43. REACCIÓN EXTEMPORÁNEA (Rafa Olivares)
Con cierto halo de artista y de aspecto sereno y apacible, su aparición levantó todo tipo de conjeturas. Sobre qué edad tendría, sobre si procedería de alguna comarca de Burgos, sobre si sería el autor de aquellas célebres pinturas… Lo que pronto supimos es que le faltaba temple cuando de que le hurgaran la boca se trataba. Ni siquiera cumplir años había suavizado ese pánico insuperable. Fueron necesarios cuatro becarios para sujetarle brazos y piernas manteniéndolo inmovilizado, a pesar de lo cual, con un brusco giro de cabeza, consiguió morder y romper la espátula con la que el profesor trataba de limpiar, con delicadeza y pulcritud, los restos milenarios acumulados en encías y molares del maxilar inferior. Pero no se dejaba, aquel arisco y melindroso hombre de neandertal de modales primitivos.
Rafa, qué bien llevadas esta mezcolanza de situaciones tan originales. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Un intento de interrelacionar personajes del pasado con la actualidad.
Celebro que te guste.
Abrazos.
Uy Rafa, Tu micro no es nada fácil de leer. Se nota que estás acostumbrado a escribir y a utilizar giros nada habituales e el día a día… será que yo soy más simple en mi escritura.
Es curioso tu relato a la vez que extraño.
No sé si me gusta del todo pero tiene algo que me atrajo por eso estoy aquí opinando.
Buenas noches y buen descanso.
Si te ha hecho pensar ya me doy por satisfecho. Que resulte difícil de entender ya es más culpa del escribidor que demérito del lector.
Agradecido por merecer tu comentario.
Besos, Mercedes.
Amigo Rafa Olivares, puedo imaginar a ese ser primitivo (o no tanto) mientras adorna las entrañas de la tierra para convertirlas en Catedrales ancestrales que enseñan la simpleza de la vida y son testigo gráfico de la evolución de una especie. A partir de ahí, me imagino el hallazgo de su cráneo y a unos hombres de este siglo intentando desentrañar los misterios que oculta, mientras éste se revela demandando la vuelta al lugar que la eternidad le tiene reservado, pues no deberían buscar entre los dientes de su calavera, sino en las pinturas que, como ilustrador del tiempo, pintó en su cueva. Es una lectura un tanto poética, pero a mí tu relato me inspira una petición de paz, una demanda de simplicidad, una vuelta al origen.
Un cariñoso saludo.
Querido Ángel, gracias por tu profundo comentario que llega más allá de las modestas pretensiones del escribidor, sacándole un jugo no pretendido pero perfectamente compatible con la historia.
Abrazo fuerte.
Olivares, vengo de la calle Artistas nº60, intrigada por saber de tu persona… 😉
Dicen que el mundo es un pañuelo en lo que al espacio se refiere. No sé si hay una frase parecida en lo que al tiempo atañe… Tu simpático relato bien podría hacer los honores, pues estrecha hábilmente lazos temporales.
Un afectuoso saludo y suerte.
Acabo de pasar por casa de la meiga; me estaba perdiendo la comidilla de nuestro affaire y me he invitado a esos chupitos y cervezas en Madrid, que siempre conviene estar cerca de las buenas plumas.
Gracias, Nuria.
Un beso.
Una semanita complicada me ha impedido decirte antes que estaré más que encantada de compartir velada, cuando sea posible, con ambos.
Un beso que vale por dos (no sé qué pasa en casa de la meiga; no puedo enviar respuesta)
Mensaje recibido y anotado. Seguro que habrá ocasión.
Besos.
Enhorabuena, Rafa! Como un experimentado mago has sabido guardar tu as en la solapa de la chaqueta mientras unos mirabamos tus dedos y otros tus mangas… Genial desarrollo y sorprendente desenlace. Felicidades y mucha suerte!
Gracias, Salvador. Por deformación profesional seguro que has visto celadores donde había becarios y médico donde científico.
Un abrazo.
Querido Rafa, Octubre se me ha ido como un suspiro… me parece que te busqué apenas hace una semana y todavía no publicabas. Y ya no publiqué yo, caray. Me la he llevado entre cosiendo para la nieta que ya mero llega, y EDUCAV. Bueno… tal vez ni valía la pena mi texto… Pero bueno, tu neandertal maleducado me hace reír. Cualquiera odia que le metan los dedos a la boca ¡jaja! Hizo bien no dejarse atormentar, caray. Si así ha andado por milenios… Aquí, ayer terminaron grandes y coloridos festejos a los muertos. Me pregunto si aquellos campechanos a quienes desentierran para limpiarles y pintarles los huesitos, sienten lo mismo que tu protagonista. Creo que sí… Haces bien en defenderlos, amigo. Un abrazo grande y felicidades. Tu texto impecable, como siempre.
María, ya te estaba echando de menos. Lástima que no nos hayas podido regalar tus letras en esta convocatoria, pero ya veo cuán atareada estás.
Gracias por tus generosas palabras.
Un besazo.