126. ÉRAMOS TAN FELICES
Todo iba perfecto entre nosotros cuando subimos al avión rumbo a California en nuestro viaje de novios. Andrés me cedió sin rechistar el asiento de la ventanilla y se sentó en medio, a la derecha de una chica que nos contó que se llamaba Karen y regresaba a Los Ángeles desde Madrid, tras desfilar en la pasarela Cibeles.
Yo me dormí poco después de despegar y entre sueños los oía hablar y reírse, callándose cuando me despertaba. Una de las veces los pillé besándose y más tarde, mientras volábamos sobre el océano, ella se levantó para ir al baño y Andrés me dijo que iba a estirar las piernas. Me quedé esperando mucho tiempo, cuando regresaron me hice la dormida y los escuché cuchichear haciendo planes de futuro. Durante el aterrizaje, Andrés me confesó que estaba enamorado de Karen y que ella acababa de confirmarle que esperaban un hijo.
Mientras desembarcábamos le pedí el divorcio y en la misma terminal de recogida del equipaje nos repartimos la ropa. Él metió la suya en la maleta de ella y se marcharon cogidos del brazo, como las parejas de toda la vida, caminando despacio debido al avanzado embarazo.
Algo me dice que… esa relación no va a durar mucho, jejeje.
Buen micro