128. «Por Amor»
−¡Mi héroe! -dice la abuela como otras tantas veces mirando de esa manera, única, al abuelo −mi héroe…
−¡Anda abuelo, cuéntanos cómo lo hiciste, anda!
−¡Bah, tonterías!-refunfuña él.
−Mira que es tontorrón, yo os lo cuento niños míos.
Fue hace mucho tiempo, el abuelo viajó a través de las aperturas temporales y adivinó el mayor potencial futuro. De vuelta modificó ligeramente el presente, consiguió una carta de despido y esperó tranquilo que sucediera.
De manera inesperada, para seguir yo en mi trabajo, tenía que hacer unos exámenes. Así que el abuelo se ocupó de todo mientras yo me pasaba el tiempo libre sentada estudiando. ¡Menos mal, pensaba yo, que él está en casa!
−Pero ¿cómo lo hiciste abuelo? ¿Cómo vas al futuro?
−Ni como H. G. ni como McFly, como Supermán -era lo único que nos decía.
−¿Quéeeee???
−Ja ja ja -se partía de risa la abuela.
Según vamos a la cocina a merendar me asalta una duda:
−¿Oye abuela, y tu dónde estás cuando el abuelo se va al futuro?
Me guiña sonriendo y me susurra al oído:
−Todo el rato detrás de él, sin que me vea. Ssshhh, es un secreto.
Y entra en la cocina riendo sola.
Un hombre que abandona sus sueños para compartir los de su compañera. Es un acto de amor y confianza, y, sin duda, de la mano vuelan la vida camino de la felicidad. Muy bueno, Isabel. Abrazos y suerte.
Y, Salvador, yendo un poco más allá, ¿si ella fuera la que “sabe, disimula y deja hacer”, porque viendo ese futuro por detrás de él, percibe que la sucesión de actos de uno y de otro realmente al que más benefician es a él?
Lo aparente sólo es un intervalo muy pequeñito. Y al interpretar hacemos un sesgo enorme. Por que ¿quién sabe en el presente qué es lo mejor para el futuro? ¿No es realmente una oportunidad enorme para él ese “tiempo” que la vida le concede para reencontrarse consigo mismo y cambiar el tipo de relación con su entorno?
El título: “Por Amor”, es una correspondencia perfecta. Cada uno actúa, aparentemente perjudicándose a sí mismo, y en bien del otro. Y esa forma generosa de amor sí es un camino de amor.
Muchas gracias por tu comentario.
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Hola Amigo Juan:
Eres, como siempre, extraordinariamente generoso, no cabe duda que el de “asombrosa capacidad espiritual eres tú” (me pongo los ojos de Juan Pérez para leerme y, ni así).
Por supuesto que me encanta que disfrutes intemporalmente de mis cuentecillos, lo que es un gran aliciente para seguir viajando por ENTC, no sería lo mismo este gran salón sin su cortés caballero, JP.
A mí lo que me ha encantado de este relato es que me ha permitido reírme como una traviesa por partida “doble”, presente-futuro.
Me distraes porque me divierto mucho contigo, no porque me hagas perder el tiempo, y menos ahora que ya no tengo que seguir estudiando.
Me encanta la idea del anacronópete.
Besos