20. Poquito a poco y por partes (towanda)
Enamorarse de un viajante conlleva riesgos. Siempre sospeché que atesoraban amores, que escondían distintas vidas en sus ojos de cartón…
Sucedió, prácticamente, al tiempo. Primero, apareció aquella mujer con las niñas haciendo preguntas. Les vi hablar. Cuchicheaban. Reían. Sentí tanta rabia. Al poco, papá desapareció.
Empapelamos el barrio de carteles y, por complacer a mamá, contacté con un grupo al que ambos, amantes de lo paranormal, admiraban. Requirieron permanecer cerca de sus cosas y les acomodamos en el salón. Son excéntricos: han atiborrado todo de velas, de cámaras infrarrojas. Pronuncian palabras extrañas y emiten sonidos guturales para abrirnos los chacras. «Elegguá, Elegguá», tararean aferrando nuestras manos mientras danzamos en círculos.
En una sesión, la médium ha desempolvado un espejo. Tras poner los ojos en blanco, exhaló un grito. Insistía en que había visto cómo papá, en forma de rayo, se introducía dentro. Mamá se desvaneció. Aunque afligida, jamás la he visto tan entregada.
Afirman que estamos cerca. Que pronto encontrará el camino. Por nada del mundo quisiera enturbiar sus ánimos, porque les he tomado cariño, pero debemos retomar nuestras vidas.
Esta mañana, he decidido retirar algunas piedras del jardín y comenzar a desenterrarlo. Pero poquito a poco y por partes.
Towanda, nos cuentas una investigación muy peculiar y basada en el engaño. La muerte de ese marido resulta inquietante…, pero parece justificarse en lo que nos sugieres. Me ha gustado mucho que recurras al personaje, siempre llamativo, de la medium. Bueno, además, el final te ha quedado redondo. Me ha divertido e inquietado, a la vez. Enhorabuena.
Un abrazo fuerte.
Hola, María José.
Es una muerte justificada, jajaja. A los ojos de un hijo, las deslealtades hacia una madre son vividas en primera personas. Quizá aquí se extralimitó, pero este personaje decidió cómo quería vivir estas doscientas palabras y yo le presté el lápiz.
Gracias, guapa.
Un abrazo refuerte.
Menuda niña Towanda, me la he imaginado con un vestidito y coletas y calcetines engurruñados.
De la América profunda, que miedo. Fabuloso.
Un beso
Hola, Epi.
Yo me lo he imaginado como chico adolescente, con un poquito de bigotillo y bastante fuerza en los brazos. Lo que es la imaginación… Con una niña, con su vestidito y sus coletas, resulta mucho más siniestro.
Gracias, por tu punto de vista, bonito.
Beeeeeesos.
Hola Towanda. Voy poquito a poco y por partes. Primero, tienes un estilo de escribir que me gusta mucho: sencillo pero sofisticado, fluido y directo. Segundo, este relato te ha quedado bordado, me parece un acierto, sobre todo, que entronques el título con el final. Tercero, felicidades. Cuarto, abrazos veraniegos y mucha suerte.
Hola, Ángel.
Vayamos por partes, como dijo Jack.
En cuanto al punto primero, me encanta que te lo parezca. No sé escribir haciendo florituras aunque me gustaría mucho.
Punto dos, gracias. Seguiré intentando bordar las historias.
Tercero, las acepto con mucho gusto porque me saben refrescantes.
Y en el cuarto punto me repito para desearte lo mismo a ti vía internet.
Gracias, precioso!!
Poco puedo decir de tu relato que resulte novedoso, solo que me ha gustado y casi asustado, al pensar en su protagonista (o protagonistas) y en su forma de actuar. Y, por si acaso, voy a pasar de buscar información sobre la santería. Enhorabuena, Towanda. Saludos y abrazos. Y suerte, claro.
Hola, Jesús.
Me alegro mucho si te ha gustado, es un placer. Si te ha asustado, el placer sería doble. En cuanto a lo de la santería, yo ni tocarlo tampoco. Son temas que aunque no crea del todo, me producen respeto.
Un abrazo grandísimo.
Muchas gracias y suerte también para ti.
Hola, Towanda.
Un texto de los tuyos: sin un pero formalmente, y con muchas bazas a favor. Una introducción que sitúa, un nudo desenvuelto con riqueza de detalles, de matices, y un final que entronca con el título. Y la peripecia: un papá desaparecido, muerto. Y una serie de personajes pululando a su alrededor. Hay humor e ironía. Y el tema de lo paranormal tomado entre con espeto, a chirigota y con afecto. Pero al fin el realismo impera, aunque fuera poquito a poco y por partes. Me ha encantado tu texto. Te felicito con inmensidad pero sin alevosía y te deseo unas felices vacaciones cuando vengan. Un beso fuerte.
