95. Atrapado por las musas
Cuando se escribe, resulta difícil encontrar un personaje adecuado. Sin embargo, una vez que lo defines, toma forma y se apodera del papel. A medida que lo enriqueces coge fuerza, y de pronto la historia fluye sin cesar como si se narrara sola.
En mi última incursión por los laberintos de la imaginación, he creado uno que esta mañana se ha escapado en la página quince, y ahora está sentado en el chaise longue, viendo la televisión, en el lugar que suele ocupar mi esposa.
Llevo todo un programa pensando cómo se lo voy a explicar a mi mujer. Y a sabiendas de que no lo entenderá y que me pedirá el divorcio por enésima vez, estoy planteándome seriamente en escaparme con él, bueno exactamente con ella, porque no he aclarado que la protagonista es una mujer. Sólo tengo que asirla de la mano y ordenarle que regresemos juntos a este magnífico cuento que tenemos que seguir relatando para todos nuestros fieles lectores
El proceso por el que una idea que surge de la imaginación acaba por tomar vida propia, independiente de su autor, es uno de los misterios que nadie sabe resolver o explicar, pero de ahí proviene parte del encanto y de la magia de la escritura. Uno de los fundamentos de un buen relato es que esté bien escrito, pero no lo es menos que sorprenda; si comienza haciéndolo a quien lo escribe ya es una buena señal.
Un abrazo, Estíbaliz. Suerte
Estibaliz, coincido con Angel. Algunos personajes pueden enamorarnos de verdad. Suerte y saludos
Estibaliz, felicidades por este relato que nos lleva a recordar que no hay nada tan placentero como querer a un buen libro y a sus personajes.
Mucha suerte.