16. Salir del canal (Esperanza Tirado)
Se abrocha el cinturón y se dispone a cruzar Europa, de una punta a otra. En tren, después en barco, y vuelta a la carretera en autobús. El avión siempre le ha dado un poco de respeto.
Se detiene ante la grandiosa fachada de Notre Dame de París. Nunca fue muy religioso, pero sucesos recientes le hacen reflexionar.
Se desplaza hasta Italia, evitando Venecia: demasiado atiborrada, casi artificial. Prefiere la costa amalfitana; ideal para pasar un año sabático recorriendo sus hermosos pueblos, de Positano a Ravello. Quizá sus huesos reposen allí algún día…
O más cerca, en Portugal. Esa bella desconocida que tenemos tan cerca. Llegar a Lisboa por donde el Tajo cambia su nombre, subir a la Alfama en el centenario tranvía, y degustar los ricos pastéis de Belém.
Escucha una voz que le dice que ya es hora de salir del canal y de irse a dormir. Su insomnio se rebela, pero el mando ya no lo tiene él. La silla gira, una grúa hidráulica lo recoge y lo coloca suavemente en su cama especial.
Su chica le sonríe. Mañana será otro día.
Esta noche volará al país de los sueños, donde la ELA protagoniza todas sus pesadillas.
Nos traes un texto sobre un asunto muy duro, pero escrito con una sencillez y sensibilidad encomiables. Nos muestras como nuestra mente puede llevarnos por dos caminos totalmente contrarios, consiguiendo, en ocasiones, evadirnos de nuestros problemas y, en otras circunstancias, amargarnos, ahondando en ellos. Enhorabuena, Esperanza. Saludos y suerte.
A veces tener esas maravillas a golpe de vista, o de mando, es como si te dieran un caramelo envenenado. Está todo tan cerca pero tan lejos a la vez.
Muchas gracias Jesús.
Saludos
Un hombre evoca paisajes, hace planes, quiere recorrer el planeta, tiene una imaginación prodigiosa que le mantiene vivo; al tiempo que el cuerpo, como una condena, le mantiene inmóvil y dependiente de otros. Mejor tener la mente ocupada en creer que algún día podrá moverse y vivir mil escenarios, aunque sea de una forma virtual o imaginada, que acercarse a una realidad que solo puede destilar negras pesadillas.
El viaje como esperanza, como evasión necesaria, como sueño en un relato con un final que sorprende.
Un abrazo, Esperanza. Suerte
En ocasiones soñar es lo único que queda.
Gracias siempre, Ángel, por tus comentarios.
Abrazos
Y Suerte para ti ☼
Enhorabuena, Esperanza, me ha gustado mucho cómo describes ese espíritu viajero del protagonista para luego desvelarnos que lo hace a través del Canal Viajes y que padece esa terrible enfermedad degenerativa. Una historia de contrastes que no nos deja indiferentes.
Suerte y un abrazo.
El Canal Viajar es una gran ventana que te lleva a conocer el mundo. Pero hay veces que, por mucho que quieras, no se puede traspasar.
Gracias Rafa.
Un abrazo
Hola, Esperanza.
La ELA es así de cruel con los cuerpos, pero esta mente viajera consigue, a través de sus evocaciones, salirse de él y volar.
Qué bonito, qué bonito, qué bonito.
Un abrazo y suerte.
La ELA y otras tantas, por desgracia. Y por suerte a veces una ventana se abre y respiramos un poco.
Mil gracias Towanda.
Suerte para tí.
Abrazos
Esperanza, que bien lo has contado y con cuanta ternura a pesar de la dificil situacion que vive el protagonista. Suerte y saludos
En situaciones límite a veces cualquier detalle es un gran apoyo para respirar un poco de vida.
Gracias Calamanda.
Y Suerte para tí
Gracias querido Juan por tu mensaje
Que debería (este y todos, junto con tus relatos) enmarcarse. Y/o publicarse en una edición especial.
Mil gracias por ver cosas y personas en mi historia que por mi cabeza no habían pasado (al menos no de manera consciente).
Un placer y un premio recibir palabras como las tuyas.
Muy Buen Verano ☼ ☼ ☼
Vuela y Escribe
Besos 🙂
Precioso, Esperanza. Puedes creerme si te digo que me estoy secando las lágrimas. Tal cual. Suerte y un beso, amiga.
Pues me has dejado sin palabras…
¡¡Muchas Gracias!!
Besos
Visualizar en la pantalla tus sueños, imaginarse protagonista de viajes y aventuras, es un atributo de nuestra mente, pero también percibir la cruda realidad. Un relato duro que nos paraliza y que resalta los pequeños asideros a los que nos aferramos para seguir viviendo. Me ha gustado mucho, Esperanza. Abrazos y suerte.
Hay que seguir soñando aunque sin olvidar la realidad. El equilibrio más difícil de conseguir.
Gracias Salvador. Un abrazo.
Esperanza, narras de forma muy bella lo triste que debe ser tener que depender de otros. Aunque parece ser feliz manteniendose ensimismado en sus viajes, por lo menos la mente la tiene activa y no deja de soñar.
Un abrazo
Gracias por comentar. Que casi se me pasa. Cuando dejas el relato al inicio de la convocatoria se te va la cabeza a otro sitio. Hay que seguir soñando con nuevas historias siempre.
Gracias Blanca.
Un abrazo.
Es maravillosa la capacidad del ser humano para abstraerse del dolor y dejarse arrastrar por los sueños. Aunque la cruda realidad este ahí, los mecanismos de defensa para no dejarse vencer siguen vivos. Precioso viaje, deliciosa narración. Me ha gustado mucho.
Y los sueños sueños son. Pero si no tuviéramos esos momentos la realidad sería mucho más cruda.
Gracias por viajar un ratito acompañando a mi protagonista.
Un abrazo María
Esperanza, me has dejado sin palabras. Un texto magníficamente escrito que nos lleva de la mano a tantos sitios dónde nos gustaría ir y también a un lugar que no nos atrevemos ni a imaginarlo.
Suerte y un abrazo muy grande.
Duro tu relato Esperanza, que mitiga esa dureza del protagonista, con infinitos viajes a lugares preciosos, donde soñar es lo que queda.
Besicos muchos.