127. HÉROES
Superlópez se levanta ojeroso, pero con el ímpetu que le caracteriza. No cejar en el empeño es su máxima preferida. Con el carrito por delante, vestido con la capa deslucida por el uso, emprende al vuelo el viaje hacia el mercado. De paso, llevará a los niños a la escuela mientras su mujer, mánager en una multinacional, gana el dinero para la familia. Pero no sería Superlópez si, de camino a sus quehaceres, no solucionara algún que otro caso. Hoy se enfrenta, por ejemplo, con unos cacos que intentan robar la billetera a un anciano. Superlópez se enzarza con los desalmados que acaban dándole una paliza. Maltrecho, con la S de la camiseta ladeada, siente de nuevo la llamada del deber, cuando ve un grupo de malvados preparados para hacer fechorías. Se dirige allí dispuesto a dar su merecido al grupo de sinvergüenzas. Sale del trance con un ojo a la virulé. Pierde fuerza, pero no el coraje. En el ocaso de la jornada hace balance, sabe que es un ejemplo para sus hijos y que como Supergonzález, Superpérez, Supermartínez, Superfernández, Superramírez, etc. vela por la seguridad y la paz en su ciudad, sin pedir nada a cambio.
Si hubiera muchos súper anónimos, con apellidos usuales detrás, ciudadanos habituales de cualquier ciudad, los malhechores se lo pensarían antes de delinquir. Aparte de solucionar entuertos, la vida cotidiana y sus quehaceres, ese sí que es labor de superhéroes.
Muy divertid,o con mensaje de conciencia ciudadana incluido.
Un abrazo, Mei. suerte