Ronda 3 – Banquete 5
Los participantes con el alias : CATALEPSIA – LA SOMBRA -MEIGA
deberán escribir un relato :
- Cuyo tema central sea el pecado de la GULA
- Plazo : hasta el domingo 1 de octubre a las 23:59 hora peninsular de España
- Extensión: 150 palabras MÁXIMAS (título NO incluido)
- El TÍTULO debe contener una palabra de la lista 1 y además otra palabra de la lista 2. Admitimos singulares/plurales y cambios de género (femenino/masculino) de las palabras propuestas.
LISTA 1 : dieta – cazador – sobredosis
LISTA 2 : papel – música – nubes
Nota : El título puede tener más palabras (si queréis) usando siempre al menos una palabra de cada una de las dos listas e incorporando nuevas, por ejemplo serían válidos títulos como:
dieta de papel couché, la cazadora de músicas angelicales, efectos de la sobredosis de nubes tormentosas etc…
Dejad vuestro relato en este enlace
Podéis votar en este otro
MEIGA – DIETA PARA DÍAS CON NUBES
Apenas amanece. Fernando presiente que hoy va a ser un día de esos. Sabe que cuando las nubes inundan el cielo, ocultando los rayos del sol, regresan a su cuerpo la tristeza y esos impulsos irrefrenables que le hacen perder el control. Desde que se levanta, desesperado, busca cualquier cosa comestible que llevarse a la boca. Se muere por comer los alimentos más pringosos que encuentre en la nevera o en la despensa, dulces o salados, sea lo que sea. Es insaciable.
Pero, al llegar la noche, no le gusta cenar solo. Sale a recorrer la ciudad a la búsqueda de alguien que le acompañe, con una gula superior a la suya. Le invita a devorar un plato tras otro, hasta que, dando bocanadas, aquel cae sin vida sobre la mesa.
Una vez más, ha sobrevivido a un día con nubes tras otro crimen perfecto.
Ay, meiga, ¿no serás gallega, por un casual? Envuelto en ese otoño invernal casi perenne que para algunos parece ser su vida, primero veo a Fernado como a una especie de sacaúntos (puede que inconsciente de sus atrocidades) y luego como un depravado asesino, pero consciente. Saludos y suerte.
CATALEPSIA – Cazadores de nubes
Desde que el padre marchó, mamá les da un vaso de caldo aguado o un trozo de pan duro y se marcha a buscarles la vida, con el hermanillo pequeño colgado del pecho. −No os mováis de aquí −les dice apurada. Cada tarde, Lolo y Saray se tumban en el descampado a saborear las nubes que atrapan sus manitas sucias: las hay espesas y untuosas como requesón, frescas como espuma de mandarina, dulces y rosadas como algodón de azúcar. Ayer comenzó la temporada de lluvias. Sobre el horizonte de chapa y uralita se cernían unos cúmulos plomizos que los niños devoraron con ansia. A la noche su madre los encontró temblando, con la ropa empapada y los vientres hinchados de tormenta.
LA SOMBRA – Dieta con sabor a nube para Carmona.
Carmen era preciosa, una hermosura que mamaba de forma voraz de un pecho materno que sabía a nube.
Mostraba un deseo irrefrenable por la comida. Preocupados, en casa intentaron varias dietas, pero ninguna tenía aquel sabor.
En el colegio sus compañeros, plenos de crueldad infantil, comenzaron a llamarla Car-mona, la que come a cualquier hora, mientras bailaban chillando como gorilas a su alrededor.
Carmen sufría, la amargura iba haciendo nido en su corazón y de esa nidada nacían soledades, rencores pero sobre todo venganzas.
Entró en clase desafiando lo mismo miradas de desprecio que de compasión.
Sin mediar palabra se dirigió a su mayor burladora, que mudó su socarronería por pánico al ver una boca desmesurada dirigiéndose a sus dulces y suculentas tetillas. Cuando Carmen se retiró tenía una mueca a medias entre triunfo y decepción, había dado su merecido a la muchacha, pero… tampoco encontró su ansiado sabor celestial.