34. EL ARTISTA (Ana Tomás García)
Otro día más era el artista jaleado por su ferviente público, asistiendo entusiasmado a la representación de su propia obra. Le hacían sentir tan importante los comentarios que escuchaba a su paso: “Este chico sí que vale” “Qué arte tiene, y eso que sólo es un muchacho”… que se arremangaba sin dilación pero con parsimonia, sabiéndose arropado por sus fans más incondicionales (personas que le doblaban la edad, y por lo tanto, con el doble de experiencia), se frotaba con energía las manos, agarraba con fuerza el pico y comenzaba a picar sin mediar una sola palabra.
Aquella mañana iba a demostrar lo que era ser un artista de verdad, pensaba picar el doble que el día anterior y terminar por fin aquella larga, profunda y penosa zanja que ninguno de sus compañeros se animaba a afrontar.
Ana, un arte cargado de esfuerzo ¿quien lo quiere? lo cuentas fenomenal. Suerte y saludos