NOV50. EL RAYO DESTRUCTOR, de Jesús Lozano López
Aún guardo en mi retina esa fotografía de aquellos jóvenes impresa en blanco y negro en el couché de mis recuerdos. Su historia –dicen– fue una tragedia, un espanto; estarían enfermos… ¡no!, ¡aquello fue distinto!
Comenzó una tarde en aquella esquina del viejo edificio de la facultad donde cada tarde se citaban. Una mirada, un beso y el mundo se suspendía, sólo el otro existía. Pero aquella tarde, cuando sus bocas se alimentaban la una en la otra, ella notó –algo–un resplandor, un fuego helado recorriendo su espinazo; no te ama, sus besos son para otra. Por un momento, una hebra imperceptible de tiempo apartó sus labios de los de él. Después, siguió besándole como siempre. No dijo nada. El percibió la duda, la negación en los ojos de ella. Tampoco dijo nada.
Aquel fulgor reapareció, aleatoriamente al principio, incesantemente después. Ella pasaba las noches en vela; no me ama, sus promesas están vacías… El golpeaba con sus puños las mañanas, maldiciendo al mundo por perderla. Jamás dijeron nada. Unas palabras sin sentido escritas en tinta roja.
Pero sé, aquel rayo destructor que vi entonces no cesará, aquella visión –horripilante guadaña espectral– sigue su camino, otro corazón quizás aguarde.
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Jesús, sin duda el mejor relato que has escrito. El lector se queda cautivado por el tema. Bien narrado con lenguaje fluido y muy bien escrito. Enhorabuena, Jesús me ha gustado con toda sinceridad mucho, Sotirios.
Bienvenido ese relato, Jesús. Me llega, me toca y me acongoja. Estoy de acuerdo son Soti, ni Architeusis ni nada, el toque romántico te queda muy bien.
No estoy de acuerdo con ninguno de los dos, pero sea 😉 De hecho, me agrada diverger en mi criterio y valorar diferentemente mis propias «criaturas». De todas formas, os comento que esto es una versión dospuntocero del primer relato que escribí (este más largo) hace ya al menos 15 años. Eso sí, después de eso me eché a dormir una década o más. En cualquier caso, gracias Aurora y Sotirios por vuestros coments.
Pues nada, tras 15 años,… bienvenido este despertar, resplandor, rayo destructor. Aunque te pese el romanticismo «crepúsculo» también te va. Y es que el mito del amor romántico… da para mucho (Una mirada, un beso y el mundo se suspendía, sólo el otro existía.)
Si es que si con 20 años no eres romántico… Gracias por el comentario, aunque lo de crepúsculo…
Jeje lo de crepusculo…. Análisis del amor romantico en vena. Como dices por ahi abajo, se alimenta de corazones tiernos (la edad… No tiene nada q ver. creo yo)
Es difícil no sentirse identificada en algún aspecto con tu historia. Delicada, dulce, tierna, ….. y dolorosilla. Como la vida misma.
:o)
Me gusta tu relato con toques de amor y horror…
Yo creo que 15 años después sigues siendo romántico 😉
Un abrazo, Jesús.
Gracias por los comentarios Ines, no sé si se puede ser romántico a los 40, pero de vez en cuando no hace daño supongo.
Jesús, qué mierda de rayo-guadañero. Qué pena que a veces no hablemos y aclaremos… Qué bien lo has plasmado. Cada uno por su lado sufriendo, sin decir palabra.
Me ha gustado mucho, porque claro que se puede ser romántico a los cuarenta y a los cincuenta y…
Un abrazoooo
Amparo Martínez Alonso
Si Petra, es un rayo muy cabrón que sabe que muchas veces nos pasamos media vida incomunicados, y se aprovecha de eso. Su alimento son los corazones tiernecitos, sobre todo los de púberes amantes… Je, je… Gracias por pasarte y comentar. Un abrazo. P.D. Romántico se puede ser, pero eso sí, todo tiene un precio.
Jesús, los amores juveniles son así, no sabes si son los verdaderos y siempre te queda la duda. Lo importante, es no perderlo por si acaso y si no eres romántico a los 20, menos lo serás a los 40 y ya a los 60 ni te cuento.
Me ha gustado.
Un abrazo
Jesús, no se si sera el mejor relato que has escrito pero te aseguro que es muy bueno y para mi se merecece estar entre los mejores este mes.
Que tengas mucha suerte con tu rayo destructor. Un saludo.
Hola Jesús, tu cuento me gusta y me intriga mucho. El fuego en metáfora del rayo en metáfora de la duda, la sospecha y el silencio… Me gusta como dices lo que en realidad no dices, y por desgracia se refleja algo no tan inusual entre parejas. Tengo una pregunta, yo es que lo que no entiendo lo pregunto, igual te parecerá que está clarísimo o prefieras dejarlo en el limbo, pero me puedes explicar la frase de «Unas palabras sin sentido escritas en tinta roja.»¿? Gracias
Gracias Epi José Ángel y María por vuestros comentarios que me han obligado a pegar un capón a mi ego para que no se me suba. En cuanto a tu duda María, las palabras hacen referencia a sendas notas de suicidio. En mi idea original era mucho más piadoso con los personajes y sólo moría él, ella acababa en un sanatorio (o era al revés no me acuerdo). También en mi idea original, y eso he querido mantenerlo en cierto modo, el rayo no sólo es metafórico, sino en cierto modo tiene una vida propia, una especie de «muerte del amor».
Jesús gracias por aclararlo, fíjate tú que no había pensado en suicidios para nada, sólo en vivir sufriendo en silencio (como los anuncios de las hemorroides, con perdón). Espero que la muerte de amor no existe de verdad, que ya hay bastantes desdichas por el mundo.
Me deja una sensación agridulce. Es que no llego a entender el relato, problema mío sin duda. Me gusta como narras el momento de los besos y las sensaciones, lo que no acabo de ver es al narrador en primera, el papel que desempeña, es como si fuera uno de los protagonistas. Intuyo también algo de maltrato de género. No sé. Venga, suerte.
Gracias por comentar Ximens. La verdad es que en general me gusta que los relatos permitan una interpretación múltiple, incluso divergente a mi idea original. Empezando por el final te comento que en mi idea no figura el concepto del maltrato, quizás lo que percibes es dos formas diferentes de afrontar las cosas desde el encerrarse en si misma de ella hasta la ira de él (pero no una ira contra su pareja, sino contra el mundo que se desmorona). En cuanto al narrador en primera, este no forma parte del relato, es un mero testigo y no aparecía en mi historia original que iba en 3ª. La intención que subyace a este narrador está ligada a la idea de que estos acontecimientos encerraban algo sobrenatural, y este hombre, que no sabemos que relación tiene con estos hechos, de algún modo nos advierte de la existencia de este rayo.