NOV88. LA PRISA, de Alicia Villares Frías
La vida siempre es prisa. Salió de la ducha goteando el suelo al sonido insistente del teléfono. «¿Diga?». Apenas una frase entrecortada al otro lado y el estruendo del auricular al caer junto a los pies mojados.
La prisa como el fuego. Vestirse al azar, calzarse, coger las llaves y salir con un portazo a las espaldas. Frente al espejo del ascensor sus pezones bajo la blusa descolocados. Metió la mano temblorosa en el sujetador y los colocó simétricos. «Mucho mejor».
Corrió calle abajo, en la esquina frenó en seco y se enjugó las lágrimas. Ahogada continuó el camino a paso lento, él ya estaba muerto y no había prisa por llegar, ni fuego.
Muy bueno, intenso y sintético…
Gracias, Adela. 🙂
Alicia, su contenido, tan real, sobrecoge. Suerte. Un saludo.
La realidad es inquietante porque no estamos a salvo de ella. Gracias!! Saludos
Cierto, muy cierto. La misma angustia la misma prisa…
Suerte para tu relato
Gracias, Cris! Un saludo
Breve pero intenso, de los que te golpea y no te deja levantarte en un rato.
Enhorabuena.
Un saludo
Gracias, Miguel Ángel. No fue fácil condensar lo que quería transmitir en tan pocas palabras.
Saludos
Uff, el giro es muy fuerte, inesperado, me ha descolocado. Así como su lentitud final. Es como es si en su interior tuviera prisa pero no debiera mostrarlo al exterior, de ahí la tranquilad final. El colocamiento de pezones me hace pensar que las prisas eran más para confirmar la realidad que por sentir la muerte. En fin, relato que no deja tranquilo al lector. Venga, suerte.
Gracias! Mucha suerte para ti también 🙂
Siempre corremos pero hay cosas, como la muerte, para las que da igual ir deprisa o despacio, no se llega a tiempo porque no lo hay.
Un beso
muy bien ambientado… muy visual…
también me di unas prisas locas para vestirme cuando me llamaron del hospital para decirme que mi padre acababa de morir… en efecto:¡¡porque tantas prisas si estaba ya muerto!!
Sí, es curioso las prisas que le entran a la vida cuando la muerte llama.
Gracias, kistila. Un beso.
Me gustó el gesto de los pezones, porque define un poco al personaje: que me pille el desastre, pero que me pille preparada. Bravo.
Gracias, Julio. A veces un pequeño gesto nos define, un buen recurso cuando de trata de contar una historia en tan pocas palabras y no hay tiempo de presentar al personaje.
Un saludo!