Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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Ronda 3 – Banquete 8

Los participantes con el alias :   BRUJO  – TELARAÑA – HUESO

deberán escribir un relato :

  • Cuyo tema central sea el pecado de la GULA
  • Plazo : hasta el domingo 1 de octubre a las 23:59 hora peninsular de España
  • Extensión: 150 palabras MÁXIMAS  (título NO incluido)
  • El TÍTULOdebe contener una palabra de la lista 1 y además otra palabra de la lista 2.  Admitimos singulares/plurales y cambios de género (femenino/masculino) de las palabras propuestas.

LISTA 1 :  empacho – fábrica – devorador

LISTA 2 : flores – nubes – olas

Nota : El título puede tener más palabras (si queréis) usando siempre al menos una palabra de cada una de las dos listas e incorporando nuevas, por ejemplo serían válidos títulos como:

empacho de flores y cardos, la fábrica de nubes ha volado, el hijo del devorador de olas etc…

Dejad vuestro relato en este enlace

Podéis votar en este otro

6 Responses

  1. Doña Gula jamonera

    TELARAÑA – Gael, la devoradora de flores
    Bajo un cielo plomizo irlandés y cubierto por la invisible sombra del tejo que comunicaba con el más allá a las almas de los muertos, gemía Líam:
    ─Tus trenzas rubias, tus poderosos brazos, tus carnes prietas, tus ojos azules sonrientes; todo eso, para mí, será ya solo un recuerdo.
    Los vecinos rodeaban la fosa en la que, poco a poco, las manos de ocho hombres iban deslizando las cuerdas que sustentaban el gran ataúd que contenía el cuerpo de la hermosa Gael.
    ─Gael cariño mío, perdóname mi amor, yo solo hice los que hacen todos los enamorados; pedí tu mano; te llevé una rama de acebo, flores de caléndula, bayas carmesíes de tejo y además, para demostrarte cuanto te amaba, añadí flores de rododendro del jardín de mi madre.
    ─Quien iba a pensar que lo harías, mi cielo. No podías, tuviste que comértelo todo. ¿Por qué Dios mío? ¡Por qué!

  2. Jesús Garabato Rodríguez

    Jopé, menuda tragaldabas la Gael esa. Y luego dicen que los vegetales preservan la juventud y mantienen la lozanía y la esbeltez. Ya, pero aquí no se si habrá gato enecerrado con eso de los roolos entre clanes irlandeses y sus intereses espurios. Sea como sea, buen texto. Suerte, Telaraña.

  3. Doña Gula jamonera

    Oye Telaraña, rododendros y florecillas, a ver, ¿donde se ha visto? ¿no ha oído usted hablar de la famosa caja roja de bombones? pues eso, ahora que está usted soltero de nuevo, ya sabe donde estoy y cuales son mis caprichos.

  4. Doña Gula jamonera

    HUESO – Olas de gula, o de cómo curarse el empacho
    Toma aire y, después de un rato, logra subir el cierre. Sudando y a duras penas, traba la hebilla en el último orificio del cinto de cuero. “Adiós, blue jeans”, piensa después de mirarse al espejo. Siente que se ha comido el mundo. El mundo, que antes lo saciaba y ahora casi se le sale por la boca. Con aprehensión, mira el inodoro. ¿Vomitar, él? ¡Jamás! Ya más repuesto, consulta en internet y evalúa las opciones: lo pueden hacer “de palabra”, con cinta métrica, o “tirándole el cuerito”. Lo de tirar el cuerito le da impresión (y para ser sincero, no quiere darle motivos de protesta a su colon irritable). De palabra o con cinta métrica será, entonces. Anota el número en pantalla y llama a la curandera:
    —…
    —Buenas tardes, requiero de sus servicios.
    —…
    —¿Mi nombre? Devorador de pecados.

  5. Jesús Garabato Rodríguez

    Pues ahorita, gracias a tu texto, puedo ponerle nombre a esos variados remedios para aliviar el empacho, que para mi mal desconocía. Casi que dan ganas de no comer en un mes… Suerte, Hueso. Saludos.

  6. Doña Gula jamonera

    BRUJO – DE LA HEMATOFAGIA, DE LAS FLORES DEVORADORAS DE OXÍGENO Y DEL MEZCLAR CHURRAS CON MERINAS

    — Tiene la palabra el Ministerio Fiscal.
    — Con la venia: La rea ha cometido un crimen atroz, con el agravante de ensañamiento. No se deje engañar por su aspecto de mosquita muerta, Señoría. Allanó la morada de la víctima indefensa mientras dormía y la atacó repetidamente, provocándole múltiples heridas. Es un ser que actúa movido únicamente por un ansia desmesurada de sangre, y es por ello que se solicita la pena de muerte.
    — Turno para la defensa.
    — Con la venia: Solicito la libre absolución de mi defendida, pues si causó los actos de los que se la acusa fue por hambre. ¿Qué culpa tiene de alimentarse de sangre? Es su naturaleza. Igual que la de las flores es absorber oxígeno por la noche ¿Y acaso las matamos por ello?
    — Buen intento, letrado, pero diez picaduras son gula y no hambre. Esta es mi sentencia: Aplástese a la acusada con el matamoscas.

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