Hola, Eduardo.
Creo que con humor las tragedias lo son menos. Es importantísimo tener la capacidad de reir de lo que nos rodea para quitar dramatismo a la vida. Es ella, la vida, la que se encarga de pegarnos el bofetón y ponernos en nuestro sitio. Y la ironía, aunque no la cultivo tanto, me gusta por lo artística que resulta si está bien labrada.
El realismo impera, Eduardo, siempre. De golpe o poquito a poco y por partes.
Muchísimas gracias por tu comentario tan bonito.
Unos besos que me llevo para cuando comience el periodo de descanso vacacional.
Lo mismo te deseo para ti, tu familia y sobre todo para tu campeón.
La de viajante es una profesión con mucho tiempo fuera de casa y más propensa que otras a ser susceptible de tentaciones. Si existe un oficio que permite llevar una vida paralela, con dos familias a la vez, ha de ser éste; trabajadores de quienes nadie puede sospechar por el solo hecho de que permanezcan largos periodos fuera, aunque nada escapa a la intuición de esa niña especial e inteligente. Con apenas una pincelada que se deja caer al principio el lector imagina circunstancias y motivos. Eso hay que saber hacerlo.
Al mismo tiempo, hace aparición el mundo paranormal y de los médiums, con esa mezcla de misterio y teatro que conlleva su puesta en escena, aderezado con humor fino.
El final es sorprendente y tan genial como el título, en un relato fluido y ameno que, quiero decirlo, tiene todos los ingredientes para triunfar.
Sé que no eres amiga de halagos, pero me pregunto cómo de una misma cabeza pueden salir tantas buenas historias y no puedo por menos que expresar mi admiración, al tiempo de hacerte llegar un abrazo bien grande.
Por último, y aunque pienso que no te va a hacer falta: suerte, Towi
Hola, Ángel.
Creo que este oficio da para varias vidas paralelas al igual que decían de los marineros.
Me gusta mucho que digas que con apenas una pincelada… el lector imagina circunstancias y motivos. Es genial que te lo parezca porque ese párrafo lo situé en distintos lugares antes de colgarlo y, como siempre sucede, no acababa de encajarme del todo.
Sobre lo del mundo paranormal, en el que yo no creo demasiado, me parecía que no quedaba forzado y da para mucho que pensar.
Triunfar o no triunfar, quizá esa no sea la cuestión. Nos divertimos con esta afición que compartimos y eso ya es un triunfo: no nos gastamos nada, no daríamos positivo en ningún control de alcoholemia y nos hace sentir que a los días les faltan horas para llegar a todos los sitios donde queremos estar.
Muchísimas gracias, bonito, precioso!!!!
Unos besos grandes de verano pasado hoy por aguacero.
¿Por partes? Ay, Señor, me temo que estaba troceado… Un trabajazo el de este hijo. Lo de la mujer y las niñas, a lo mejor, una vida paralela del viajante con un amor en cada destino. Me ha gustado mucho la manera de ir tejiendo la trama hasta el desenlace fatal. Se nota que disfrutas describiendo situaciones. Mis felicitaciones y un fuerte abrazo.
Hola, María José.
Lo estaba, jajaja, troceadito en partes.
Este hijo se lo curró, ya lo creo.
He disfrutado mucho con esta historia, imaginando el escenario y los personajes.
Muchísimas gracias, guapa.
Un abrazo.
Hola, JuanPérez.
Me gusta eso de la séance, jajaja, pero ni a la suela de los zapatos de Blatavski, la grande.
Me alegro mucho de que te haya parecido entretenido porque de eso se trata. Siempre te agradezco tus palabras, porque son auténticos teoremas.
Hoy me despediré como una de esas náyades con largas melenas color ámbar: ¡À bientôt, mon cheri!
Besos y suerte para tu cuento.
towanda, que buen relato y que bien contado; el final genial. Suerte y abrazos
Hola, Cala.
Con esos piropos me alegras la tarde. Gracias.
Unos abrazos enormísimos.
Hay quienes «crean» a sus propios fantasmas, y quienes se resisten a dejarlos ir… Ayyy, TOWANDA, lograste ponerme la piel de gallina.
Muy bueno este micro de mediums y viajantes, te felicito.
Cariños,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
Me alegra mucho haberte puesto la piel de gallina, no sabes cuánto.
Un abrazo muy fuerte y muchísimas gracias.
Es usted una artesana de las palabras y con ellas sabe cómo pulir las historias, lo demuestra con este texto. Yo lo leo como una crítica a la charlatanería de los que se hacen llamar adivinos o médium. Muy bueno Towanda, suerte.
Saludos.
Hola, Beto.
Me vale tu punto de vista de crítica a los charlatanes, que no son mucho de mi agrado.
Gracias por acercarte a comentar.
Un abrazo grandísimo.
