60. BUENAS NOCHES, MAÑANA MADRUGO (Toribios)
Suelo dormirme en los trenes, lo confieso. Me hago buenos propósitos, llevo lectura, repaso un poco los documentos de trabajo, miro la pantalla de plasma más cercana, pero acabo arrellanado en el sillón y pronto estoy flotando en el líquido amniótico de la ausencia.
Esta vez no podía ser diferente. Creo que al pasar por Campo Grande ya estaba en brazos de Morfeo. Pero he despertado y la estación no era la de siempre, con sus largas hileras y las escaleras mecánicas al fondo. Al contrario, me encuentro con un pequeño andén plagado de gente muy extraña; hombres con sombreros hongo o gorras de visera, mujeres de faldas largas y mantón, maleteros voceando sus servicios, niños sucios y perros sin collar. Yo mismo visto un terno como de terciopelo y llevo conmigo un pesado maletín.
Me espera una pareja de guindillas de postal, con su sable y su bicornio. Les sigo sin hablar. “Ya despertaré”, pienso mientras me llevan escoltado hasta el cuartelillo. “Es al amanecer en la plaza de la Paja”, me dice uno, y quedo solo. Es entonces cuando abro el maletín y me encuentro los hierros. Escribo esto mientras voy cogiendo el sueño.
Cómo no recordar a Pepe Isbert en ese mismo papel de tu narrador. Un bucle onírico excelente. Lo anoto entre los favoritos del bimestre.
Suerte, Antonio.
Pues sí, Rafa, Isbert con su siniestro maletín es inolvidable. Y lo más impresionante es que lo cantaba la peli en broma, pero era así tal cual como ocurría en la realidad. Gracias por tu opinión.
Una original vuelta al pasado del que deseamos despierte pronto. Como Rafa, también imagino al gran Pepe Isbert.
Muy bueno.
Gracias, Paloma. La figura de Isbert y sus hierros forma parte ya de nuestro subconsciente colectivo. Me fascina esa película. Creo que la conozco casi fotograma a fotograma y no hay ninguno que no aporte algo esencial, desde los cantes que le oyen en la primera escena de la cárcel hasta López Vázquez prob
…ándose la sotana.
Si alguien ha de madrugar de forma habitual es un verdugo. Nada más castizo que esos hierros del garrote vil. Una profesión en muchos lugares abolida y, cuando menos, mal vista siempre y en desuso, de ahí que existan pocos que quieran ejercerla y haya de viajar con ese maletín.
Una trama bien planteada para el personaje de una película inolvidable.
Un abrazo, Rafa. Suerte y buen verano
Perdón, a cada uno lo suyo. Rafa es Rafa, y tú eres Antonio. Por cierto, yo podría haberme llamado igual que tú, ya que nací ese día.
Pues no te lo creerás, pero mi madre quería ponerme Ángel, como su padre, y si no fue así es porque había ya varios en la familia.
Me lo creo, me lo creo. Hay decisiones que, aunque puedan parecer simples, marcan toda una vida.
ANTONIO, perfecto homenaje y fenomenal forma de contarlo. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Con esto de ser agosto hacía tiempo que no pasaba por aqui…
Maestro ¡qué impresión! No conozco al personaje que señalan, ni he visto ninguna de sus películas, pero las excelentes imágenes que usted nos regala, me llevan a acompañarlo azorada, por aquella estación del pasado, esperando que no tarde mucho en despertar de su sueño. ¡Felicidades por el relato!
Muy agradecido, apreciada María. La película «El verdugo», del genial Luis García Berlanga es una joya del cine español que no te puedes perder. Es una recomendación que no puedo por menos de hacer. Perdona el tuteo, pero es que me cuesta en este ambiente tan amigable ser tan formal.
Qué buen relato!! De lo mejor que he leído. Felicidades.
Suerte y abrazos
Bueno, Anna… qué bien. Gracias.