75. MARVEL CONTRA MARVEL
Mi madre tiene superpoderes. Como es muy lista ha escogido los más chulos.
Con su visión de rayos X siempre encuentra todo, hasta las parejas de los calcetines que se comió la lavadora.
Si ella dice que va a llover ya puedes ir sacando el chubasquero, aunque sea verano y parezca que el sol va a derretir el asfalto.
La he visto superar la velocidad de la luz por las mañanas, preparando los desayunos mientras escribe la lista de la compra y ata los cordones de los zapatos de Ana.
Maneja el lazo de la verdad como nadie, incluso mi hermano mayor confiesa hasta la última copa al volver de la calle.
Estoy seguro de que puede hacerse invisible, porque sabe exactamente a qué y cuánto tiempo juego en el ordenador cuando finjo encerrarme a estudiar.
Pero su mejor superpoder, con diferencia, lo estrenó anoche, cuando mi padre entró en mi cuarto y me acarició por debajo del pijama, susurrándome cosas que no entendí. Me quedé alucinado cuando la vi triplicar su tamaño y volverse de color verde.
Ahora sé que mamá es increíble y que papá puede convertirse en la Antorcha Humana si ella se enfada.
Historia in crescendo de tierna a explosiva.
Gracias por comentar, Edita.
Un saludo.
El relato me iba gustando por la cantidad de poderes que se van mostrando al alcance de casi todas las madres. Es en el giro cuando el relato deja de interesarme quizás por lo manido del tema. En fin, quizás si hubieras sido más alusiva y menos explicita el relato hubiera ganado a mi gusto. Suerte.
Me quedo con la idea de que te ha gustado el principio, Javier. Siento que el final no te haya enganchado. Gracias por leerme y comentar.
Aunque mi madre murió hace más de treinta años, recuerdo que ella también parecía poseer alguno de esos superpoderes. ¿Cada nuevo hijo hará que las madres estrenen un superpoder? ¿O será la necesidad la que los agudiza? Sea como sea, está claro que algo misterioso hay en esas capacidades. A nuestra imaginación corresponde como acabará ese probable combate entre esa protectora mujer verde e increíble y ese aterrador villano flamígero. A mí me ha gustado. Un saludo y suerte, Asun.
Yo creo que las madres vamos perfeccionando los superpoderes a medida que los vamos necesitando. De momento el combate va inclinándose a favor de la increíble mamá, su contrincante se ha retirado a su rincón un poco chamuscado. Me alegro mucho de que te haya gustado. Un beso, Jesús.
Nadie reúne más poderes que una madre, por eso es mejor tenerla de aliada. Ellas siempre lo son, su vocación innata es la de ayudar, ser eficaces y dar más cariño que nadie, lo que no quita para que sean capaces de convertirse en el enemigo más terrible cuando las circunstancias lo precisan. Esa actitud impresentable requería, por lo menos, ser contrarrestada por el ataque de un monstruo grande y verde. Ojalá se chamusque del todo el Antorcha ese, no añado lo de «humano» o «humana» por respeto al resto de la especie.
Un giro final del todo inesperado, que sorprende de verdad.
Un abrazo,fuerte y suerte, Asun
Hasta las madres más dulces son capaces de transformarse en lo que haga falta cuando es necesario, sobre todo si es para defender a sus hijos de un maltrato.
Celebro que te haya sorprendido.
Un beso de vuelta para ti, Ángel.
La Madre, en mayúsculas, existe. Tú la has dibujado magistralmente, Asun. La que está en todo, pareciendo no enterarse, cuando la ocasión lo requiere. Capaz de detectar lo que es malo para sus hijos, por encima de lo que le daña a ella… Te agradezco que me hayas recordado a mi madre, Asun, con tu relato.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por tu cariñoso comentario, Maria José. Me gusta esa Madre tuya, en mayúsculas. La mía también lo era.
Un beso fuerte.
Hay «superpoderes» comunes a todas las madres. Pero, afortunadamente, hay «superpoderes» que no todas las madres se ven avocadas a desarrollar…
Mucha suerte con tu «supermamá», a la que imagino triunfante en ese enfrentamiento que cierra el relato.
