Ronda 4 – Cofre 1
Los participantes con el alias : BRUJO – FRANKEINSTEIN – LA MOMIA
deberán escribir un relato :
- el tema central del micro será la AVARICIA
- el protagonista será : el rey Midas para ilustrar el mito/ historia del personaje os dejamos este enlace:http://aitaka.blogia.com/2010/072201-el-mito-del-rey-midas.php
- relato de 123 palabras MÁXIMO (título no incluido)
- TÍTULO de una sola palabra que NO puede ser ni ‘Avaricia’ ni ninguno de sus sinónimos ni tampoco el nombre del personaje.
- Plazo : hasta el domingo 8 de octubre a las 23:59 hora peninsular española.
Podéis subir vuestro relato con este enlace
y votar en este otro
Mensaje para los monstruos en concurso:
Leed bien las bases, pone que «el protagonista será: XXX» así que XX debe ser el protagonista del relato. No vale que se mencione a XX pero no aparezca en el texto, ni que XX se haya muerto y hablen de él, ni que haya una foto del susodicho en la pared ni … protagonista es protagonista.
BRUJO – RESACA
Una niebla espesa y dolorosa envolvía su cabeza, pero Midas se obligó a levantarse. Con los ojos todavía enrojecidos, miró la cizalla dorada que había junto a la cama y un alud de recuerdos desordenados cayó sobre él: la larga mesa del salón real, repleta de viandas y licores; los destellos que las lámparas arrancaban a los platos de oro; el momento en el que reveló su don a los invitados; las caras de asombro de éstos; la embriagadora exultación que le embargaba con cada objeto que transformaba; su dulce hija aconsejándole que terminara con aquella locura; la bofetada que le propinó…
Cuando le pasara la jaqueca -se dijo, mirándose el muñón-, pensaría el modo en el que se cortaría la otra mano.
LA MOMIA – INVASIÓN
Al llegar los alienígenas al desolado Planeta Amarillo, condecoraron a Midas y lo incomunicaron para siempre en una celda con los barrotes de oro.
FRANKEINSTEIN – VENDIMIA
El rey prohibió a sus súbditos pelar y limpiar de pepitas las uvas que él mismo recogía en los jardines palaciegos. Lo hizo porque se enteró de que usaban los restos de los frutos para trocarlos por algo tan nimio como unas hogazas o una gallina ponedora. Midas sigue empeñado en recolectar uvas de las parras rodeadas de rosales. Ya no tienen la textura de aquellas esferas perfectas e impolutas que, antaño, tanto deleitaron su paladar. Enojado, maldice la avaricia de sus lacayos. Las uvas con pellejo raspan su lengua y las escupe con desdén en el suelo del salón real, junto a jofainas, ánforas, heraldos, concubinas e —incluso— un caballo que, antes de ser montado por él, era de color blanco plateado.