NOV22. SARA, de Jesús Coronado
El calor y una pesada sensación de axfisia me han despertado envuelto en una profunda oscuridad. Mi mente, abortagada, solo recuerda imágenes de una cena, de unos tibios labios, una copa de vino, una sonrisa reconciliadora cercana y difusa. Después… esta negra y brumosa neblina.
La sensación de calor empieza a aumentar mientras vislumbro un tenue resplandor rojizo que se va filtrando lentamente a través de esta negrura.
Mientras, Sara, con su traje negro, esboza una tenue sonrisa fingiendo recordar buenos momentos. Y al salir con la excusa de fumar un cigarrilo, solo puede pensar como el fuego… estará consumando su venganza.
Me ha gustado la historia, porque en pocas líneas pone en pie y finaliza la historia perfectamente, tan sólo que creo que usas dos voces y sería conveniente que quedaran diferenciadas con motivo.
No obstante está muy bien conducido y ambientado.
Saludos.
Me alegro que te gustará la historia. Es cierto que utilizo dos voces, cosa que está hecha con intención. La presente para el afectado y un narrador ajeno para ella. Intentaré utilizar un solo narrador en el próximo. Los experimentos con gaseosa, Jeje.
Muy mala, Jesús, pero que muy mala.
El relato negro pero interesante.
Un abrazo
La venganza la sirven en copa Epífisis, y Sara la pasó después por el fuego. Gracias y me alegro que te gustara.
Un abrazo.
Voy leyendo tu relato y sintiendo ese calor y sopor pero al llegar al último párrafo me da la sensación como que hay un cambio de narrador o que está demasiado despierto. Problema mío, seguro. Vamos que se le ha envenenado. Venga, suerte.
No es sensación, lo hay. Mientras la víctima, que mas que envenenado sólo fue dormido, despierta dentro de su ataud y en el interior del horno crematorio, dandose cuenta de lo que está a punto de sucederle, su mujer sonrie mientras piensa y disfruta de la dulce y cruel venganza. O mejor dicho ardiente venganza.