96. Reforma en la educación
Padres furiosos y alumnos intolerantes protestaban delante del Ministerio de Educación:
«Los manuales contravienen los valores democráticos, son inaceptables, producen traumas psíquicas! ¡Menos novelas y relatos en el programa! ¡Son difíciles! ¡No tenemos tiempo! ¡Los niños son cansados! ¡Sacad la poesía y la dramaturgia! ¡Demasiados autores: la mayoría son muertos, no nos interesan! Tampoco sus personajes! ¡Sois unos dinosaurios! Depurad los programas o haremos nosotros una depuración en el ministerio!
Arrinconado, el ministro reunió a los más importantes actores educativos del momento.
Decidieron borrar todas las novelas y los relatos, porque hablaban de enfermedades y guerras (temas traumatizantes), de buenos y malos (discriminación), de mujeres y hombres (discriminación) etc. Borraron toda la poesía (la del amor no corresponde al manual de educación sexual) y la dramaturgia, incluso las comedias (¿por qué reírse de los otros? ¡aceptadlos tal como son!).
Después de una durísima selección, al final solo quedó un texto aceptable: La Bella durmiente.
Érase una vez la hija de un rey (no, no de un rey – discriminación); una niña… (¿por qué no un niño?) No…
Érase una vez… alguien… durmiente… Y durmió, duerme y dormirá feliz, sin comer alguna perdiz, para no destruir el equilibrio ecológico. ¡Perfecto!
Nicoleta, que giro le das a tu historia. Suerte y saludos