104. COSECHA
Llevaba viajando por medio mundo muchos años, vivido en varios países y en todos ellos encontrado la horma de su zapato. De todos ellos llevaba recuerdos en su mente y en su cuerpo; momentos inolvidables, andanzas recorridas con pasión y sosiego, heridas de guerra en su piel en forma de arrugas porque al final los años no pasan tampoco en balde. Su andadura parecía no tener fin, hasta que un día volvió a sus raíces, ya muy secas, y ahí se encontró con la realidad: había nacido un día para sembrar en el mundo semillas, pero había olvidado regar lo suficiente la primera, sembrada aquel mismo día.
Es cierto, en los sueños es mejor viajar solo.Se cuenta con más libertad.
Me ha encanto el tema del microrrelato.
Felicidades!!!
En este caso me encanta como lo has interpretado, pensando que era un sueño. ¿Y sí de verdad no fuera un sueño?. Gracias María Dolores por tu comentario. Antonio
aortunoc.wixsite.com/antusas
Antonio, si, es verdad, a veces descuidamos lo menos adecuado. Suerte y saludos