NOV71. LA ALDEA, de Montaña Campón Pérez
La riada se lo llevó todo: las personas, los enseres, los sueños. La gran pira prendida por los pocos sobrevivientes incineró los cuerpos, secó las vestiduras, reavivó las pasiones. Entregamos los nacidos al fuego: tal vez espante la lluvia.
Tan estremecedor como breve.
Gracias Hugo por tus palabras, que tambien son breves.
Me han gustado el ritmo de tu relato y las imágenes de una aldea que pasa por tiempos apocalípticos.
Un abrazo.
Gracias Nicoleta, inquieta pensar que se extinguirá de todos modos, ¿verdad? Un abrazo
¡Montaña! ¡Fiel a tu estilo! Me ha gustado mucho, es inquietante, no te deja impasible. Un abrazo fuerte.
Querida Marta, no he visto el tuyo por aquí. Os echo de menos. Un abrazo
Joder Montaña,si encima echamos a los nacidos al fuego nos quedamos solos. Espero que cuando esto pase yo ya no esté, porque me comen a mi el primero.
Un abrazo
La gente hace locuras por vencer las supersticiones, y no piensa más allá. El miedo es libre. Tú vete engordando…