OCT153. LAS CUATRO ESTRELLAS, de Amparo Hoyos Sanchis
Edelmira sabía de la Noche Vieja, pero en su aldea casi nadie la celebraba. Eran gente humilde que trabajaba en el campo, tenían otras preocupaciones y ahora que estaba sola, sin hijos y sin marido, todos los días eran iguales.
Cuando se casó con Pascual, la vida era dura, pero se tenían el uno al otro. Hombre callado y bueno, por las noches se hacían compañía junto al fuego.
Edelmira quedó dos veces encinta. El niño nacido del primer parto murió de neumonía con dos años; los antibióticos llegaron tarde. El segundo nació sin vida, en el hospital. Le dijeron que había hecho demasiados esfuerzos en el campo.
Pascual y Edelmira ya no pudieron ser padres, pero siguieron unidos con su monótona vida de campesinos. El tiempo, el clima y el trabajo los fue consumiendo, hasta que Pascual, partió un treinta y uno de diciembre.
Todos los años, cuando llegaba esa fecha, Edelmira después de tomar la misma cena que el día anterior, pedía a Dios por sus tres estrellas que brillaban en el cielo, hasta que una noche, se quedó sentada en un banco contemplándolas; al día siguiente, el firmamento contaba con una estrella más.
Pobr Edelmira pasó a ser la cuarta estrella pero ya era lo que le tocaba ella y su soledad, muy bonito y bien narrado. Suerte
Gracias, Sandra. Termino de entrar y no sabía que estaba publicado. Voy a leer más relatos.
Precioso, Amparo! Es un fiel retrato realista de la vida de antes en las aldeas. Mucha suerte!!
Muchas gracias Malén.
Sí muy bonito ese retrato de una vida sencilla y lejana.
Suerte.
Gracias Yolanda
Gracias, Ana.
Muy bonito y triste…Cuando se pierde la ilusión, se pierde la vida. Un beso.
Gracias, Mer, así es.
La vida reparte caramelos amargos y sorbetes de fresa, me parece que a Edelmira le tocaron demasiados de los primeros. Un cuento triste y emotivo.
Saludos
Gracias Paloma, un placer ser leída por tí.
Es un relato muy triste, pero muy bien contando. En poco se ha conseguido narrar toda una vida. Me gusta mucho el final, todos convertidos en estrellas.
Gracias Wisquensin, es lo que la imaginación me llevó a escribir, además, me encanta mirar las estrella y, hasta pienso, que yo también tengo tres estrellas allí arriba, como la protagonista.
Conforme lo releo, revisaría dos fallos:
1º Cambiaría: «… los días eran iguales.» Por: «…los días parecían iguales».
2º Cambiaría: «El tiempo, el clima y el trabajo, les fueron consumiendo», en lugar de: «…les fue consumiendo»
Si alguien lee este comentario que me dé su opinión, para mí es importante.Gracias.
Hola Amparo, me parece bien lo de los cambios. El de los días es más explicativo y literario, y creo que el plural del verbo es el correcto.
Buena historia, con sentimiento, nostalgia y buena atmósfera y narración.
Abrazos.
Gracias Antonia, te agradezco la aclaración.
Si tienes razón Ana, suena mejor como tu dices. Supongo que me precipité al publicarlo.
Gracias, Ana, por tu interés