Hola artesana de la palabra, tu historia me ha entrado como un rayo, me ha puesto la piel de gallina, cuando te pones esotérica solo puedo arrodillarme.
Suerte.
Hola, Loren.
De artesana a artesano: No me seas blandengue, ¡amosanda!, que en plazas más feroces y descarnadas habremos estado.
Unos abrazos grandísimos y gracias.
Hola, Towanda. Leí hace días tu relato. Me quedé without words. Todavía no recuperada del shock (atrapada entre ese mundo esotérico -por el que siento una mezcla de atracción y miedo en estado puro- y ese cuerpo troceadito… ufff!), hoy te digo que has elaborado una historia con todos los ingredientes para cautivar al lector. Cuentas algo tremendo como si fuera lo más normal del mundo (y eso es difícil de conseguir). El puntazo de ese final «justiciero» es lo más.
Enhorabuena y mucha suerte.
Un afectuoso abrazo.
Hola, Nuria.
Has recuperado las words, menos mal, porque me llenan de orgullo y satisfacción. Me pasa como a ti con el mundo esotérico, una mezcla entre miedo e incredulidad. Esas cosas mejor dejarlas quietas.
Me alegra que te guste ese punto justiciero porque, tal vez, lo llevo un poco en mi ADN, jajaja, aunque no en estos extremos.
Unos besos grandes como tomates para ti.
Y gracias, guapa.
El título, que es genial, ya nos predispone a un gran relato, y desde luego no nos has defraudado, nunca lo haces. Ironía y teatralidad en escena para un texto que mezcla infidelidad, fenómenos paranormales e intriga, ¿qué más se puede pedir? Buenísimo, Towanda. Abrazos y suerte.
Hola, Salvador.
Me alegras la tarde con tus palabras porque estaba un poco mustia: el calor, el calor y el calor que no da tregua me tienen bajo mínimos.
Un abrazo grandísimo y rezando para que lleguen las vacaciones.
Enhorabuena por tu «Abogado», a ver si tienes suerte.
Hola Towy,
Qué buena historia nos cuentas en precisas palabras, con un toque hiirónico y sútil. Ese padre muerto, esa medium y su puesta en escena un tanto exagerada y esa niña tan intuitiva y lista.
Un besazo y felices vacaciones.
Hola, Blanca.
Gracias, guapa.
Un abrazo muy grande y disfruta tú también.
Como siempre das la nota amiga, tremendo relato, más aun con ese final inimaginado.
Un gran abrazo y aunque no te haga falta, mucha suerte.
Hola, Moli.
Me hace falta mucha suerte, así que la tomo de tu comentario.
Muchísimas gracias.
Un abrazo y feliz verano.
Lo siento, pero yo no lo he leído poquito a poco y por partes, sino del tirón. Engancha.
Edita, olé tú.
Muchísimas gracias.
Te deseo que disfrutes como una loca de las vacaciones (si te tocan ahora), no como la protagonista de tu micro… ¡Menuda señora!
Un abrazo gigante y nos vemos a la vuelta.
Que bueno, Towanda. Los viajantes guardan muchas historias, no cabe duda, y la protagonista de tu texto también guarda lo suyo, jajaja, me ha encantado ese final, en el que haciendo cierta condescendencia accede a desenterrar el cuerpo: poquito a poco y por partes, jaja.
Un relato redondo.
Feliz verano.
Hola, Manoli.
Es refrescante leer tu comentario a la vuelta de vacaciones.
Muchísimas gracias y unos besos redondos.
¡Cómo eres buena, maestra! Genial. Está dicho todo con la excelencia que te caracteriza… Mi única duda: los ojos de cartón. Un abrazo y ¡muchas felicidades!
Hola, María.
Gracias por comentar.
Te resuelvo la duda con lo de «ojos de cartón»: hace muchos años, a mí me lo contó mi abuelo, las maletas de viaje eran de cartón. Imagino que sería algún cartón endurecido porque si no… Por eso quise evocar ese material en sus ojos de viajante.
Unos besos así de GRANDES.
Me encanta esa mezcla de historia siniestra y humor. Y como lo cuentas, con esa aparente sencillez. Muy bueno.
Suerte y un abrazo grande.
Hola, Anna.
Me encanta que te encante. Lo siniestro y el humorcillo (negro) me gustan mucho.
Un abrazo grandísimo y otro aún más grande.
Una historia muy bien ambientada, perfectamente hilada de la que espero que la hija, yo al igual que Epi me he imaginado una chica, no haya dejado ni una huella que la incrimine…
Cómo disfruto leyéndote.
Un besote grande, preciosa, como tres pinares.
Poquito a poco nos has ido llevando a desenterrar la muerte de ese viajante mentiroso. Como siempre, magistral tu relato.
Suerte y
Besicos muchos.