93. La venganza de un hombre honrado (Manuel Menéndez)
Voy a matar a mi creador. No, no hablo de Dios, ni pretendo cometer ningún deicidio. Me refiero al hombrecillo con ínfulas de escritor que me usa como marioneta.
Yo vine al mundo en un relato llamado “Un hombre honrado”. Recuerdo que en él echaba el polvo de mi vida y dos líneas más tarde le reventaba la cabeza a ella de un disparo. ¿Qué cerebro enfermizo puede imaginar algo así? Desde entonces he sido policía, detective o mafioso. Da igual, al final del relato o muero heroicamente o me cargo a la chica, no hay más variante. Puedo llamarme Frank o apellidarme Corleone, el caso es que no moje y si lo consigo acto seguido uno de los dos tenemos que morir, es nuestro castigo por gozar, ¡maldito mojigato!
Como vivo en su cerebro leo otras historias: amor, poesía, finales felices… para él todo esto no existe, mi mundo se reduce a un revolver, un hotel polvoriento y una botella de bourbon. Mi universo es tan gris como su imaginación y mi futuro más negro que sus relatos.
Está sentenciado. Soy muy bueno asesinando y eso es algo que debo a mi futura víctima: espero que aprecie la ironía.
Como dicen si escupes para arriba te caerá en el ojo. El tío parece que se ha ganado la enemistad del personaje. Linda historia.
Un abrazo y suerte.
Los hijos salen a veces así de rebeldes, es ley de vida, jaja. Gracias y un saludo.
Como en «La rosa púrpura de El Cairo» de Woody Allen, en tu relato se produce un trasbordo que elimina la frontera entre dos mundos. Un personaje se rebela contra el papel plano en el que está atrapado, aunque con ello no logra sino ser fiel a la personalidad con que su autor se ha obstinado en encasillarle. Dicen que cada uno debe dedicarse a aquello para lo que ha nacido, algo que se nota en cierto autor capaz de escribir esta original historia, entre la fantasía y el género negro.
Un abrazo fuerte, Manuel. Suerte
Si empiezas comparándome con Allen ya sobra lo demás, ¡glubs!. Coincido, cada uno debe dedicarse a aquello para lo que ha nacido, pero sobre todo debe experimentar con lo que le gusta, lo siento por mi personaje. Enromemente generoso como siempre Ángel. ¡Abrazo enorme!
Yo adoro a este hombre honrado
Yo también, gracias a él te conocí, en cambio él me odia, ¡cosas de la vida!. ¡Un besote polimposa!
Muy buena historia, sarcástica y mordaz, que quiere ser negra… pero a mí me ha sacado más sonrisas que pesares.
Me ha gustado, y mucho.
Un abrazote grande.
Siempre es un honor conseguir hacer lucir esa sonrisa, amiga mía. ¡Un millón de gracias!
Muy buenas las imágenes que todos asociamos al género negro, aunque desgraciadamente , a algunos, ¿la edad? nos altere los gustos literarios y, adecuadamente, cubiertas de un sarcasmo que le va muy bien. Suerte y saludos, Manuel.
Lo que nunca se puede tomar uno en serio es a sí mismo, jajaja. Adoro el género negro, es evidente, como dices será la edad. Muchísimas gracias y un saludo.
Manuel, buena historia entre negra e irónica. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, sobre todo trata de ser irónica, sin duda, Me alegra que te guste. Un saludo y gracias!