Un afectuoso saludo con mis mejores deseos.
Muy cierto lo que dices, Nuria. Hay superpoderes a los que sería mejor no tener que recurrir, pero ahí están para cuando hagan falta. No te preocupes por la supermamá, de momento ya ha ganado el primer asalto.
Un saludo.
… Y ojalá que los gane TODOS!!!!
Un abrazo súper-fuerte.
Hola, Asun. Aquí estoy otra vez (qué pesada soy)… Es que, si no te digo esto, reviento literalmente.
¿Sabes que no se me va de la cabeza la imagen de la transformación final de tu «supermamá»? Ayer te decía que la imaginaba triunfante… Y lo decía porque la visualizaba (la imagen es fabulosa, muy plástica). Y ya ves, sigo teniéndola en mente. Creo (y eso que yo no soy mamá) que plasma maravillosamente el espíritu de una madre.
Te deseo, de nuevo, mucha suerte con la «supermamá) que has creado; en otras palabras, te deseo mucha suerte con tu relato.
Un abrazo.
Hola, Nuria. Estoy encantada de haber sido capaz de crear una escena que se pueda visualizar con tanta claridad. Me siento muy halagada con tus comentarios tan entusiastas.
Un abrazo.
Una, que es demasiado sensible e impresionable. Cosas de la vida.
Un abrazo
Hay cosas en tu texto como el título que va en consonancia con el final, los superpoderes de una madre, que me han gustado mucho, Asun. La figura del padre aquí sale peor que mal, ya que nos presentas a un villano. Son demasiados contrastes, esa supermadre evolucionando a color verde se ve extraña, y dan ganas de estrellar al hombre (que no le llamaría padre) pero bien estrellado. El relato se salva, a mi parecer, con el tono infantil del niño, que sin embargo no le quita ni un ápice del horror que narras.
No es un texto fácil. Mi enhorabuena por atreverte con él.
Me alegro de que el relato te haya impresionado. Tienes mucha razón, al padre-villano habría que aplicarle un buen correctivo y esa madre-Hulk no está dispuesta a dejarle pasar la barbaridad que acaba de cometer. En medio, un niño que ve la escena como si fuera un cómic, afortunadamente.
Gracias por comentar.
Hola, Asun.
Me gustan las mamás con superpoderes, esas mamás que llegan siempre a todo, auténticas heroínas del hogar que pudieran ser nombradas ministras del tiempo porque arañan minutos a las horas por la felicidad de sus hijos. Me gusta el tono narrativo de la primera parte del micro que resulta trepidante, pero a la vez me espanta el personaje del padre.
Suerte, guapa.
Muchas gracias por pasarte a leerme, campeona. Ese padre es un antihéroe de los más malvados que hay, pero no se saldrá con la suya. Ahí está la súper-mamá para impedírselo, aunque para ello tenga que transformarse en un gigante verde. Para su hijo, ella siempre será increíble y más ahora que ha visto lo que es capaz de hacer por defenderle.
Un beso.
Asun, triste situacion para esa familia. Fenomenal el apoyo al niño y su ilusion por mamá. suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Difícil y conflictiva la situación familiar, como dices. Pero ese niño tiene suerte de tener una mamá que es capaz de todo por protegerlo de los villanos, aunque en esta ocasión sea su propio padre.
Un saludo.
Estupendo relato, Asun, con un devenir desenfadado en el que vas enumerando esas extraordinarias facultades habituales en la mayoría de madres, pero que acaba desembocando en un asunto tremendamente más serio. Al llegar a ese punto, esa superheroína llamada mamá también sabe dar la verdadera talla (al contrario de algunas otras que en situaciones idénticas miran hacia otro lado), dejando las cosas bien claras al villano de turno. Perfecto título, además. que cobra todo su sentido en el tramo final.
Enhorabuena y un abrazo.
Muchísimas gracias por tu comentario, amable como siempre, Enrique. Esta supermamá ha demostrado ser una superheroína en todo lo relacionado con el cuidado de sus hijos, así que no iba a ser menos en este asunto tan espantoso que le ha tocado resolver.
El título, como casi siempre, lo he dejado para el final.
Me alegro mucho de que te haya gustado.
Un beso.