebluno.
Pero no digo nada,porque todo eso ya lo han dicho.
Eso, que me ha encantado. ¿Ya lo han dicho también , no?
Neblumo. (ay, dichosas erratas) 🙂
Gracias por la palabra «neblumo» (vendrá de niebla de humo, ¿verdad?). Bonito relato, como todos los que nos regalasa.
Feliz año.
Precioso tu micro y precioso también tu homenaje. Muy visual esa primera escena, se siente el frío y la humedad en tus palabras.
Suerte.
Besitos